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Quien quiera entender a la figura de Menem y al país que lo elevó al poder, mejor que busque en otro lado. Quien quiera respuestas para los enigmas de esa época, no las encontrará. Acá hay redundancia, pero graciosa.

El uso de la Inteligencia Artificial (IA) está creciendo astronómicamente en todo el mundo, lo que requiere una enorme cantidad de energía para fabricar semiconductores y provoca una explosión gigantesca en la construcción de centros de datos. Tan grande y rápida es esta expansión que Sam Altman, director de OpenAI, ha advertido de que la IA está llevando a la humanidad hacia una “crisis energética catastrófica”.

Arte generativo utilizado para propaganda electoral, políticos muertos que resucitan con IA para recomendar candidatos y llamadas con deepfakes que imitan la voz de Biden invitando a no votar. Durante 2023, la desregulación del uso de inteligencia artificial marcó las elecciones a nivel mundial y todo hace prever que seguirá influyendo durante este año en que EEUU elige presidente.

Fue invitado en julio de este año a la 37° edición del retiro al que van empresarios como Jeff Bezos o Bill Gates, pero eligió no ir ya que todo ex Presidente debe pedir permiso a la Cámara para salir del país durante seis meses luego de terminado su mandato. Esto lo habría sacado de su silencio en el debate constitucional con el que favorece el Rechazo.

Según la publicación Wired, los líderes europeos de ultraderecha no apoyan las restricciones impulsadas contra plataformas como Facebook, Google, Amazon y Apple -las llamadas Big Four-, por lo que podrían convertirse en unos aliados inesperados para las grandes empresas tecnológicas de California.

En línea con lo que aparece como una tendencia mundial en el retail, los robots serán instalados en los 55 centros de manejo de pedidos de la empresa en Estados Unidos y se estima que eliminarían al menos 24 puestos de trabajo en cada uno, lo que equivale a 1.300 empleos menos. Y es solo un inicio, para una industria que va hacia allá.