El pasado lunes, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, entregó su apoyo al candidato de ultraderecha José Antonio Kast de cara a las presidenciales, argumentando que se trata de la candidatura que “representa mayores espacios de libertad, mayores espacios de seguridad y mejores condiciones para asegurar un proceso sostenido en nuestro país”.
Las declaraciones levantaron polvo en el mundo político, considerando que se trata de un ministro en ejercicio del saliente gobierno de Sebastián Piñera, motivando acusaciones de intervencionismo electoral, e incluso palabras del candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, quien utilizó el apoyo de Figueroa a Kast para decir que el republicano “es el candidato de Sebastián Piñera”.
Figueroa tiene raíces vinculadas potentemente con la dictadura. Su padre, Luis Simón Figueroa del Rio, fue un alto funcionario de Pinochet durante al menos ocho años, cuando se desempeñó como subsecretario de Bienes Nacionales, Agricultura, Interior, y también director de (Odeplan).
Intervencionismo o no, lo cierto es que el apoyo de Raúl Figueroa a un candidato que ha defendido a ultranza a la dictadura de Augusto Pinochet -incluyendo la defensa de Kast a torturadores condenados, como Miguel Krassnoff- no sorprendió a todos.
Esto debido a que el propio Figueroa tiene raíces vinculadas potentemente con la dictadura. Su padre, Luis Simón Figueroa del Rio, fue un alto funcionario de Pinochet durante al menos ocho años, cuando se desempeñó como subsecretario de Bienes Nacionales, Agricultura, Interior, y también director de la Oficina de Planificación Nacional (Odeplan).
Bienes Nacionales y Agricultura. El zar del agua para los latifundistas
Luis Simón Figueroa trabajó durante los años 70 para la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), centenaria asociación gremial que agrupa a los más importantes empresarios del agro y el latifundio, donde asesoró a distintas entidades gremiales, y reorganizó la Confederación de Canalistas de Chile. Su expertise como abogado en derecho civil, con especial énfasis en materias agrarias y de agua, y su cercanía con ese mundo, lo llevaron a la subsecretaría de Bienes Nacionales entre el 79 y el 81, y luego a la de Agricultura entre el 81 y el 83.
Su principal legado durante estos años fue la creación del Código de Aguas, el cual sigue vigente hasta nuestros días, y que ha sido criticado en numerosas ocasiones por crear un mercado y un sistema de propiedad privada sobre un recurso considerado por la ley como un “bien nacional de uso público”. De esta forma, se ha dicho que Figueroa hizo un Código de Aguas a la medida de los latifundistas a los que ya conocía muy bien.
Su principal legado durante estos años fue la creación del Código de Aguas, el cual sigue vigente hasta nuestros días, y que ha sido criticado en numerosas ocasiones por crear un mercado y un sistema de propiedad privada sobre un recurso considerado por la ley como un “bien nacional de uso público”. De esta forma, se ha dicho que Figueroa hizo un Código de Aguas a la medida de los latifundistas a los que ya conocía muy bien.
“Ese mismo cuerpo legal creó dos categorías de derechos de aprovechamiento de aguas: consuntivas y no consuntivas. La diferencia entre ambas radica en la obligatoriedad de devolver o no devolver un caudal al río. Hoy, el 90% de los derechos de aprovechamiento de aguas consuntivas (no devuelven un caudal al río) se encuentra en manos de empresas mineras y agroexportadoras, mientras que prácticamente el 100% de los derechos de aprovechamiento de aguas no consuntivos (devuelven un caudal al río) se encuentra en manos de transnacionales como ENDESA”, expone Rodrigo Mundaca en una columna de Ciper.
Desde el momento en que el Decreto con Fuerza de Ley N° 1.122 dio origen a ese código, los derechos de agua se verían inmersos en un sistema de transacciones en el mercado. De esta forma, pese a que el agua es un bien público, sus derechos de uso son de propietarios privados, los cuales -en la práctica- han poseído estos derechos a perpetuidad.
El libro “El Negocio del Agua”, escrito por Alejandra Carmona y Tania Tamayo, recogió la impresión de Luis Simón Figueroa, al considerarlo el dueño y señor del Código de Aguas. “Esto esconde detrás noches de desvelo, no fue llegar y soplar, y hacer el Código. Todo lo que parece fácil esconde noches de esfuerzo”, dijo Figueroa. Noches de desvelo que tenían como motor la privatización e instauración de un valor de cambio para este recurso vital. “El precio es el sistema de la oferta y la demanda” argumenta para el libro Luis Simón Figueroa, a lo que agrega “el precio lo pone el mercado”.
Al mismo tiempo en que Figueroa privatizaba el agua, funcionaba la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de Riego, instancia compuesta por importantes personajes de la dictadura cívico-militar, egresados de la Escuela de Economía de las universidades de Chicago y Columbia. Entre ellos Miguel Kast Rist, ministro director de Odeplan y hermano del actual candidato presidencial José Antonio Kast; Sergio de Castro Spikula, substancial ministro de Hacienda; y Hernán Büchi Buc, subsecretario de Economía, quien estuvo tan inserto en el tema del agua, que incluso volvería a ser invitado por el presidente del Consejo a las reuniones de la Comisión Especial.
Breve pero duro paso por Interior: Cruda represión, censura y detenciones en la CNI
Su buena labor en los ministerios de Tierras y Colonización, y en la cartera de Agricultura, lo llevó a desempeñarse como subsecretario del Interior entre el 13 de septiembre de 1983 y el 22 mayo de 1984.
