El pasado jueves, Radio Bío Bío publicó una grave acusación en contra del equipo de Chilevisión y, en particular, contra el periodista Alejandro Vega. El medio dio a conocer la declaración jurada de Pedro Franco Rivas –uno de los 10 militares condenados por el Caso Quemados– donde se indica que Vega, junto a su equipo de prensa, le habría pagado a Rivas para prestar un testimonio falso en 2015 por el homicidio de Rodrigo Rojas de Negri y el homicidio frustrado de Carmen Gloria Quintana durante la dictadura; ambos rociados con combustible y quemados. Esto con el supuesto fin de inculpar a otros militares.
Bío Bío no contactó a Vega ni a Chilevisión para la elaboración de la nota, publicando exclusivamente el contenido de la declaración jurada ante notario y cuñas del abogado de los militares condenados en el Caso Quemados, Maximiliano Murath.
Murath es también defensor de José Fuentes Castro, condenado por el Caso Degollados, quien confesó que mintió para ganar beneficios condicionales, asegurando que se casó falsamente y presentó un contrato de trabajo de mentira para conseguir la libertad condicional de Punta Peuco.
INTERFERENCIA accedió a documentación y testimonios que ponen en entredicho lo aseverado en la nota de la radio, develando también lo que pareciera ser una –no tan– nueva estrategia legal para solicitar la libertad de violadores de derechos humanos: condenados que se retractan de sus declaraciones judiciales años después de confesar.
En concreto, esta redacción conversó con Patricio Cuevas, el asistente social que atendió a Pedro Franco Rivas los días previos a conocer a Vega, mientras Rivas se encontraba en situación de calle y Cuevas trabajaba en el Hogar de Cristo. Cuevas también estuvo presente durante las entrevistas con Chilevisión y desmiente categóricamente cualquier pago, asegurando que fue el propio Rivas quien se acercó a él y a Vega para confesar. “Lo que a mí no me cuadra es que el día 10 de marzo de este año se le dio diez años de presidio [a Rivas], y resulta que un mes después aparece negando la participación de algunos; y algunos que no son pelados rasos, sino que gente que tenía cierto grado y responsabilidad frente al grupo [de militares]”, comenta.
Este medio también conoció otras dos causas por crímenes de lesa humanidad –el Caso Paine y las causas que recaen sobre “La Pochi”, miembro del Comando Conjunto en dictadura– donde condenados se retractan ante notario de sus declaraciones judiciales y gatillan recursos que buscan exculpar a criminales de lesa humanidad, todos presentados por el mismo abogado del Caso Quemados, Maximiliano Murath (el último hace apenas 5 meses, el 18 de marzo de 2022).
Murath es también defensor de José Fuentes Castro, condenado por el Caso Degollados, quien en audios publicados por INTERFERENCIA confiesa que mintió para ganar beneficios condicionales, asegurando que se casó falsamente y presentó un contrato de trabajo de mentira para conseguir la libertad condicional de Punta Peuco. (Revise acá el artículo).
“Confesó porque se vio en televisión y tenía miedo de que le pasara algo”: trabajador social desmiente retracción de Rivas
Patricio Cuevas hace memoria. “El año 2015 yo hacía ruta social en el programa Noche Digna, ejecutado por el Hogar de Cristo en las comunas de Santiago, Estación Central y Providencia”, recuerda, instancia en que conoció a Pedro Franco Rivas. Por ese tiempo, Rivas no se llamaba ni Pedro ni Franco, sino Patricio. “Cuando uno atiende en calle uno no pide el RUT ni mucho menos, y el se hacía llamar Patricio, esa era su chapa”, explica Cuevas.
“También me dice ‘estoy preocupado, estoy mal porque me van a buscar’. En ese minuto le pido que me de más detalles para poder comprobar que efectivamente era él, porque yo lo conocía como Patricio pero en la tele salió como Pedro”, asegura Cuevas, ante lo cual Rivas le relata aspectos que lo hacen creer en lo que dice, cómo el día, la hora y el lugar en que ocurrieron los hechos.
Lo recuerda como una persona afectuosa y tranquila, al menos hasta aquel día viernes que Rivas se vio en televisión. “En un reportaje emitido por el programa En la Mira, un conscripto, que no era Pedro, lo identificó y mostraron su fotografía”, explica Cuevas, razón por la cual se le acercó para pedir ayuda. “Yo no lo tomé en cuenta, pero después él se corre como enojado para un lado así que le digo ‘Patricio, ¿qué te pasa?’ y ahí él me explica por qué se vio en la tele”.
