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Domingo, 20 de Julio de 2025
Paola Castillo

Directora de documental Frontera: "En la película se ve cómo el conflicto entre el Estado chileno y el pueblo mapuche erosiona a una familia"

Lissette Fossa

El film, que se estrena el próximo 4 de agosto, muestra la historia del lonko Juan Carlos Curinao, quien ha decidido trabajar en el Estado para mejorar las condiciones de su comunidad. Sin embargo, se enfrenta a problemas dentro y fuera de su entorno, mientras se agudiza el conflicto en la zona.

El próximo 4 de agosto se estrena a nivel nacional el documental Frontera (trailer en este enlace), de la directora Paola Castillo. La documentalista y productora Paola Castillo destaca por un trabajo fuertemente ligado a los pueblos originarios de Chile y al tratamiento con punto de vista social y político sobre este tema. Ya había dirigido el documental Genoveva, un film en torno a la búsqueda de la historia de su bisabuela, una mujer mapuche. 

Además de su trabajo como productora y realizadora de documentales, Paola Castillo dedica su tiempo a su labor como una de las directoras de la organización CCDoc, organización diseñada para mejorar la difusión y distribución de documentales chilenos. También ha sido docente en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica, además de que en 2020 fue elegida como parte del jurado de los premios Oscars.

"Es una persona que por la decisiones que toma va aceptando los costos, y esos costos lo llevan a aislarse un poco en su propio territorio y mundo interior. No se ha excluido, pero ha tomado una posición no tan protagonista", cuenta la directora.

Frontera rescata la historia del lonko Juan Carlos Curinao, quien se enfrenta a diferentes problemas cuando decide dialogar en y con el estado y tratar temas como las tierras de su comunidad. El film, con un fuerte acento en la observación, sigue a Curinao y a su familia por meses.

"Es una persona que por la decisiones que toma va aceptando los costos, y esos costos lo llevan a aislarse un poco en su propio territorio y mundo interior. No se ha excluido, pero ha tomado una posición no tan protagonista en este momento", cuenta Castillo sobre la vida del lonko en la actualidad.

La película ya en 2020 ganó reconocimientos en el Festival Internacional de Cine de Valdivia y en Festival de Cine de Iquique, entre otros. Será estrenado en diversas ciudades del país, mientras que en Santiago estará disponible en la Sala Nemesio en La Reina, el Centro Arte Alameda y en la Cineteca Nacional de Chile.

En Interferencia conversamos con la directora sobre Frontera, los problemas a los que se enfrentó el lonko en su labor como dirigente, el rol del Estado en generar divisiones en las comunidades mapuche y sobre la relación del protagonista con la naturaleza del sur del país.

-¿Qué es lo que le llamó la atención de esta historia para grabarla y hacer esta película?

 -Al lonko Juan Carlos lo conocí cuando estaba haciendo mi otra película, Genoveva. Ahí estaba buscando a alguien del mundo mapuche, pero desde otra perspectiva. Y cuando lo conocimos y quiso participar, fue muy generoso, nos recibió en su casa, y en esa convivencia con Lola, la productora, nos llamó la atención, desde nuestros prejuicios, que estábamos conociendo a un lonko que tenía una historia de lucha por su autonomía, pero que en ese momento estaba dispuesto a trabajar con el Estado o buscar instancias de diálogos. Y nos produjo mucha curiosidad, para invitarnos a ver distintas perspectivas del mal llamado “conflicto mapuche”, porque a pesar que apoyamos la causa, uno igual tiene ciertos prejuicios. Eso nos llevó a seguir conversando con él y empezamos a profundizar nuestra relación con él y su familia, y justo lo invitan a ser parte a una oficina de asuntos indígenas que se crea en el gobierno de Sebastián Piñera, y al poco tiempo le queman la casa, y cuando pasa eso seguimos grabando cómo siguió el proceso y sobre la transformación de la casa.

A mi me interesaba observar la tensión que se produce por la imposibilidad de resolver el conflicto entre el Estado chileno y el pueblo mapuche, pero desde lo interno, lo íntimo, cómo eso erosiona al interior de una familia, y como se desajusta, también se tensiona la relación con la tierra y la naturaleza.

