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Jueves, 17 de Julio de 2025
Entrevista

Aída 'Mocha' García-Naranjo: “Hay una trampa al intentar enfrentar a AMLO con Lula, respecto del reconocimiento de Pedro Castillo”

Andrés Almeida

INTERFERENCIA conversó con la política socialista, educadora y artista peruana que fue ministra de la Mujer y de Desarrollo Social del gobierno de Ollanta Humala. García-Naranjo, quien es un referente del feminismo y los derechos sociales de su país, siendo autora de varios libros al respecto. Actualmente se desempeña como la representante peruana ante el Mercosur y la Asociación Latinoamericana de Integración, además de ser miembro del grupo musical Tiempo Nuevo y egresada del Conservatorio Nacional de Música. 

Esta entrevista es parte del newsletter 'La Semana' exclusivo para lectores suscritos y registrados que ahora se reproduce para todo el público. 

El fuego del Perú

Si es que la crisis institucional peruana pasó, en solo cuatro horas, de un intento de golpe por parte de Pedro Castillo a su detención y a la unción de Dina Boluarte como presidenta del Perú, la crisis social y política derivada solo tardó una semana en transformar el país en un volcán.

Boluarte gobierna bajo estado de emergencia, luego de que se desataran intensas protestas especialmente en el sur del país, las que pronto se extendieron al norte y la capital, y en las que se reportan ya 20 muertos. Hoy, hay toque de queda en 15 provincias peruanas, y varias ciudades están aisladas por cortes de caminos y aeropuertos, sin que haya señales de que el descontento vaya a amainar.

Por otra parte, la decisión del Congreso de no adelantar elecciones para 2023 seguramente será gasolina al fuego, pues la demanda más sentida de los manifestantes -incluso más que la liberación de Castillo o la convocatoria a una Asamblea Constituyente- es que renuncien todos los actuales congresistas, a quienes culpabilizan de la crisis política. Tampoco la decisión de decretar la detención de Castillo por 18 meses es algo que resulte conciliador.

Para abordar este momento en que parece que la crisis crece, entrevisté la tarde del jueves 15 de diciembre por Zoom a Aída 'Mocha' García-Naranjo, una política socialista, educadora y artista peruana que fue ministra de la Mujer y de Desarrollo Social del gobierno de Ollanta Humala. García-Naranjo es un referente del feminismo y los dercehos sociales de su país, siendo autora de varios libros al respecto. Se desempeña como la representante peruana ante el Mercosur y la Asociación Latinoamericana de Integración, además de ser miembro del grupo musical Tiempo Nuevo y egresada del Conservatorio Nacional de Música. 

- ¿Cómo se llegó a esto en Perú?

Lo primero que hay que saber es que Pedro Castillo ganó en el país con un total de ocho millones y medio de votos, y desde el año pasado, en la segunda vuelta, se ha producido una ofensiva golpista de sectores conservadores que no asumían que el triunfo había sido legítimo. Incluso instalaron en el Congreso, durante un año después de su juramentación, una comisión para evaluar y buscar demostrar el fraude electoral, situación que no han podido hacer.

El Perú tiene legislaturas ordinarias en el Congreso cada semestre, y en cada una se hizo una propuesta de vacancia presidencial, siendo la última la del 7 de diciembre pasado, que es la tercera propuesta para sacarlo del cargo.

Pero, esta vez, un conjunto de información aparecida estos dos días en los medios generaron un profundo malestar; dos personas que declaraban haber recibido plata directamente por parte del Presidente de la República. Eso efectivamente generó un sentimiento de que podía haber más votos en el Congreso para la vacancia. Esa sensación de miedo se produce incluso en el propio Presidente, quien toma una decisión inconsulta; pues no consulta con su gabinete, ni con el equipo de asesores, ni con sus propios abogados y, por supuesto, tampoco con las fuerzas políticas que lo llevaron al gobierno. Así, toma la decisión de anunciar un golpe. Un golpe frustrado, porque no se ha concretado en realidad. 

Por su parte, el Congreso -que tenía prevista la discusión de vacancia ese día, para las 15:00 de la tarde- adelanta el debate, pasándolo a las 12:00 del día. Sin embargo, no fue citada la defensa de Castillo, y por lo tanto existe una crisis bastante grande incluso en términos del debido proceso, porque no hubo posibilidad de defensa, no hubo comunicación a los abogados y no hubo anuncios de adelanto del horario del proceso. 