El trabajador social confiesa que su primer pensamiento fue que Rivas se había visto en un programa sobre personas en situación de calle. “Yo no le creí al principio”, asegura, pero al pedirle un relato más detallado sobre el operativo en torno al Caso Quemados comenzó a dudar respecto a su primera impresión.
“Me dice que él andaba en una de las camionetas, que bajó y que participó de la quema de Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas”, recuerda Cuevas, agregando el ex conscripto otra confesión. “También me dice ‘estoy preocupado, estoy mal porque me van a buscar’. En ese minuto le pido que me de más detalles para poder comprobar que efectivamente era él, porque yo lo conocía como Patricio pero en la tele salió como Pedro”, asegura Cuevas, ante lo cual Rivas le relata aspectos que lo hacen creer en lo que dice, cómo el día, la hora y el lugar en que ocurrieron los hechos.
En ese momento, Pedro Franco Rivas se encontraba sobrio, algo que para Cuevas agregó sustento al testimonio. “’Me vai a ayudar’ me dice, y yo lo contesto que sí y que qué es lo que quiere. ‘Yo quiero que me protejan’, porque directamente él temía por su vida”.
Patricio Cuevas cuenta que en ese minuto tomó su camioneta, volvió al Hogar de Cristo y contactó al departamento editorial de Chilevisión. Poco tiempo después lo contacta Alejandro Vega, a quien relata la situación y compromete a cumplir con la petición de Rivas de prestarle protección, a lo que Vega accede.
Una vez reunidos, Cuevas, Vega y el resto del equipo periodístico de Chilevisión volvieron a buscar a Pedro Franco Rivas, encontrándolo esta vez en estado de ebriedad a las 13 horas de aquel viernes. “Le digo que estos son periodistas de Chilevisión, que pueden ayudarlo con el tema de la protección, pero necesitan que de declaración sobre lo que vivió”, cuenta Cuevas.
Debido al estado en el que estaba en ese momento Rivas, Cuevas cuenta que Vega le pide que lo acompañe para ayudarlo a asearse. “En ningún momento el Alejandro le dijo ‘nosotros te vamos a sacar de la calle, te vamos a dar dinero, te vamos a vestir’; no. Vega le dijo ‘¿tú quieres colaborar con la investigación?’ y él [Rivas] dijo que sí”, explica.
Con la venia de Rivas, lo llevaron a una residencial cercana al Hogar de Cristo donde el ex conscripto se bañó y se cambió de ropa, la cual le proporcionó el equipo de Chilevisión. “Se le veía bien, estaba bien emocionalmente, aunque asustado. Él decía que temía por su vida por las cosas que tenía que decir”, cuenta el trabajador social. Después de eso se dirigieron al hotel Nipón, a un costado de Plaza Italia, donde Rivas pasó la noche
El día siguiente se dirigieron al lugar de los hechos, al punto en avenida General Velásquez donde Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas fueron rociados con bencina y quemados vivos. “Ahí le da un ataque de abstinencia fulminante, se cae al piso y empieza a convulsionar”, recuerda Cuevas, durando 20 minutos el episodio. El equipo de CHV decidió llevarlo al hospital, ya que también se había golpeado la cabeza.
En todo momento, Cuevas asegura que “nunca vi que se le distorsionó el relato, y al minuto que yo hubiese visto eso yo tomaba al Pedro y lo sacaba de ahí”.
La entrevista continuó al día siguiente en dependencias de Chilevisión. Entonces Rivas contó todo, “desde haberles prendido fuego y ver a los quemados y haberlos tirado”, cuenta. “Alejandro preguntaba y el Patricio respondía, y hay algo que siempre me llamó la atención que él [Rivas] relató ese día, y es que después de que ellos habían quemado los cuerpos a todo el grupo que participó los encerraron por un mes, y los dejan incomunicados”, destaca Cuevas.
En todo momento, Cuevas asegura que “nunca vi que se le distorsionó el relato, y al minuto que yo hubiese visto eso yo tomaba al Pedro y lo sacaba de ahí”.
Después de la entrevista, “lo llevamos a la costa el domingo porque el decía que después de contar esto su vida correría peligro, al culpar a las personas que culpó, que los puso con nombre y apellido con lo que hicieron y cómo lo determinaron, lo que pasó después –porque no fue sólo haberlos quemado y haberlos tirado, sino lo que pasó después con los conscriptos – todo eso, el lo dijo de manera clarita y precisa (sic)”.
El lunes, Rivas se despidió de Cuevas y el equipo de Chilevisión y declaró ante el ministro en visita del Caso Quemados, Mario Carroza.