"Una de las cosas que motivó la película es que lamentablemente nosotros no hemos acogido nuestros mundos indígenas, en la acción y el conocer estamos llenos de prejuicios, y lo ponemos todo en binario, en contra o a favor".

-¿Y cómo siguió la historia?, porque entiendo que grabaron el documental hace un par de años. También han pasado muchas cosas en el país y en la zona del Wallmapu, que se ha militarizado por parte del estado, no sé si ustedes han mantenido contacto con él.

- Sí, seguimos en contacto. Aunque hay cosas que se mantienen en el lugar, también hay cosas que han cambiado. La no solución del conflicto, a medida que pasa el tiempo, va erosionando y tensionando. Él vio la película y todo bien. Pero, él hoy día está más al cuidado de su mundo interno, de su familia y su entorno, dedicado más al trabajo del campo, y claro, como vive en una zona que podría decirse “de conflicto”, hay una tensión mayor, pero él ha optado por cuidar más su espacio y su familia, y ha puesto un poco de lado su trabajo político, lo que no excluye que trabaje con su comunidad, como un actor relevante.

Esos eran lugares que hasta hace poco uno podía transitar, por lo menos en nuestro caso, nosotras nos movíamos con confianza allí. Ahora es más complejo moverse, por la militarización, la muerte de dirigentes, jóvenes mapuche. 

-Hay cierta cobertura mediática sobre la película que ha tratado de mostrar el documental como una historia de “un lonko que dialoga”, como si el resto de los mapuche no dialogaran, mostrando ese prejuicio. Pero viendo la película, me da la sensación que no era su pretensión, no busca mostrar un “indio bueno” y al resto “malo” ¿Cómo lo interpreta usted? ¿Qué buscaba interpretar en la película?

- Es una buena pregunta. Me pasa lo que dices, que una de las cosas que motivó la película es que lamentablemente nosotros no hemos acogido nuestros mundos indígenas, en la acción y el conocer estamos llenos de prejuicios, y lo ponemos todo en binario, en contra o a favor, pero la vida tiene más complejidades y matices. Hay una visión tan ignorante del pueblo mapuche, que hay quienes los ven como si todos fueran iguales. Y como cualquier comunidad, tienen matices y diferencias, hay gente que quiere conversar, dialogar, hay otros más radicales, y todas son posturas legítimas. 

Para mí, más que mostrar al lonko como una persona que dialoga o no dialoga, lo que quería era mostrar que tuvimos la posibilidad de convivir con él y su familia, nos permitieron observar el desencaje, la tensión, pero desde lo íntimo. La naturaleza también es importante, el gran conflicto afecta no sólo el mundo interno de las personas, sino su relación con la naturaleza. También la casa es un símbolo de eso, porque es un ejemplo más de una visión que se quiere imponer, una manera de ver el mundo, porque más allá de la buena intención de hacerle una casa a la familia, es una casa que no estaba en la lógica de construcción de ellos, ellos querían de madera, y termina siendo de cemento, una casa que se parece más a nuestras lógicas, más urbana. 

"Lo que yo vi de él es que siempre fue muy coherente en su pensamiento, él pensaba en este diálogo con el Estado por la posibilidad de construir un puente, pero sin aceptar cosas de las que no estaba de acuerdo".

Hay posiciones distintas de cómo enfrentar los hechos en el mundo mapuche, que es normal y es obvio. Parte de entender la diversidad de una comunidad y lo que estamos luchando, es entender que tenemos posiciones y sensibilidades distintas. En ese sentido, el lonko no es el único.

Además ese diálogo, no es entender el diálogo como una aceptación, es más bien una forma de establecer y transparentar posiciones, de manera directa y ojalá buscando puntos en común. A veces cuando uno habla del diálogo, hay personas que lo entienden como si uno estuviera aceptando todo lo que dice el otro. En este caso, lo que yo vi de él es que siempre fue muy coherente en su pensamiento, él pensaba en este diálogo con el Estado por la posibilidad de construir un puente, pensando en el bienestar de su comunidad, pero sin aceptar cosas de las que no estaba de acuerdo. Él nunca renunció a la autonomía ni a su pensamiento.

