Durante las últimas semanas de abril, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hizo noticia por anunciar la nacionalización del litio en su país, en parte impulsada por el temor del mandatario ante el interés de empresas y gobiernos extranjeros por el mineral mexicano.
“Tiene que ver con un bien de la nación que ambicionan extranjeros, me consta que lo ambicionan. No estoy seguro, pero hay quienes sostienen que el golpe de Estado en Bolivia (contra Evo Morales en 2019) tuvo que ver con el litio”, afirmó en su momento.
A su vez, respondiendo a algunos de los cuestionamientos a esta medida, AMLO mencionó que “estuve leyendo comentarios de que para qué vamos a tener el litio si nos va faltar la tecnología. Pero ahí vamos a ir desarrollando la tecnología o se adquiere, pero el litio es nuestro”.
Junto a ello, el presidente informó a la opinión pública que sostendrá una reunión con los gobiernos de Chile, Argentina y Bolivia tras la reforma que nacionalizó el litio en su país. La idea de López Obrador es “unir las experiencias que se tienen” entre estos países que van a servir en el caso de México: “Hay países en donde el litio ya ha sido nacionalizado, que es el caso de Bolivia y el caso de México. En el caso de Chile y en el caso de Argentina no es así, pero los Gobiernos de Chile y Argentina tienen interés de que haya esta unión”, expuso.
En efecto, el gobernante ha argumentado que México está en el décimo lugar de los 23 países con reservas del mineral, con el yacimiento más grande del mundo en Sonora, estado del noroeste. El oficialismo, que ha comparado la trascendencia de la reforma con la expropiación petrolera, estimó que en ese yacimiento hay 243 millones de toneladas de litio con un valor de 70.000 dólares por tonelada, por lo que busca que esos ingresos vayan directo al Estado.
“Nacionalizar significa quitar de la esfera privada para que pase a la esfera pública y eso ya existía, pero lo que hoy hay es un organismo estatal que va a buscar todos los procesos y la cadena de valor del mineral de litio”.
Según informó Forbes, el Servicio Geológico Mexicano (SGM) solo identifica yacimientos de litio en Sonora, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí, según la investigación del Instituto Belisario Domínguez.
Además, los últimos datos del SGM reportan exportaciones de litio por poco más de US$ 650.000 en 2018 frente a US$ 3,8 millones en importaciones, de las que más de tres cuartas partes provienen de Chile, que tiene una ley del mineral desde hace más de 40 años.
INTERFERENCIA conversó con el abogado y empresario mexicano Simón Levy, quien se desempeñó como subsecretario de Turismo del Gobierno de México de diciembre de 2018 a mayo de 2019, designado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre las posibilidades de desarrollo del país mexicano respecto al mineral y las posibilidades de coordinar esfuerzos junto a otros países con yacimientos de litio.
Levy es un reconocido inversionista que fue director general de la Agencia de Promoción de Inversiones y de Desarrollo de la Ciudad de México (PROCDMX). Durante su cargo, el abogado logró captar inversiones del orden de $ 650 millones de dólares para infraestructura público-privada. Con un doctorado en Derecho de las Asociaciones Público-Privadas y Economía Urbana por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como una maestría en Dirección Internacional por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Además, es autor de nueve libros y fue reconocido como Joven Líder Global del Foro Económico Mundial. Junto a ello, es fundador de la Cátedra México-China de la UNAM y actualmente es presidente del fondo de inversión Ideasia.
¿Qué significa para México y para ustedes como mexicanos la decisión de nacionalizar el litio? ¿En la opinión pública hay conciencia de lo que puede significar estratégicamente este mineral?
Como doctor en derecho y como abogado debo aclarar que ese concepto de “nacionalización del litio” es un tanto inexacta en este momento, porque la Constitución de México ya reflejaba desde antes que el subsuelo y los minerales constitucionalmente hablando le corresponden al estado mexicano. Entonces esa “nacionalización” ya existía, no hay una situación jurídica diferente y esa reserva legal que el Estado tiene para administrativamente dar concesiones a particulares pues lo sigue teniendo. De esa forma, esta ley lo único que hace es generar un organismo de Estado que será el encargado de explotar y desarrollar el mineral, y que al final de cuentas tiene esta responsabilidad, lo que al final de cuentas sí genera esta reforma.
Nacionalizar significa quitar de la esfera privada para que pase a la esfera pública y eso ya existía, pero lo que hoy hay es un organismo estatal que va a buscar todos los procesos y la cadena de valor del mineral de litio.
“El principal cuestionamiento es que el gobierno y el Estado no saben ni tienen experiencia ni capacidad desplegada para desarrollar esta industria. Justamente, el gobierno está interesado en explorar las experiencias y los casos de otros gobiernos como Chile o Bolivia que han desarrollado esta industria”.
