Tras su contundente triunfo en las elecciones presidenciales de fines de 2017 frente a Alejandro Guillier, todo parecía presagiar que el segundo gobierno de Sebastián Piñera iba a ser menos accidentado que el primero.
Con la vuelta del empresario a La Moneda, muchos apostaron a que el grifo de las inversiones privadas se iba a abrir, que el crecimiento económico iba a aumentar tras el débil cuatrenio del gobierno de Bachelet, y que la tensa situación en la Araucanía se iba a calmar un poco bajo la promesa de orden, seguridad y prosperidad para esa región.
A poco más de un año de haber asumido, el panorama es bien distinto. La expansión económica en el primer trimestre de este año fue de apenas 1,6% -por debajo de las ya bajas expectativas de los distintos actores del mercado-, el desempleo se ha mantenido en tasas altas, las inversiones privadas no llegaron a raudales y el Plan Araucanía del gobierno es hoy casi letra muerta tras el asesinato de Camilo Catrillanca y las revelaciones acerca de las tierras mapuche adquiridas por el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
Desde luego, no todo ello se debe a la gestión del gobierno, sino también a factores externos, por lo que el ministro de Hacienda, Felipe Larrraín, insiste en que la situación económica va mejor de lo que la ciudadanía lo percibe.
Tal vez el mayor triunfo de La Moneda en estos 15 meses de gobierno sea algo que ni siquiera es producto de su política: la debilidad de la oposición.
A propósito de la cuenta pública que realizará Sebastián Piñera este sábado a las 20:45, INTERFERENCIA recopila los principales hitos que han marcado este primer año de la administración piñerista.
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