Alcaldes como Rodolfo Cartes, de La Florida; Evelyn Matthei, de Providencia; Felipe Alessandri, de Santiago; y Joaquín Lavín, de Las Condes, todos oficialistas, decidieron en la mañana de ayer domingo 15 de marzo ir más allá de las medidas tomadas por Sebastián Piñera para frenar el coronavirus, y acordaron suspender las clases en los establecimientos municipales de sus comunas.
Además, resolvieron poner en práctica servicios de atención domiciliaria para vecinos de la tercera edad que muestren síntomas de haber contraído el COVID-19.A la decisión de esos ediles se sumaron decenas de otros alcaldes antes de las 14 horas, obligando a La Moneda a sumarse a la resolución y decretar la suspensión de las clases en todos los niveles de la educación preescolar, básica y secundaria, pública y privada, durante a lo menos 14 días.
Esto se dio en una confusa conferencia de prensa encabezada por Sebastián Piñera, quien anunció las nuevas medidas, flanqueado por los ministros Jaime Mañalich (Salud), quien explicó los aspectos prácticos de las medidas, Gonzalo Blumel (Interior) y Raúl Figueroa (Educación), además de varios de los alcaldes que iniciaron el movimiento e hicieron entrar en razón al gobierno.
Una postal que además contravenía una de las medidas básicas preventivas: pues las autoridades no respetaban lo que se denomina como la distancia social que hay que mantener entre las personas para evitar los contagios.
Horas antes se habia reunido el comité de expertos del gobierno y había señalado que no era aconsejable suspender las clases, quedando desautorizado en cuestión de horas,
Pero la medida desautoriza principalmente a Jaime Mañalich, ministro de Salud, quien horas antes puso en su cuenta personal de Twitter: "¿Realmente se cree que cerrar los centros de educación que dan comida, protección, seguridad a la mayoría de los niños y enviarlos solos sus hogares es una medida razonable?"
En otro desafortunado twitt, el ministro y jefe interministerial para enfrentar la crisis pandémica, se enfrascó en una dura disputa con la epidemióloga María Paz Bertoglia, quien había escrito en la red social: "No, las mascarillas no sirven en población general asintomática. Si, las mascarillas pueden aumentar riesgo de contagio (se tocan más la cara, contaminan al desecharlas). Si, recomendar mascarillas a población general es irresponsable pues causa desabastecimiento en centros salud". Ante el consejo de la experta, Mañalich twitteó: "Falso", lloviéndole críticas pues la evidencia médica apoyaba a la epidemióloga y no a la autoridad sanitaria.
Al igual que probablemente la mayoría de la ciudadanía, que de mutuo propio ya estaba adoptando medidas más restrictivas que las aconsejadas por el gobierno, como las universidades que estaban de a una suspendiendo clases u otras organizaciones que estaban adoptando de facto cuarentenas preventivas, los ediles percibieron lo que parece evidente: las medidas tomadas por La Moneda el viernes son insuficientes para impedir la diseminación de los contagios del coronavirus. Los malls y los grandes centros comerciales, donde se congregan miles de personas cada fin de semana, no han sido tocados por Piñera ni por el Ministerio de Salud. En general, las complicaciones del mundo laboral por la pandemia, salvo la posible puesta en práctica de un balbuceante teletrabajo, tampoco han sido abordadas por el Ejecutivo en esta crisis sanitaria.
Lo que ya es evidente en Europa y camina rápidamente a serlo en otras latitudes del mundo, parece no ser visto con suficiente claridad por las autoridades del país. Comercios completamente cerrados, clases suspendidas en todos los niveles de la educación, poblaciones enteras aisladas en sus domicilios, fronteras -aéreas, terrestres y marítimas- clausuradas para cualquier extranjero y ciudades con paisajes desiertos, son algunas de las medidas adoptadas en países muy familiares para los chilenos, como Argentina, país que tiene un brote epidémico incluso menor al de Chile, hasta el momento.
En Corea del Sur uno de los factores que ha permitido frenar la pandemia fue la movilización de cientos de vehículos móviles sanitarios hacia los domicilios de las personas que presentaban síntomas de la enfermedad. Ello permitió disminuir drásticamente la presión sobre los servicios de salud. Acá, hasta ahora, nada se ha escuchado al respecto.
Un análisis sobre la base de datos publicados sobre el nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad respiratoria COVID-19, señaló una duración estimada de 5,1 días como la cifra mediana del período de incubación, según un trabajo que publicaron investigadores de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health en la journal Annals of Internal Medicine.
Esta mediana de tiempo entre el contagio hasta el momento en el que se presentan los síntomas sugiere que la cuarentena de 14 días que se ha estado empleando en la mayoría de los países para las personas expuestas al coronavirus es "razonable" según los autores.
El estudio indica que el 97,5% de las personas que desarrollarán los síntomas asociados al COVID-19 lo harán dentro de los 11,5 días a partir del momento de exposición. Los investigadores determinaron también que por cada 10 mil pacientes que pasen 14 días en cuarentena, sólo unos 101 desarrollarán los síntomas una vez superado este período.
En Europa y América se siguieron ayer cerrando fronteras en un intento por evitar que la enfermedad se siga expandiendo. En España en las últimas 24 horas se duplicaron las víctimas fatales llegando a 288 fallecidos.
En Francia, en tanto, donde hubo ayer elecciones municipales, se batió el record de abstención en eventos similares, debido a la pandemia.
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Excelente información,
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