Como tal, le correspondió ser la mano derecha del ministro del Interior de entonces, el político derechista Sergio Onofre Jarpa (Partido Nacional y luego Renovación Nacional), durante un periodo particularmente agitado de la dictadura, debido a las protestas y movilizaciones que ocurrieron entre mayo de 1983 -convocadas por organizaciones como la Confederación de Trabajadores del Cobre, la Alianza Democrática (germen de la Concertación) y también el Movimiento Democrático Popular- y octubre de 1984 cuando Pinochet decretó Estado de Sitio debido al incremento de las manifestaciones, en medio de una escalada de muertos y heridos por parte de agentes del Estado.
Luis Simón Figueroa, llegó a Interior dos días después de la quinta protesta nacional, la que se llevó a cabo entre el 8 y el 11 de septiembre de 1983, y en la cual hubo decenas de heridos y cuatro muertos, según una publicación de la época del diario español El País. Según este artículo, numerosos manifestantes acusaron que agentes del Estado abrieron fuego directamente contra los manifestantes. Aún así, otras publicaciones hablan de 15 muertos en esas jornadas. Como tal, a Figueroa le tocó firmar el Decreto Ley 1086 del 16 de septiembre del 83, el cual impuso restricciones a la libre reunión, dadas las masivas protestas.
Luis Simón Figueroa, llegó a Interior dos días después de la quinta protesta nacional, la que se llevó a cabo entre el 8 y el 11 de septiembre de 1983, y en la cual hubo decenas de heridos y cuatro muertos, según una publicación de la época del diario español El País.
Figueroa también fue subsecretario del Interior cuando se desarrolló la sexta jornada de protestas nacionales, entre el 11 y el 13 de octubre de 1983, cuando según algunas publicaciones hubo 5 muertos y decenas de detenidos. Para la séptima protesta, el 27 de octubre del mismo año, resultaron 16 heridos a bala. Para la octava protesta, el 27 de marzo de 1984, cuando hubo siete muertos y 63 heridos; y también para la novena protesta, el 11 de mayo de 1984, cuando hubo un muerto y 22 heridos. (Para profundizar sobre estas protestas y sus consecuencias, revise el artículo de INTERFERENCIA El anterior gran estallido social en Santiago: protestas y barricadas contra la dictadura).
En ese cargo, Figueroa también tuvo que firmar el Decreto Supremo 320, del 26 de marzo de 1984, en el que se señala que “los diarios, revistas, periódicos y publicaciones, las radiodifusoras, estaciones de televisión y, en general, cualquier medio de comunicación se abstendrán de destacar o resaltar en sus informaciones y opiniones las materias, hechos o conductas que induzcan, propicien o favorezcan en cualquier forma la alteración del orden público”.
Como si eso fuera poco, Figueroa también firmó la ley 18.315, promulgada el 17 de mayo de 1984 por la Junta Militar, la cual modifica la ley que creó la Central Nacional de Informaciónes (CNI), el órgano de inteligencia que suplió a la DINA. En esta ley se señala que los arrestos durante Estado de Sitio “podrán ser cumplidos por la Central Nacional de Informaciones en sus propias dependencias, las que para todos los efectos legales se considerarán como lugares de detención”.
Como si eso fuera poco, Figueroa también firmó la ley 18.315, promulgada el 17 de mayo de 1984 por la Junta Militar, la cual modifica la ley que creó la Central Nacional de Informaciónes (CNI), el órgano de inteligencia que suplió a la DINA. En esta ley se señala que los arrestos durante Estado de Sitio “podrán ser cumplidos por la Central Nacional de Informaciones en sus propias dependencias, las que para todos los efectos legales se considerarán como lugares de detención”.
Cabe mencionar que por estos hechos pesaba sobre Sergio Onofre Jarpa, el titular de Interior, una orden de captura internacional dictada por el juez español Baltazar Garzón en 1999.
Posteriormente Luis Simón Figueroa se desempeñó como director de la Oficina de Planificación Nacional entre 1984 y 1985. Su llegada a esta cartera tenía un propósito, desmantelar la avanzada gremialista instituida por Miguel Kast, el hermano del actual candidato republicano a la presidencia.
Miguel Kast, fue ministro de Odeplan entre el 1978 y el 1980, durante este período integró cientos de jóvenes profesionales para trabajar en la repartición de gobierno. Según relata el libro “El régimen de Pinochet”, Kast hizo personalmente la selección de trabajadores para entregarles los principios del régimen y su labor, destacando las ideas del gremialismo y definiendo la actividad pública como una cruzada.
Estos profesionales fueron la segunda generación del equipo económico y por la influencia de Kast en Odeplan los han llamado Odeplan Boys para diferenciarlos de los Chicago Boys que pertenecían a una generación mayor.
“El gremialismo controló Odeplan hasta comienzos de 1984, cuando, con ocasión del nombramiento de Sergio Onofre Jarpa como ministro del Interior fue nombrado Luis Simón Figueroa como su ministro director. Éste despidió a algunos funcionarios gremialistas, en un contexto más amplio de iniciativas que impulsó Jarpa en contra de este grupo de poder”, profundiza el texto.
“Era el tiempo en que el gremialismo tenía congelada sus relaciones con Pinochet. En 1987, cuando Sergio Fernandez llegó a la cartera de Interior, Odeplan volvió a ser dominada por ellos, y al momento del plebiscito de 1988, que decidía el futuro del régimen tuvo a personalidades en cargos directivos, como Andres Chadwick, fiscal y Luis Larrain, subdirector, que fue ministro director en el último gabinete”, así describe el paso de Figueroa por Odeplan el libro “El régimen de Pinochet” de Carlos Huneeus
Comentarios
de tal palo tal astilla
Gracias Interferencia. Los
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