El Sr. Toro dice que si se va de Estados Unidos no puede volver otra vez... Nada dice, sin embargo, de poder regresar a Chile. ¡Raro!, por decir lo menos. En segundo término, haría bien el Sr. Toro en sacarse la remera del Che Guevara, considerado un torturador y un criminal por sus acciones delictivas en la Fortaleza de La Cabaña, Cuba. Él lleva en su cuerpo la imagen de un burócrata asesino, nada menos. En tercer término, el entrevistado parece meter en el saco de vendepatrias y traidores a quienes lo protegieron siendo él un joven clandestino y refugiado el 73, pero que ahora apoyan al Frente Amplio y a la guardia concertacionista del presente. Desde tan lejos, desde el capitalismo, a veces resulta fácil hablar. Cuarto. Crítica al PS de estar al arbitrio del narcotráfico, pero no se refiere a las narcodictaduras de izquierda que él, con toda seguridad, debe seguir apoyando. No se olvide del conflicto de su Ochoa con su superior, el Sr. F. Castro, por asuntos de narcotráfico. Por último, dice no ser terrorista, pero ¡qué encantador se le con sus pantaloncitos militares y su boina negra!, si hasta parece que le falta una selva para ser de las FARC. ¡Qué caricatura de revolucionario es este Sr. Toro!!