La implementación gradual de la jornada laboral de 40 horas en Chile será uno de los hitos del gobierno de Gabriel Boric. La medida, pese a ser resistida por los gremios empresariales, es una tendencia que en Europa ya había comenzado para la década de 1990 y que actualmente hay países que han apostado para reducirla hasta las 35 horas o bien, trabajar solo 4 días a la semana.
Desde otra perspectiva, dentro de la región latinoamericana, la implementación en Chile sigue estando a la vanguardia de otros países de Latinoamérica que aún no han avanzado de manera concreta en la aplicación de esta reducción.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de la que Chile es miembro junto a otros 37 países, es uno de los parámetros en cuanto a implementación de las 40 horas laborales, pues, en promedio, Chile era uno de los estados que, dentro del bloque, promediaba más horas de trabajo.
Chile y los países OCDE
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de la que Chile es miembro junto a otros 37 países, es uno de los parámetros en cuanto a implementación de las 40 horas laborales, pues, en promedio, Chile era uno de los estados que, dentro del bloque, promediaba más horas de trabajo.
En ese entendido, 25 de los 38 países ya han implementado jornadas de 40 horas: Austria, Canadá, Estonia, Eslovenia, España, Estados Unidos (depende del Estado), Finlandia, Grecia, Hungría, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca y Suecia.
Asimismo, de forma particular, los países que han implementado jornadas de menos de 40 horas son: Alemania, Australia, Dinamarca, Francia y Países Bajos.
Por otra parte, en el rango de los países que trabajan de 41 a 45 horas semanales, figuran Israel, Suiza y Turquía.
Cabe destacar que dichas jornadas no contemplan la jornada máxima laboral, donde cada trabajador y empleador puede negociar, por ejemplo, horas extraordinarias o flexibilizar su propia jornada.
Chile en la región latinoamericana
Chile, junto con Brasil, El Salvador, Honduras y República Dominicana trabajan en el tramo de jornada laboral semanal de 41 a 45 horas. Mientras que en el rango de 46 a 48 horas semanales se encuentran Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
En ese entendido, 25 de los 38 países ya han implementado jornadas de 40 horas: Austria, Canadá, Estonia, Eslovenia, España, Estados Unidos (depende del Estado), Finlandia, Grecia, Hungría, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca y Suecia.
Ecuador y Venezuela son los únicos países de la región que han establecido en 40 horas la jornada semanal.
Gradualidad y evidencia comparada
Según evidencia comparada recabada por el Ministerio del Trabajo y Previsión Social y presentada ante la Comisión de Hacienda del Senado, se analizaron ocho países que reformaron las horas de trabajo con una reducción importante y con mecanismos de gradualidad o acuerdos entre las partes.
En orden cronológico, Portugal implementó la reducción en 1996 motivado por converger con el promedio semanal de horas establecido por la OCDE de 37,5 en 1995. Esto, mientras la tendencia europea de la época que buscaba la reducción como herramienta para crear nuevos empleos y reducir el desempleo.
La medida fue implementada de manera gradual y se redujo de 44 a 40 horas en el lapso de dos años, así, para 1997 ya se había implementado la reducción.
Finlandia fue otro de los países que también implementó la reducción de jornada en el año 1996. A diferencia de Portugal, la medida se implementó a través de un mecanismo de repartición de empleo (work-sharing) para enfrentar el desempleo del país.
De esta forma, la jornada laboral estableció el límite de 40 a 30 horas semanales por trabajador que pasó de trabajar ocho horas diarias por cinco días a trabajar seis horas diarias por cinco días.
Chile, junto con Brasil, El Salvador, Honduras y República Dominicana trabajan en el tramo de jornada laboral semanal de 41 a 45 horas. Mientras que en el rango de 46 a 48 horas semanales se encuentran Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
En el estudio, también se incluye Canadá, país que implementó su jornada en 1997 para la provincia de Quebec bajo una ley local. El objetivo también era estimular el empleo mediante el work-sharing y desde el año 1997 hasta el año 2000 se redujo en una hora la jornada, pasando de 44 a 40 horas.
No obstante, como la medida buscaba el estímulo del trabajo, la medida solo se implementó a empleados que cobraban por hora y no estaban cubiertos por un contrato sindical. pero sin restricción para mantener el salario mensual.
En el año 1998 fue el turno del Reino Unido. La medida fue implementada como respuesta a la exigencia de regulación por parte de la Unión Europea. Esto, pues el caso es particularmente especial, en rigor, antes de la reforma no contaban con regulación, pues las horas máximas que se podían trabajar en la semana radicaban en los acuerdos colectivos o individuales entre trabajadores y empleadores.
En concreto, la ley buscó implementar 48 horas de jornada como máximo a la semana, además de establecer la obligación de tener derecho a vacaciones tres o cuatro semanas.
Otro caso especial es el de Dinamarca, pues los trabajadores promediaban 37 horas de trabajo semanal con posibilidad de flexibilidad, de hecho, cuando en las directivas de la Unión Europeo buscaron su aplicación, en territorio danés no tuvieron más efecto que el de establecer un límite de jornada laboral de trabajo en 48 horas. En rigor, el acuerdo para el año 2006 estaba fijado en las 37 horas.
Corea del Sur también es uno de los países que implementó las 40 horas. La medida comenzó su aplicación en 2004, pero tuvo una reducción previa en el año 1999 cuando la jornada se redujo a 44 horas en una primera instancia. Se implementó primeramente en empresas de más de mil empleados para luego extenderse gradualmente a empresas más pequeñas.
El documento también cita uno de los ejemplos más recientes de reducción de jornada, Islandia. La jornada laboral se redujo de las 40 a las 36 horas, llegando en algunos casos a 32 horas semanales para trabajadores con turnos irregulares en el sector público.
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