Esto ha generado una enorme confusión, porque tienes personas interpretando que en realidad la vacancia no procede, y, mientras tanto, por supuesto, hay un presidente que había anunciado un golpe de Estado. En este momento estamos en una batalla legal. 

- ¿Cómo están las fuerzas en la Corte Suprema? Lo pregunto porque estas cosas no son nunca completamente técnico-jurídicas. 

Mayoritariamente los jueces reconocerían la legalidad de la vacancia, aunque habiendo posiciones diferenciadas respecto de las violaciones al debido proceso. También se discute los quórums necesarios para la destitución, dado el caso de que no hubo defensa ni alegato de parte del Presidente, con lo que los 101 votos no serían suficientes. 

- Además era necesario que participara Dina Boluarte.

Ella efectivamente juramentó como Presidenta ese mismo día. Es decir, los sucesos se han producido en cuatro horas, desde el intento de golpe de Estado, pasando por la vacancia presidencial, la detención del Presidente y la juramentación de la nueva Presidenta que corresponde a la sucesión legal. 

Lo primero que hay que saber es que Pedro Castillo ganó en el país con un total de ocho millones y medio de votos, y desde el año pasado, en la segunda vuelta, se ha producido una ofensiva golpista de sectores conservadores que no asumían que el triunfo había sido legítimo.

Ahora, desde mi punto de vista, Dina Boluarte comete un grave error; anuncia que se quedaría hasta julio del 2026. O sea, todo el periodo de Castillo, lo que implicaba -de manera automática- que el Congreso vacador, golpista y obstruccionista, se quedase también hasta julio de 2026. Es eso lo que ha desatado la furia popular. 

- ¿No es la detención de Castillo lo que desata la mayor rabia?

No. Lo que desata la mayor rabia es que el Congreso pretenda quedarse. Pedro Castillo tenía 31% de aprobación nacional, que es básicamente el sector que se está movilizando y el Congreso sólo tenía un reconocimiento del 6%. Por lo tanto el odio desatado está contra el Congreso y la gente se está movilizando en la lógica de que se cierre, que se recorten los mandatos presidenciales, congresales y del Parlamento Andino; que se adelanten elecciones.

Ahora Boluarte, la noche del domingo pasado, se corrigió al plantear que las elecciones sean en abril del 2024, sin embargo, se produjeron otras voces en el Parlamento planteando que fueran el 2023. De todos modos ese plazo no es tan sencillo de realizar, porque una convocatoria a nueva elecciones en el caso peruano requiere una reforma electoral que debe pasar obligatoriamente por dos legislaturas congresales, y esto implica efectivamente un mínimo de tiempo. La actual legislatura cierra ahora, sin embargo, se podía ampliar hasta el 28 de febrero en ese instante, pero no ha pasado, lo cual ha seguido agitando a la población.

- ¿Cuál es el perfil de las personas que están protestando, es algo que proviene de las militancias o es más bien espontáneo? Al parecer se replica la estructura electoral de la elección que consagró a Castillo, quien gana en provincias y en especial en el sur, pero no en Lima.

Podríamos decir que estamos ante una respuesta de carácter más espontáneo que de carácter orgánico, y podríamos señalar también que la respuesta se focalizó en primer lugar en el sur, en una región de donde es originaria Dina Boluarte, en Apurina. Ahí es donde se han producido, además, los primeros fallecidos; dos jóvenes. Luego creció la protesta hacia Arequipa e Ica, con los bloqueos de las carreteras.

Ese es el inicio de las protestas, sin embargo, a lo largo de lo que son estos siete primeros días de crisis, se han cometido un conjunto de errores que han afectado la capacidad de Dina Boluarte de contener la crisis. 

En primer lugar, ella ha nombrado un premier [Pedro Angulo] que no tiene las suficientes credenciales democráticas como para alzar la cabeza. Es una persona que tiene 16 procedimientos judiciales en su contra, con problemas de acoso sexual. Se trata efectivamente de una persona proclive a propagandizar el tema de la ideología de género, contra las políticas de igualdad de parte de todas nosotras. 

También hay otros miembros dentro del gabinete vinculados a lo que ha sido los actos de corrupción de Odebrecht y vinculado los intereses de las grandes mineras.