Respondiendo a la pregunta en particular, creo que sí hay en el inconsciente colectivo una idea general de la importancia del litio como propulsor de las energías renovables y particularmente la materia prima más importante para la elaboración de baterías. Si no me equivoco, México tiene poco más del 3% de las reservas mundiales, por lo que no es un jugador amplio como Chile o Bolivia. Pero siguen siendo reservas interesantes y creo que es más la ideología o el discurso que la realidad de lo que verdaderamente va a pasar y lo que está sucediendo.
¿Este organismo estatal tendrá la exclusividad para la explotación del mineral?
Sí, o a su vez tendrá la facultad de poder adherirse a algún proyecto con la iniciativa privada. Pero sí, la potestad es absolutamente de este organismo estatal.
¿Hubo oposición a este anuncio del gobierno? ¿Cuáles han sido los principales cuestionamientos?
El principal cuestionamiento es que el gobierno y el Estado no saben ni tienen experiencia ni capacidad desplegada para desarrollar esta industria. Justamente, el gobierno está interesado en explorar las experiencias y los casos de otros gobiernos como Chile o Bolivia que han desarrollado esta industria asociada al mineral de manera pública y lo que se busca es conocer las mejores prácticas. Pero las críticas son que México no tiene la capacidad como estado y que el sector privado podría potenciar mucho más rápido el desarrollo del sector minero. Esa es básicamente la discusión que hay.
¿En qué estado se encuentra la industria del litio en México y quiénes son los principales operadores?
Todavía es algo muy básico. Son tres empresas o cuatro cuándo mucho. La empresa más importante actualmente y que está haciendo un esfuerzo de exploración y lleva varios años es una compañía china, pero en realidad es un tema muy débil y que apenas va comenzando.
En caso de desarrollarse mayormente, imagino que los impactos que puede tener también podrían verse para potenciar la industria local, al ser México un país que tiene una industria automotriz, por ejemplo.
Evidentemente, lo primero de lo que se podría beneficiar el país es de fortalecer y potenciar la industria nacional y el producto interno, antes que pensar en exportaciones. Lo ideal sería desplegar no sólo la venta de una materia prima, sino desarrollar todo el proceso de la cadena de valor o gran parte de ella en México y potenciar la materia prima con procesos industriales que se puedan generar en suelo mexicano, generar mano de obra calificada y salarios mucho más dignos. Pero en mi punto de vista, creo que el sector privado también debe participar, me parece que es prudente y correcto que haya una rectoría del Estado en el litio pero creo que debe haber una convivencia con el sector privado para desarrollar esto lo más rápido posible. Aunque definitivamente, en primera instancia de lo que se trata es que no se lleven la materia prima sino que se desarrolle la industria en nuestro país.
“Lo que se trata es de hacer un proceso más eficiente y que participe el sector privado, que gane, pero que la rectoría la siga teniendo el Estado. Creo en fórmulas de coparticipación público-privada donde evidentemente pueden coexistir ambos sectores”
En cuanto al presidente López Obrador, él fue electo en un momento donde varios países de Latinoamérica tenían gobiernos de derecha y se esperó de él quizás un liderazgo de la centro izquierda a nivel continental que hasta el momento no ha podido ejercer del todo. ¿Está en su idea de desarrollar el litio y entablar relaciones con Bolivia, Chile y Argentina al respecto la intención también de jugar ese rol más activo en su diplomacia con países que ahora tienen gobiernos de centro izquierda?
Claro, incluso se puede plantear un poco lo que fue la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en los años 70. Me encantaría que fuese lo que planteas, pero no lo veo. La verdad es que yo creo que hay otra realidad en México, hay otras prioridades y a lo mejor en el discurso puede ser que sí, pero en la realidad no lo veo así.
Usted mencionó anteriormente que considera que la explotación del mineral en México debería considerar también al sector privado. ¿Podría argumentar un poco más sobre esta propuesta?
El motor del crecimiento económico es la inversión privada. Lo que necesitamos es que esa inversión no privatice los beneficios de un mineral tan estratégico como es el litio y que participe con el desarrollo del Estado, con transferencia de tecnología y lo que hoy más requiere el litio no es tanto la materia prima sino la transferencia de tecnología, porque puedes tener el litio ahí pero sin ello esto no va a funcionar. Vamos a gastar mucho más en términos netos y lo que se trata es de hacer un proceso más eficiente y que participe el sector privado, que gane, pero que la rectoría la siga teniendo el Estado. Creo en fórmulas de coparticipación público-privada donde evidentemente pueden coexistir ambos sectores.
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