María (56 años) -quien es identificada con seudónimo en esta nota por temor a represalias- vive sola y desde hace 30 años es funcionaria pública. Por su cargo y su experiencia, gana un sueldo por sobre los dos millones de pesos. 

Sin embargo, ella nunca ha querido dejar su casa, que heredó de su madre, en una población de la comuna de El Bosque. Su familia vive cerca del lugar, conoce a sus vecinos y a su barrio. Este martes 2 de mayo, la junta de vecinos de su barrio le avisó que sería una de las beneficiadas con la caja de alimentos que entrega el gobierno, como una de las medidas para enfrentar la crisis económica tras la pandemia.

Para entregarle la caja de alimentos, a María solo le pidieron su nombre y su rut. No tuvo que firmar ningún papel. Los funcionarios municipales que le entregaron la caja, ese mismo martes, no manejaban datos sobre su condición económica ni social. Así también repartieron las cajas entre sus vecinos, sólo anotando su rut y sus nombres.

Ella decidió donarla a la junta de vecinos, que está organizando una olla común todos los días, a un par de cuadras de su casa. “Yo no necesito esa caja, así que la doné a los vecinos, porque acá en el barrio hay una olla común donde se ve una fila cada día más larga y ellos la necesitan más”, comenta.

“Pero tengo vecinos que viven en casas que adentro hay dos o tres familias, y también solo recibieron una caja por inmueble”, agrega.

Así como el caso de María, son muchos los testimonios que muestran que el criterio del gobierno para entregar estas cajas de alimentos no corresponde al 70% del 40% más pobre del país, como señalaron en alguna oportunidad sus autoridades. Incluso, deja bastantes dudas sobre si existe un criterio claro trazado por Rodrigo Ubilla, asesor presidencial a cargo de este plan de emergencia; o del Ministerio del Interior, que cumplió esta misma función; o también del Ministerio de Desarrollo Social, el que hasta ayer era liderado por Sebastián Sichel, quien fue reemplazado por Cristián Monckeberg en un cambio de gabinete en el que salió solo un ministro y el resto fue enrocado.

Si bien el gobierno afirmó, según consignó La Tercera el pasado 18 de mayo, que se iba a tomar como referencia la información del Registro Social de Hogares (RSH) para llegar a barrios específicos (ex fichas CAS), lo cierto es que la gestión no ha estado a cargo del gobierno central.

Las compras de las canastas han estado a cargo de las distintas intendencias del país, y es ahí donde empieza a aclararse qué familias recibirán el beneficio, en un proceso sin mayores definiciones por parte de La Moneda, que ha dejado la gestión en manos de los municipios o los gobiernos locales.

Consultados por INTERFERENCIA, en la Intendencia Metropolitana aseguraron que el criterio que se utiliza es la entrega por barrio específico de cada comuna y que la elección del barrio es una decisión entre la Intendencia y el municipio respectivo. Todos los casos son distintos, por lo tanto es altamente probable que en distintas comunas se den casos como el de María; la mujer que recibió la canasta pese a tener un sueldo por sobre los $ 2 millones, mencionada al principio de este artículo.

El caso de la Villa Naciones Unidas

En Villa Naciones Unidas, en Ñuñoa, los vecinos recibieron esta semana las cajas que entrega el gobierno en todos los departamentos. La mayoría venía sin legumbres ni huevos, pero incluía leche, azúcar, atún, jurel, arroz y fideos, entre otros productos. En la familia de Luciana (46 años) son tres personas, pero afirma que a pesar de que no les sobra el dinero, no necesitaban la caja. Sí su hija, que vive con su pareja, ambos sin trabajo. 

“Yo le di la caja a mi hija, porque a ella en Santiago centro no le dieron, le dijeron que solo le iban a dar a familias con ficha social. Pero mi ex pareja, que vive acá en la Villa, recibió la misma caja y él gana como dos millones de pesos mensuales, y él vive solo. Y recibió la misma cantidad de comida que en mi casa, que somos tres, y que mi vecina, que son cinco personas”, cuenta.

Luciana recibió la caja solo entregando su nombre y su rut. Y a pesar de lo que le afirmaron a su hija, en la comuna de Santiago también se están entregando por un criterio barrial.

Nicolás (26 años) vive junto a su padre y su hermana en una casa del barrio Pedro Montt, de la comuna de Santiago. Cuenta que la semana pasada, funcionarios de la Municipalidad entregaron cajas de alimentos en su barrio. Cuando le tocó a su hogar, los funcionarios fueron enfáticos en aclarar y repetir que ésta era ayuda de la Municipalidad y que esta caja no correspondía a la impartida por el gobierno. Esto, a pesar de que según recuerda, la caja tenía un logo gubernamental. “Esta caja era mejor que la del gobierno sí, yo después vi la lista de la caja del gobierno y esta caja trae más cosas. Y todo esto nos sirve, así que la recibimos, es una ayuda”, dice.

