El Club Deportivo Arturo Fernández Vial vive días convulsos, con una gran incertidumbre entre sus hinchas. La histórica institución, fundada hace más de 120 años, atraviesa un período de caos institucional que todavía no parece tener solución.
Para un espectador poco enterado de la interna de lo que ha sucedido en el último tiempo en el club, la situación es al menos llamativa: dos administraciones trabajan y compiten por obtener la representación desde Anfa para participar en la Tercera División con el nombre del emblemático equipo aurinegro.
Estas corresponden a la Corporación del club por un lado y por el otro a la Sociedad Anónima Deportiva Profesional (SADP) compuesta por un grupo de hinchas que asumieron la administración tras el desastre deportivo e institucional que significó ser relegados a la categoría amateur del fútbol chileno, luego de las cuatro sanciones que le impuso el Tribunal de Disciplina por los atrasos en los pagos de sueldos y cotizaciones del plantel, que a la larga no le dieron opciones deportivas al club de luchar por mantenerse en la Segunda División -tercera categoría del fútbol profesional-, terminando el año en el último lugar, al borde de la desafiliación.
Ambas postulantes ya han contratado a cuerpos técnicos, incorporado jugadores a sus planteles e incluso disputado algunos partidos amistosos durante el verano.
Curiosamente, se trata de un antecedente que ya tuvo lugar en 2012, cuando el “Almirante” tuvo dos equipos en paralelo: uno en Tercera y otro en la recién iniciada Segunda División. A la larga el único cuadro que prosperó fue el de Tercera, que al año siguiente y bajo el mandato de Fernando Melo tuvo una impecable campaña. En 2013, ese Fernández Vial fue bicampeón con Erwin Durán como DT y con figuras como Juan Pablo Abarzúa, Vincent Salas, Gerson Valle y Francisco Román, entre otros. Sin embargo, antiguos problemas administrativos de la institución los privaron de participar en la Segunda División durante 2014.
Para entender cómo Fernández Vial volvió a exponerse a un escenario como el que vive actualmente hay que rememorar lo que sucedió con la última administración de la SADP, representantes de los intereses del club en el fútbol profesional.
Fuentes ligadas al mundo vialiano han evidenciado que, bajo la dirección de la SADP encabezada por el empresario argentino Adrián Glickman del Grupo Glans, el club experimentó un deterioro tanto en su estructura financiera como deportiva que lo llevó al descenso y al borde del colapso institucional.
En agosto de 2023, Glickman asumió como vicepresidente del club presentándose como un gestor visionario, comprometido con la transparencia, la austeridad y la modernización de la administración. Respaldado por su experiencia empresarial y un discurso orientado a la innovación, planteó un modelo de gestión inspirado en clubes europeos, priorizando el uso de datos y el desarrollo de talentos juveniles. Sin embargo, la ejecución de estas promesas rápidamente quedó rezagada frente a una realidad económica alarmante.
Durante los primeros meses de 2024, comenzaron a evidenciarse los problemas de caja. Retrasos en los pagos salariales, incumplimientos de obligaciones con proveedores y una deuda acumulada con la Corporación de Fernández Vial por el uso de la marca dejaron entrever una administración incapaz de cumplir con las exigencias básicas del fútbol profesional. La situación alcanzó un punto crítico cuando el club perdió puntos en la tabla por incumplimientos en el pago de sueldos, sellando una debacle deportiva que parecía inevitable.
En un intento por apaciguar las críticas, el empresario optó por medidas de emergencia. A través de acuerdos puntuales, como el ingreso de recursos por un partido amistoso con Universidad de Chile, intentó solventar los pagos atrasados. Sin embargo, estas acciones fueron insuficientes frente a la magnitud de las deudas acumuladas.
Mientras la crisis interna se intensificaba, surgieron señales de desconexión con las prioridades del club. En mayo de 2024, trascendió que Glickman y su grupo empresarial intentaron adquirir Unión San Felipe, otro equipo del fútbol chileno, por una suma cercana a los 2.5 millones de dólares. Este movimiento fue percibido como una contradicción flagrante: mientras Fernández Vial enfrentaba deudas millonarias y una estructura deportiva en ruinas, sus dirigentes parecían enfocados en expandir sus intereses.
A medida que las derrotas en el campo y las críticas en los pasillos se acumulaban, Glickman mantuvo un discurso de optimismo que no logró convencer a hinchas ni a trabajadores del club. En agosto, el descenso matemático de Fernández Vial a Tercera División marcó un hito doloroso en la historia del equipo. La SADP anunció que recurriría al Tribunal de Disciplina e incluso a la justicia ordinaria, alegando irregularidades en el sistema. Nada de eso tuvo mayor efecto.
En diciembre de 2024, en una maniobra inesperada, la administración del club fue entregada a un grupo de hinchas conocido como "Inmortales". Esta agrupación, si bien representa la pasión por el equipo, carece de experiencia en negocios y planificación deportiva, acusa una fuente conocedora de la interna de la administación.
Así, la decisión de Glickman de ceder el control podría interpretarse como un intento de evadir responsabilidades, considerando la cantidad de demandas y querellas que se avecinan por malversación de fondos y cotizaciones impagas. La falta de explicaciones sobre esta transferencia de poder y la ausencia de un plan claro para el futuro del club solo han alimentado más dudas.
Hoy, la administración encabezada por Glickman enfrenta un escrutinio cada vez mayor. La percepción general es que el liderazgo de la SADP no sólo fue incapaz de prevenir la crisis, sino que la exacerbó a través de decisiones cuestionables y una falta de planificación estratégica. Además, quedan preguntas sin resolver: ¿cuál era el verdadero objetivo detrás de esta gestión? ¿Qué intereses se movieron tras bambalinas para llevar a Fernández Vial a esta situación límite?
Por el momento, tanto la SADP como la Corporación se mantienen trabajando en paralelo, tanto en materias judiciales como dentro del campo de juego, a la espera de la decisión final de la Anfa para dirimir cuál será la administración que represente el nombre de Fernández Vial durante esta temporada.
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