Después de leer El Padrino -según versión humorística de algunos policías- Mario Silva Leiva, El Cabro Carrera, anunció retiro oficial (plantarse) de las actividades delictuales. Pero el 29 de enero en la tarde, los mismos que conocieron esta noticia escucharon otra, no menos sorprendente, de sofisticado suspenso internacional: en el aeropuerto de Pudahuel, una "mujer de celeste", una empleada doméstica y un chofer de taxi eran detenidos por la policía al intentar la "exportación" de 4 kilos y 300 gramos de cocaína. La joven iba a Roma con la droga. Sus cómplices, de regreso al mismo punto de donde -según sus confesiones- habían partido: el domicilio del "tendero, falso detective, lanza y estafador", fichado en Investigaciones y conocido en todos los círculos como el "delincuente más peculiar de Chile": Mario Silva Leiva.
El contrasentido del pistolero no pareció nuevo. El monto del regreso a la actividad sí: 100 mil dólares ahora, en 1973; 2 mil escudos en 1966.
"Es un tipo que puede hacer cualquier cosa. Ha aventurado en todo y, de poder, seguirá haciéndolo-, aseguró Rubén Cuadra, inspector de la Beja".
El delincuente había dado a conocer entonces otro retiro. A los pocos días, su estampa baja y algo obesa corría -seguido de policías- por el centro de Santiago con dos bajadas de cama robadas bajo el brazo. .
-Es un tipo que puede hacer cualquier cosa. Ha aventurado en todo y, de poder, seguirá haciéndolo-, aseguró Rubén Cuadra, inspector de la Beja (Brigada contra los Estupefacientes y Juegos de Azar, de la Dirección de Investigaciones).
Nacido y criado en el sector del Matadero -de criminológico pedigree, según algunos sociólogos-, hijo de comerciantes modestos y huérfano a muy temprana edad, el delincuente ha sido acusado de variados delitos: cogoteos, hurtos, robos, juego clandestino y homicidios. Además es conocido -entre el ambiente del hampa- como "matón y explotador de mujeres", "formador de patotas" y "coletero" (o soplón de la policía).
Los matones
Es el mismo que en 1958 apareció en los Tribunales de Justicia ("por milésima vez" -según el diario Mundo Libre de la época), como el cartillero clandestino que, después de deber al ganador un millón 200 mil pesos, sólo pagó 300 mil al comerciante apostador. Argumentos: tres matones armados para amenazarlo.
En 1961 fue “El Cabro Carrera” quien participó en la historia de un "matute mortal" en Tocopilla. En esa oportunidad, mientras la banda trataba de cargar una lancha con el contrabando de 14 sacos repletos de "baby dolls" y enaguas "Arístocrats", murió de un balazo Luis Otto Bosso ("El Luisito"). “El Cabro Carrera” trató de huir al Uruguay. Pero al no tener éxito dio 200 mil pesos a la viuda mientras se condolía de la muerte "accidental" de su amigo.
Inamistosos rivales trataron de eliminarlo disparando a su cama vacía. Silva llegó cinco minutos después. Sentimental, a pesar de todo, en otra ocasión trató de suicidarse por la mujer de un conocido hampón, quedando en estado grave. Aún se recuerda el obsequio de un auto que hizo a un jefe policial, dado de baja después por esta singular amistad. "Cómo no va a ser divertido", comenta el periodista policial del Clarín, Miguel Torres, "recién ahora descubren que Mario Silva Leiva es un hombre importante en el tráfico de drogas".
Mientras Las Últimas Noticias aseguraba que "los peces grandes operan desde la oscuridad", Clarín indicaba la posibilidad de "despachos a otros países" y se especulaba respecto a un posible contacto internacional.
Contactos
Una maleta de tevinil, color café, y muy pesada fue el vehículo elegido por “El Cabro Carrera” para enviar a Roma los 4 kilos y 300 gramos de clorhidrato de cocaína de su último trabajo delictual. Una mujer de celeste (Luz Velia Padilla Carvallo, 32 años) fue la "burrera" (transportadora del contrabando) escogida. Y Josefina Herrera Gómez (argentina, 23 años, empleada doméstica de Mario Silva Leiva) y Pedro Bernabé Ordenes (31 años, chofer de taxi) los cómplices que la acompañaron a Pudahuel.
-Los antecedentes indican una improvisación en el contrabando -reconoce Hernán López (47, casado, dos hijos, comisario jefe de la Beja y detective desde hace 23 años), la maleta tenía olor a Neoprén, el elemento con que pegaron los sobres con la cocaína; la mujer se puso terriblemente nerviosa y los policías se pusieron inmediatamente en guardia.