Todo eso ha seguido generando un rechazo que, si bien empezó focalizado en tres regiones, fue creciendo como protesta social, desatado un proceso de represión bastante dura contra población que expresaba una respuesta social poco orgánica, más bien voluntarista y popular, que se generalizó en todo el país. Eso ha significado bloqueo de carreteras en el norte, en el centro y en el sur, y se acaba de declarar el estado de emergencia nacional. 

Todos esos factores siguen agudizando la crisis, porque ha crecido el número de muertos, hemos pasado a un número significativo de personas heridas en situación de gravedad, detenidos y efectivos de las fuerzas policiales heridos también, en más de un centenar.

- ¿Cómo llega alguien como Angulo a dirigir un gabinete de una presidenta que se supone que es de izquierda? ¿Qué acuerdos tras bambalinas hubo con la oligarquía limeña?

Eso es justamente lo que se evalúa del mensaje de Boluarte cuando anuncia que pretende quedarse hasta el 2026. Ahí ya estaba implicado un compromiso con las fuerzas de derecha que respaldan a ese Congreso o que son su expresión. Es por eso que se tiene tan mala lectura de un anuncio hasta el 2026, porque eso anunciaba compromisos políticos con los poderes fácticos; militares, económicos y empresariales que se expresan efectivamente en el Congreso de la República, mayoritariamente conservador.

- ¿Cuál es la situación ahora de Lima, pensando en que ahí Castillo no tiene mayores respaldos desde la elección?

Es correcto lo que dices; si uno lo mide porcentualmente Pedro Castillo fue derrotado en Lima en una proporción de dos a uno, es decir el 66% votó por la propuesta de derecha en segunda vuelta. La mayor derrota de Castillo se produce en Lima. Sin embargo, Lima está hoy día movilizada de manera significativa. No como en Cuzco, Puno o Arequipa, o como la movilización que se produjo el 14 de noviembre de 2020 en la misma Lima contra Manuel Merino, que fue un gobierno de seis días. Pero sí la ciudad está ampliamente movilizada como para acudir a la Plaza San Martín, donde estaba convocada la reunión, aunque esta ha sido militarizada, como pasa con todo el centro de la ciudad.

- ¿Quiénes se están movilizando en Lima? ¿Mujeres, estudiantes?

En el caso de Lima la movilización es bastante más orgánica, vinculada a la Asamblea Nacional de los Pueblos que reúne a los sectores organizados principales del país. Es decir, en torno a la Confederación Unitaria de Trabajadores del Perú, que son los que están a la cabeza de esa convocatoria. Luego están los estudiantes de las universidades estatales, en particular la de San Marcos. La Universidad ha sido tomada y por supuesto se han movilizado los estudiantes. Hay también una presencia femenina de colectivos organizados del movimiento feminista. 

Son las fuerzas antifujimoristas que sistemáticamente se han movilizado en la lógica de siempre; de impedir el triunfo de Fujimori, que terminan votando por Castillo en la segunda vuelta, y que hoy sienten que efectivamente se ha producido un golpe desde el Parlamento, desde donde se festeja la caída de Castillo, lo que resulta una imagen inaceptable para el país, cuando ese Congreso tiene una aprobación del 6%. 

Es por eso que la consigna en Lima centralmente es que se cierre el Congreso y que se adelanten las elecciones. No es el lema principal que se restituya a Castillo en el cargo, a diferencia de lo que pasa en el sur, donde sí plantean una consigna así. 

- Boluarte habló de encabezar un gobierno de unidad nacional, en ese marco ¿algo puede resguardarse de la unidad de la izquierda?

Ella no está representando lamentablemente en estos momentos la unidad izquierda y no veo que pudiese estar en condiciones de lograr una unidad nacional, a pesar de que su mensaje podía haber evidenciado un compromiso con las fuerzas ubicadas en el Congreso.

En el gabinete actual en realidad no hay ningún representante significativo de las fuerzas políticas, porque decidió ir por un 'gabinete técnico', aun cuando se requería de una salida también política. Hay cinco viceministros de Castillo, hay dos o tres viceministros de Ollanta Humala. Hay una o dos autoridades que vienen de Pedro Pablo Kuczynski y una de Francisco Sagasti. Por lo tanto, ni siquiera hay una renovación en la tecnocracia, la que sigue respondiendo a los cuatro gobiernos anteriores, lo cual evidencia que no tiene un entorno adecuado que la esté acompañando bien a nivel operativo y menos como operadores políticos. 