“Ahora, lo que a mí no me cuadra es que el día 10 de marzo de este año se le dan diez años de presidio [a Rivas] y resulta que un mes después aparece negando la participación de algunos, algunos que no son pelados rasos que estuvieron en el grupo, sino que gente que tenía cierto grado y responsabilidad”, reflexiona
“Ahora, lo que a mí no me cuadra es que el día 10 de marzo de este año se le dan diez años de presidio [a Rivas] y resulta que un mes después aparece negando la participación de algunos, algunos que no son pelados rasos que estuvieron en el grupo, sino que gente que tenía cierto grado y responsabilidad”, reflexiona el trabajador social.
Para Cuevas, “no es algo menor que después de seis años que el entregara una versión liberada, es decir, sin ninguna presión, que nadie lo buscó a él, ahora diga quelo fueron a buscar. En ese momento el pedro buscó ayuda porque sentía que estaba en peligro”.
Pedro Franco Rivas no es el único condenado por causas de violaciones a los derechos humanos que se ha retractado de su declaración judicial años después de darla. Tampoco es la primera vez en los últimos años que el abogado Maximiliano Murath se vale de una retracción ante notario para beneficiar a sus defendidos, condenados por crímenes contra la humanidad.
Las retracciones, una estrategia no tan nueva
Cinco meses atrás, el 18 de marzo, el abogado Maximiliano Murath acompañó un documento a la causa rol 36.977. En este, Murath solicita a la Corte Suprema tomar en cuenta una declaración extrajudicial, dónde Andrés Antonio Valenzuela Morales, ex miembro del Comando Conjunto, “exonera y exculpa de dichos hechos materia de la presente causa” a su representada, Viviana Ugarte Sandoval. La retracción fue legalizada desde el lugar de residencia de Valenzuela, en el consulado chileno de París, Francia.
Ugarte es más conocida por su apodo, “La Pochi”, ex miembro de la Fuerza Aérea, condenada por crímenes de lesa humanidad y apuntada como agente del Comando Conjunto responsable de torturar y ultimar detenidos.
Vásquez aseguró haber faltado a la verdad y haber incriminado erróneamente a Arturo Guillermo Fernández Rodríguez –condenado por 38 secuestros calificados–, “ya que existió gran confusión de mi parte […] y por el tiempo transcurrido de esa época”.
Dos años antes de la retracción en el caso de “La Pochi”, el 13 de octubre de 2020, el suboficial de Ejército en retiro, José Hugo Vásquez Silva, también se retractó. Según una declaración jurada ante notario presentada por Maximiliano Murath ante la Corte Suprema por el denominado Caso Paine, Vásquez aseguró haber faltado a la verdad y haber incriminado erróneamente a Arturo Guillermo Fernández Rodríguez –condenado por 38 secuestros calificados–, “ya que existió gran confusión de mi parte […] y por el tiempo transcurrido de esa época”.
La retracción de Vásquez, sumados a otros documentos acompañados, llevaron a Murath a solicitar a la Suprema la absolución de Fernández Rodríguez. (Revise acá la solicitud del abogado).
Reacciones a las acusaciones vertidas en el reportaje de Bío Bío
“Eres una basura humana, ojalá te sequen en la cárcel” y “con amor te vamos a sacar la xuxa si te reconocemos en la calle” fueron algunos de los mensajes que se podían leer en la cuenta de Alejandro Vega. Los insultos y amenazas al periodista luego de la publicación de la nota persistieron durante varios días, con personajes como Hermógenes Pérez de Arce y Tomás Jocelyn Holt amplificando lo reportado por Radio Bío Bío.
El sindicato N° 2 de trabajadores de Chilevisión emitió un comunicado apoyando a Vega, al mismo tiempo que recriminan “la falta de rigor” del medio propiedad de los hermanos Mosciatti. El canal, en tanto, según trascendidos, presentará una queja al Consejo de Ética de los Medios de Comunicación Social además de una carta a los dueños de la radio.
Esta redacción contactó a una de las autoras de la nota de aquel medio, así como también a uno de los editores de la radio, para consultar sobre la decisión de publicar el artículo sin contactar a Chilevisión o a Alejandro Vega. Al cierre de esta edición no hubo respuesta alguna.
El periodista Alejandro Vega, en tanto, se refirió a las acusaciones en su cuenta personal de Twitter. “La falta de rigurosidad periodística de @biobio al no contrastar un infundio sólo es comparable a la campaña de desinformación y acoso que iniciaron contra mi cercanos al mundo militar que siguen defendiendo a ex oficiales condenados como autores de un crimen de lesa humanidad”, publicó.
El mensaje de Vega acompañaba en respuesta el tuit de Radio Bío Bío donde publican el reportaje. Aquel mensaje fue borrado a las pocas horas de emitido el mensaje del periodista.
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