Como el caso de la caja que recibió Nicolás, son varias las comunas que están repartiendo cajas de alimentos en paralelo a las del gobierno. La definición de los barrios donde se repartirán queda a criterio de las municipalidades. Esto enciende las alarmas sobre las posibilidades de que el criterio finalmente sea clientelista, tomando en cuenta que las elecciones municipales deberían realizarse en octubre de 2021.

Distintos criterios en Lo Prado y Recoleta

El alcalde de Lo Prado, Maximiliano Ríos (PPD), indicó a INTERFERENCIA que no se han recibido criterios desde el Ministerio del Interior u otra cartera para determinar a quién se le entrega las cajas. Para hacerlas llegar, esta comuna optó por trabajar codo a codo con unidades vecinales que aportan información sobre los distintos sectores de la comuna y sus necesidades particulares. 

En conjunto, se eligen los territorios más vulnerables y se dispone la entrega de cajas, puerta a puerta, a todos los vecinos. En casos en que más de una familia reside en un hogar, la Municipalidad reparte hasta cuatro cajas por dirección, dependiendo del número de familias en el mismo inmueble. 

En el caso de familias que viven en sectores de baja vulnerabilidad, pero que luego de la pandemia han sufrido un empeoramiento considerable en su situación socioeconómica -al perder sus trabajos o ver sus ingresos disminuidos- el alcalde Ríos indicó que se están repartiendo cajas con alimentos gestionados desde la misma Municipalidad. 

“Esta es una iniciativa muy noble pero muy ineficiente”, indica Ríos. “Hay gente, el último ciudadano al que se le reparte, al que le llega un mes después la caja. Cuando hay urgencias inmediatas es muy complicado”, explica.

Un problema extra es que además, ni el Ministerio de Desarrollo Social ni el Ministerio de Salud han puesto a disposición de los funcionarios municipales los hogares con contagios Covid-19, lo que pone en riesgo a los funcionarios que reparten estas cajas, tal como publicó esta semana El Desconcierto. La misma nota indica que más que el Ministerio del Interior y su asesor Rodrigo Ubilla, es la Segpres la que ha colaborado con la Intendencia y los municipios en la coordinación del reparto de cajas. 

Por su parte, desde la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de Recoleta indicaron que el criterio para efectuar el reparto provino del propio gobierno comunal, sin recibir orientaciones claras de cómo y a quién repartir por parte del gobierno.

Recoleta, que desde abril ya contaba con una demanda de alimento de 6 mil familias en necesidad, utilizó el Registro Social de Hogares para identificar distritos de mayor vulnerabilidad, estrategia similar a la de Lo Prado. A medida que llegan las cajas, funcionarios municipales reparten puerta a puerta dentro de los territorios con mayor necesidad. 

“Lo que se empezó a hacer -por la presión de la necesidad- fue barrer la población en la calle, con operativos territoriales, entregando cajas en sectores donde la mayoría de las familias lo requieren”, explica Fares Jadue, director de la Dideco.

En cuanto a los hogares donde viven más de una familia, el funcionario indicó que se entrega sólo una por dirección. Para estos casos se le solicita a las familias presentar un requerimiento para cajas extra, las cuales son posteriormente entregadas en la dirección indicada.

Valparaíso y el Bío Bío

Nuestro medio conversó con fuentes de la alcaldía de Valparaíso cercanas a Jorge Sharp, desde donde explicaron que si bien han tenido una coordinación constante y sin conflictos con la Seremi de Desarrollo Social de la Región, el criterio de distribución ha estado a cargo del municipio.

Lo que han hecho en este caso es ocupar distintas bases de datos, como por ejemplo el Registro Social de Hogares o el Censo de 2017, entre otras. En esta, de los 101 mil hogares registrados por el Censo de 2017, 94 mil están inscritas en el RSH, de estos últimos 53 mil están en el 40% más pobre.

El gobierno destinó 23 mil cajas para la comuna, de las que han llegado poco más de 2 mil, por lo tanto han tenido que fijar como criterio el priorizar a los hogares que estén en el registro y que a la vez tengan al menos un integrante adulto mayor. Los que cumplen con estos requisitos son 28 mil hogares dicen desde el Municipio, en definitiva muchos más hogares que las canastas dispuestas por el gobierno.

Las fuentes del municipio porteño además agregan que si bien están de acuerdo con la entrega de esta ayuda de emergencia, ha sido un trabajo complejo. Problemas como estos relató El Desconcierto en su artículo Problemas de logística y gestión: Los tropiezos en la entrega de las cajas de alimentos del gobierno.

Nuestro medio también conversó con fuentes del Gobierno Regional del Bío Bío, quienes señalaron que el criterio fijado en primera instancia fue entregar a familias donde haya mayores de 80 años. Una vez completado esto seguirán con el 40% más pobre. Aunque según lo indicado han habido algunos problemas con el Registro Social de Hogares, puesto que hay datos no actualizados que los han llevado a encontrarse con personas que ya no viven en los domicilios anotados o que de hecho fallecieron.