- ¿Boluarte habla con Keiko Fujimori?

No hay ninguna imagen de ella conversando con Keiko Fujimori. Sí hay imágenes que han resultado desagradables para la población que son con las bancadas de la derecha, que fueron las primeras en saludarla, aunque es cierto que otras fuerzas de izquierda también la saludaron.

 - ¿Por qué una de sus primeras reuniones de Boluarte fue con el arzobispo de Lima, Carlos Castillo?

Pedro Castillo rechazó una interlocución con el Arzobispado en relación con llamar a un acuerdo nacional, que es una instancia que el Perú tiene en donde se discute la política de Estado. El encuentro posterior era una forma de contrarrestar lo que fue la lógica de Castillo, acercándose a la Iglesia católica, la que indudablemente tiene un peso significativo en el Perú, aunque es creciente el peso también de las iglesias evangélicas. Entonces connota la idea de pedir por la paz social, por el diálogo. Es una interlocución para bajar la tensión.

- ¿No es una concesión a los sectores más conservadores?

Yo estoy a favor, pues, de un Estado laico. Entonces no soy proclive a las intermediaciones de la Iglesia en las búsquedas de salidas políticas y, por supuesto, desde mi punto de vista, esto es una concesión al sector conservador.

- ¿Cómo evalúa el papel de Manuel Andrés López Obrador [AMLO], Alberto Fernández, Evo Morales, Luis Arce y Gustavo Petro, quienes se han jugado por defender personalmente a Pedro Castillo?

Mi lectura es que la mediática hegemónica de América Latina, que es conservadora, está buscando generar una polarización entre AMLO, que sigue reconociendo a Castillo, y Lula da Silva, quien ha sido más duro y ha reconocido a Boluarte. Al respecto, recomiendo que no deberíamos de caer en esa falsa polarización.

"Lo que desata la mayor rabia es que el Congreso pretenda quedarse. Pedro Castillo tenía 31% de aprobación nacional, que es básicamente el sector que se está movilizando y el Congreso sólo tenía un reconocimiento del 6%".

Es una mirada desde lejos en donde las interpretaciones del debido proceso no están lo suficientemente claras y mientras no lo estén, hay presidentes que han opinado por seguir manteniendo el reconocimiento a Castillo y otros por aceptar el reconocimiento de Dina Boluarte. De tal modo, esa varianza tiene que ver con las dificultades en la propia interpretación legal de lo que está sucediendo, pues el desenlace no se ha producido.

- ¿Todo esto tiene algún efecto en la política peruana?

Por supuesto que el sector que está planteando que se restituya en el cargo al presidente Castillo simpatizará bastante más con AMLO y quienes reconocen ya a Dina simpatizarán más con Lula, pero eso no está teniendo ningún peso en el frente interno.

- ¿Tiene opinión por la postura chilena, con Gabriel Boric reconociendo a Dina Boluarte?

Yo particularmente creo que son respetables las posiciones de todos los presidentes y me mantengo en lo que sería una política de no injerencia. Creo que los temas nuestros los vamos a resolver los peruanos y que indudablemente los presidentes tienen sus propias apreciaciones, desde fuera, algunos con más elementos y otro con menos. 

- ¿Cómo queda la izquierda peruana con todo esto? ¿puede recomponerse?

A mi juicio lo que la izquierda tendría que hacer es recomponer los espacios de unidad que efectivamente durante el mandato de Pedro Castillo se han roto.

Debemos de recordar que Castillo rompe con la izquierda la primera semana de febrero, cuando retira del gabinete a las fuerzas de izquierda, colocado a la defensiva, en la búsqueda de una correlación de votos en el Congreso de la República. Y luego, hay que saber qué hacer con la factura del incumplimiento de las promesas de Pedro Castillo en el gobierno, la cual se le va a pasar al conjunto de la izquierda, a quienes hayan estado o no en el gobierno.

Es un momento de repensarse, auto criticarse, recrearse y refundarse. Hay en esos momentos un espacio importante que se llama Coordinadora de Organizaciones Políticas de Izquierda y Progresistas del Perú, que reúne a un total de doce organizaciones. También está la Asamblea Nacional de los Pueblos del Perú. Esos serían los dos espacios institucionales que pudiesen permitir niveles de recomposición, aunque ambos casos son embrionarios e insuficientes, por sí solos, para cualquier triunfo o para cualquier representación significativa electoral. 

