Prosur

En las primeras elecciones en 20 años sin candidatos del ex mandatario Álvaro Uribe en segunda vuelta, el líder de Pacto Histórico derrotó al representante de la derecha populista, Rodolfo Hernández, acentuando el giro hacia la izquierda en América Latina.

El cientista político y diplomático cree que un organismo técnico y exento de burocracia que se desempeñe en función de un interés común como las oportunidades de desarrollo del litio puede ser factible si hay voluntad política. En conversación con INTERFERENCIA además aborda los desafíos de política exterior del gobierno de Gabriel Boric y el papel de Chile en conflictos como las tensiones entre EE.UU. y China junto con la guerra en Ucrania.

A comienzos de 2019 todo indicaba que sería un buen año para la derecha sudamericana, Jair Bolsonaro recién había asumido en Brasil y el Prosur iba a la caza de Venezuela, pero en octubre el panorama cambió, Alberto Fernández se impuso en Argentina y una ola de protestas populares agrietó la conducción conservadora. Desde entonces, Fernández ha asumido por defecto el liderazgo progresista, ha polemizado con Piñera y ha reunido a los líderes de la centroizquierda de la región, en un giro en 360 grados respecto de su antecesor.

Eliminar la corrupción, estimular el crecimiento, crear empleos y terminar con la delincuencia fue parte del guión que desarrolló la derecha para dar vuelta el tablero y quedar a la cabeza en la mayor parte de los países de la región. Sin embargo, Piñera, Macri, Bolsonaro y Duque, los hombres ancla de este cambio, aún no logran despegar.

Jair Bolsonaro estará en suelo chileno tan solo tres días, en los cuales asistirá a la primera cumbre de Prosur y a una serie de instancias que contemplan honores del Estado. Tiempo suficiente como para despertar a una alicaída oposición que -esta vez- se articuló para repudiar la presencia del ultraderechista presidente de Brasil.