Nosotros decidimos observar esto en la película porque es un tema súper complejo y además es un tema que está lleno de prejuicios. Ojo que igual uno está observando desde una posición, no es que muestre cualquier cosa. Pero se genera un espacio para que cada uno arme su propia sensación respecto a lo que está viendo. Y a la vez hay cierta distancia, porque por mucho que yo haya estado ahí, estudiado y profundizado, yo no he vivido esa cotidianidad. Ese misterio, esa distancia, asumo que no lo voy a entender a cabalidad, y así asumimos que es mejor observar.

-¿Cómo ejemplifica usted esa observación en la película?

-Bueno, mucha gente me pregunta por qué no subtitulé el mapuzungun cuando se habla el idioma en el documental. Y pasaban dos cosas ahí: uno, que independiente de que a lo mejor uno no entiende literalmente lo que se dice, se entiende perfectamente la emoción, la rogativa, etc. Pero, en segundo lugar, al no subtitular estoy asumiendo que hay algo que no voy a entender de los personajes, pequeños gestos que tiene la película para asumir esa distancia, entender desde donde estamos mirando, y por mucho que yo esté ahí grabado, soy alguien que viene de afuera, que no vive su cotidianidad, no es la misma posición a quienes nacieron allí. Y va más allá de la sangre, yo me reconozco mestiza, pero esto tiene que ver con habitar, porque ser parte de una comunidad es habitar un espacio con otros.

-El trabajo de sonido en el documental, además de tener una calidad muy alta, es especial porque son sonidos distintos a los de la ciudad y hay muchos sonidos que se toman la pantalla, y están presentes a veces como protagonistas y otras de fondo, sonidos distintos a la vida de la ciudad, como el sonido de la chimenea, la lluvia sobre la tierra húmeda, etc. Supongo que ahí hay una intención suya de destacar ciertos sonidos.

"Para mí ,la película también tiene que ver con eso, una especie de metáfora de la relación con la tierra, si tú no estás bien en tu entorno comunitario, quieras o no eso va a golpear tu esencia".

- El sonido fue muy importante desde el inicio del proyecto, ahí agradezco el talento y trabajo de Boris Herrera y Carlos Arias, en el sonido directo, y Roberto Espinoza en el diseño sonoro y posproducción. 

Para mi el sonido tiene dos connotaciones en la película. Por una parte ayuda a acentuar la atmósfera de la naturaleza, de hacerla muy presente. Para mí, la película también tiene que ver con eso, una especie de metáfora de la relación con la tierra, si tú no estás bien en tu entorno comunitario, quieras o no eso va a golpear tu esencia. 

Y también la banda sonora y los sonidos se pueden reconocer, como el crepitar del fuego, de la chimenea, de la cocina, de la leña que se quema, y a la vez como símbolo de la tensión, el conflicto, el hecho de que se quema la casa. Está diseñado como algo que está bien, pero que a veces te incomoda, es una tensión más subterránea. 

Ficha técnica

Género: documental

Duración: 60 minutos

Idioma: español - mapuzungún

Dirección y guion: Paola Castillo

Asistente de dirección e investigación: Loreto Contreras

Director de fotografía: Pablo Valdés

Sonido directo: Boris Herrera

Montaje: Javiera Velozo/ Coti Donoso/ Paola Castillo

Postproducción de Imagen: Blume

Colorista: David Bravo

Diseño sonoro: Sonamos

Diseño y mezcla de sonido: Roberto Espinoza 

Estreno 4 de agosto en Salas Miradoc:

Arica, Biblioteca Alfredo Wormald Cruz

Ovalle, Centro Cultural Municipal

Valparaíso, INSOMNIA - Teatro Condell 

Santiago, Sala Nemesio

Santiago, Centro Arte Alameda – Sala CEINA

Santiago, Cineteca Nacional de Chile

Rancagua, Biblioteca Pública 34 Eduardo de Geyter

Concepción, Auditorio Universidad de Concepción

Concepción, Alianza Francesa

Valdivia, Cine Club UACH

Puerto Varas, –1CINE. Sala CAMM

Puerto Montt, Casa del Arte Diego Rivera. Sala Mafalda Mora

Coyhaique, Centro Cultural Municipal

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