- Después de todo esto ¿Puede ganar Keiko Fujimori?

La imagen del fujimorismo sigue desgastada, pero en ese país no podemos descartar que Keiko Fujimori vuelva a ser candidata. Por supuesto, si vuelve a ser candidata, las filas de la izquierda y las fuerzas democráticas se organizarán mejor. Ya sectores de la derecha, que hoy día ganaron la Alcaldía de Lima, que es la principal, porque representa el 38% de la población, cuestionan el liderazgo de Keiko Fujimori, en la búsqueda de alguien que los lleve a un triunfo y no a una cuarta derrota.

- ¿Tiene algún futuro Pedro Castillo en la política peruana?

Los errores de Castillo son bastante graves, no solamente por lo del 7 de diciembre, si no por el incumplimiento de su compromiso electoral durante un año y medio. Sin embargo, se dice pues que en política es mejor ser historiador que adivino, aunque podré decir que en política no hay muertos, no hay cadáveres.

- Perdone que insista en ponerla en el papel de adivina ¿Cree que se van a adelantar las elecciones a 2023? 

Como adivina te podría decir que indudablemente las elecciones se adelantarán sí o sí. Lo que pasa es que hay formas y formas de adelantarlas, y apresurarlas a 2023 puede ser contraproducente. Digamos que es razonable la propuesta que hace el Dina de que sean en 2024, porque eso permite un mejor tiempo electoral para producir las modificaciones técnicas y políticas necesarias.

Sin embargo, lo que veo es que los tiempos políticos del Perú se acelerarán y el tiempo político de ella será más breve.

- Perú ha pasado por una seguidilla de presidentes de corta duración. Más allá de esta crisis ¿qué hay de fondo?

Nosotros no estamos ante una crisis de coyuntura. Perú está ante una crisis más sistémica, como consecuencia de un modelo que ha agravado las condiciones de la población, ahora que los precios de los commodities han bajado y no está el crecimiento de antes.

En seis años el Perú ha tenido cinco presidentes, 200 ministros de Estado, nueve gabinetes, y siete ministros de Salud para una sola pandemia. 

Entonces, el tema Castillo es consecuencia de un ‘momento constituyente’ que vive el Perú, el cual apunta a las causas de esta inestabilidad institucional.  

Estamos probablemente en un desfase entre la movilización de la sociedad peruana con respecto de su Constitución, pero -aparte de la constitucionalidad de la crisis- ¿cuáles son los elementos más graves? En primer lugar, encontramos que se ha caminado en piloto automático la economía peruana, la cual ha sido significativa y muy importante, por el alto precio de los commodities, lo cual permitió efectivamente un crecimiento económico por encima de casi todas las economías de América Latina y una inflación por debajo de las latinoamericanas y mundiales, incluso.

Sin embargo, efectivamente eso no ha ido acompañado de nuevas reglas políticas y al agotarse los altos ingresos, porque han bajado los precios de los commodities, agravado todo por la crisis por la pandemia, tenemos un modelo de goteo que trastabilla, que incide en la caída sucesiva de un presidente tras otro, de varios gabinetes, eso sin descartar que el gabinete de Dina Boluarte pueda caer esta misma semana.

- ¿Cuáles son las condiciones políticas para que caiga pronto el primer gabinete de Dina Boluarte? 

Existen condiciones como consecuencia de la alta explosión social y del alto grado represivo de las fuerzas policiales. Eso se suma a un premier que no da garantías democráticas en el ejercicio del cargo, y a la impericia política de un gabinete exclusivamente tecnocrático.

Desde mi punto de vista, preferiría el agotamiento del gabinete antes que la salida de Dina Boluarte, porque eso entregaría directamente el poder al Congreso de la República, lo cual sería gravísimo, porque quien lo preside es el general José Williams, una persona con muy pocas credenciales democráticas, vinculado a violaciones a los derechos humanos.

Además, eso agudizaría la percepción de que hubo un golpe permanente parlamentario que se ejerció durante un año y medio contra Castillo, lo que se consolidaría al entregarle la Presidencia a la República a la Presidencia del Congreso, con lo que -además- la entidad efectivamente concentraría la totalidad de los poderes en una sola mano y con una sola orientación política.

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Gran entrevista. Fuerza para los movilizados en el Perú.

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