Tanto Luz Padilla como Josefina Herrera y Bernabé Ordenes coinciden en sus declaraciones sobre la participación de “El Cabro Carrera”. Pero aún no ha sido encontrado en su encargatoria.
"Conociéndolo, puede estar en cualquier lugar; fuera o dentro del país", dice López agregando, "pero mientras él es sólo uno, somos mil 500 los que lo buscamos".
Según las informaciones aparecidas en algunos matutinos de la capital, las conexiones con “El Cabro Carrera” y el descubrimiento de este tráfico de drogas va más allá que un simple delito. Mientras Las Últimas Noticias aseguraba que "los peces grandes operan desde la oscuridad", Clarín indicaba la posibilidad de "despachos a otros países" y se especulaba respecto a un posible contacto internacional. Las versiones, claras en la participación de Mario Silva Leiva, se tornan difusas cuando se trata de un cuarto personaje: Juan de la Fuente (28, casado, chileno), quien fue deportado desde México por "conspiración en la internación ilegal de drogas", fichado en Chile como "tendero y lanza". Su participación en este caso es, según una versión, el haber recomendado a la empleada doméstica. Otros aseguran que está más conectado: tiene antecedentes de "internacional" y sería el financista de la operación.
Para Chile, los casos más importantes descubiertos han sido los 25 kilos de la motonave Carmen (ERCILLA 1.948), el decomiso en Colombia de un "camión cargado en Valparaíso con 82 kilos, y los 60 kilos de droga envueltos en papel de regalo ocultos en un avión Lan".
Para el comisario jefe de la Beja, el caso es "una incursión más de El Cabro Carrera". "Esto no implica que forme parte de una mafia internacional ni que haya un cerebro muy poderoso detrás", dijo.
¿Mafias?
Justo el día de la detención de los tres implicados en el caso de la mujer de celeste, aparecía en los diarios la condena a August Joseph Ricord, 63, francés, preso en USA. Sindicado como "el mayor traficante de drogas que haya sido sometido a la justicia estadounidense", condenado el día 29 a 20 años de cárcel y al pago de 25 mil dólares de multa. Ricord fue acusado -después de un proceso de dos semanas- de "haber conspirado para importar clandestinamente al país, a través de La Florida, heroína por el valor de 10 millones de dólares".
-Es imposible imaginar el destrozo que Ricord ha hecho a nuestra sociedad -dijo Walter Phillips, fiscal, después de que el juez indicaba que las víctimas del cargamento igualaban las de la guerra de Vietnam.
Para Chile, los casos más importantes descubiertos han sido los 25 kilos de la motonave Carmen (ERCILLA 1.948), el decomiso en Colombia de un "camión cargado en Valparaíso con 82 kilos, y los 60 kilos de droga envueltos en papel de regalo ocultos en un avión Lan hace 4 años”.
-El tráfico de drogas es la última escala del delito -afirma López- exige grandes capitales, tomar todas las providencias del caso y, de ser una mafia la que lo realiza, tener personas muy preparadas, con funciones delictuales y separadas. Chile es el país que produce más barato el clorhidrato de cocaína. El kilo puede comprarse en 2 mil 500 dólares, mientras en Lima lo venden en 4 mil 500 y en USA se obtiene hasta por 45 mil dólares por kilogramo puro. Un informe de expertos detectives de narcóticos cita a Brasil, Argentina, Perú y Uruguay entre las ramificaciones de la mafia. Chile no aparece mencionado.
La personalidad de “El Cabro Carrera” hace dudar a algunos de la posibilidad de recluirlo. Detenido 94 veces, ha sido condenado sólo una vez a 2 años de prisión y excarcelado a los dos meses.
Según el comisario López, "el control policial fuerte" ha frenado las tentaciones de la amplia meseta peruano-boliviana, de largas fronteras y de las dificultades de control en la elaboración -principalmente por indígenas- del sulfato (sustancia previa al clorhidrato de cocaína).
Mil policías buscan, entretanto, al imponderable Mario Silva Leiva. Aunque la confianza en la gestión de Investigaciones es unánime (el Bureau de Narcóticos de USA indicó uno de sus descubrimientos -el del laboratorio en Algarrobo- como la "mejor diligencia hecha en América Latina"). La personalidad de “El Cabro Carrera” hace dudar a algunos de la posibilidad de recluirlo. Detenido 94 veces, ha sido condenado sólo una vez a 2 años de prisión y excarcelado a los dos meses.
Después de esto se puede esperar cualquier cosa -afirma, escéptico, un viejo detective-. Otros ven en este último golpe una caída: una mujer nerviosa de celeste, el dejarse ver y la improvisación en el cargamento, son considerados "errores imperdonables" entre las tácticas del tráfico internacional.
Comentarios
Añadir nuevo comentario