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Jueves, 4 de Septiembre de 2025
Libro

Extractos de “Ciudad y Género: Miradas desde la arquitectura y el espacio urbano”

Elke Schlack
Valentina Salgado
Francisco Quintana

INTERFERENCIA presenta una colección de extractos de los capítulos sobre este libro que aborda las discusiones de género, recopilando algunas miradas desde distintas coordenadas que buscan expandir estas temáticas en la docencia de arquitectura y proyecto urbano.

La forma en que se ha enseñado arquitectura en las pasadas décadas no siempre ha sido sensible a la perspectiva de género. Este libro se enmarca en una sociedad cada vez más consciente de las discusiones de género en la ciudad, recopilando algunas miradas que, desde distintas coordenadas, buscan expandir estas temáticas en la docencia de arquitectura y proyecto urbano. Es una compilación pensada desde Chile, que se propone abrir conexiones a debates internacionales para enriquecer nuestro ámbito local, presentando una visión panorámica de la producción de nuestras ciudades en consideración con los espacios de la mujer y comunidad LGBTQIA+. Para ir cubriendo algunos vacíos que existen en el campo de nuestra enseñanza, esta publicación presenta el trabajo de investigadoras e investigadores que han capturado temas locales relevantes. En estas aproximaciones se revelan tanto temas nacionales como su conexión con agendas globales, estableciéndose un correlato teórico con discursos provenientes del norte – ya sea desde su aplicación o cuestionamiento. 

La diversidad de miradas aquí compiladas buscan exponer la experiencia del ejercicio de la profesión no sólo en un reducto privilegiado, sino también mostrar en cuáles ámbitos se siguen reproduciendo las hegemonías que han opacado el desarrollo de una arquitectura y ciudad ‘género-conscientes’. Nos motiva entrar a un análisis arquitectónico y urbano crítico, que nos permita traer a discusiones locales y contemporáneas las reflexiones de autoras y autores como Simone De Beauvoir, Judith Butler, Bell Hooks o Paul B. Preciado, entre muchas otras referencias que estudiantes y docentes podrán encontrar en las bibliografías que se abordan en cada capítulo. Las miradas de este libro enfatizan la noción de interseccionalidad, es decir, la observación de nuestras ciudades desde la diversidad social, económica o cultural en que se produce y proyecta el espacio urbano. Se exponen visiones generacionales distintas, que se superponen y muestran diversos momentos de la conciencia de género. Se observan, además, dilemas y contradicciones en los diferentes contextos en que se forman estas nociones de género, abriendo la posibilidad de apreciarlas en su conjunto y complementariedad.

Al recorrer los siete artículos de esta publicación, se transitará, en una primera parte, por temas específicos relativos a la historia y contingencia urbana de Chile: vivienda y construcción social del espacio, pueblos originarios en su migración desde zonas rurales, activismo en la ciudad para posicionar temas de género y espacios de expresión queer, o ‘cuir’, es decir, los espacios LGBTQIA+ en nuestra región. En una segunda parte, los artículos proponen algunas coordenadas para comprender los cambios que ha tenido el ejercicio de la arquitectura y el proyecto urbano en la historia reciente. Finalmente, en los dos últimos capítulos, sus autoras sugieren, además, maneras para entender cómo concebir la problemática de género en el ámbito del diseño y la investigación urbana.

La diversidad de miradas aquí compiladas buscan exponer la experiencia del ejercicio de la profesión no sólo en un reducto privilegiado, sino también mostrar en cuáles ámbitos se siguen reproduciendo las hegemonías que han opacado el desarrollo de una arquitectura y ciudad ‘género-conscientes’.

En el primer capítulo, referido a la vivienda, Rosanna Forray introduce una mirada renovada sobre el poblador ‘genérico’, donde las estrategias desplegadas por mujeres en torno al cuidado empujan y acompañan las diversas etapas en la lucha en contra de las exclusiones en la ciudad. De este modo, a través de la experiencia de las pobladoras, desde un urbanismo más ‘cotidiano’, su texto se aproxima a las implicancias de la interseccionalidad en la historia por acceder al derecho a la ciudad y una vida digna. 

Luego nos concentramos en el norte de nuestro país, específicamente en Arica, la ciudad con mayor cantidad de personas pertenecientes a pueblos originarios respecto a su población total. En este segundo capítulo, Ana María Carrasco y Diego González exploran las prácticas de comunidades aymaras en sus encuentros con la ciudad. El artículo describe cómo las mujeres de estos grupos familiares desarrollan sus actividades productivas tradicionales al interior del espacio doméstico y luego extienden su cultura a través de organizaciones de artesanas, apropiándose de diversos espacios urbanos. 

Haciendo referencia a Lotti Rosenfeld, Luz Donoso, Hernán Parada y Las Tesis, el tercer capítulo del libro enfatiza las actividades performativas vinculadas a la idea de una ciudad feminista. Paulina Varas se sitúa con su texto en el activismo de género y ciudad desde la lógica de las acciones públicas en el presente y pasado reciente. Desde la revisión de expresiones artísticas, la autora abre una ventana hacia lo que los colectivos feministas están proponiendo actualmente en la discusión. Se trata de demandas y reivindicaciones que piensan la ciudad feminista desde los cuerpos que, en la cotidianeidad y desde lo performativo, desafían a la ciudad planificada de manera androgénica y abren la conciencia de género a la lógica interseccional, sensible a las minorías. 

El capítulo sobre espacios queer cuestiona la mirada binaria para expandir la discusión hacia la comprensión de la ciudad en su amplia diversidad, visibilizando una comunidad que ha sido permanentemente omitida, como las trans, lesbianas, no binarias, LGBTQIA y más. Pablo Leiva, Camila Lesch y Sebastián Marchant nos presentan tres microhistorias que permiten explorar espacios de expresión cuir en Santiago de Chile que van desde lo público a lo privado: una manifestación en Plaza de Armas, la organización comunitaria en el barrio San Camilo y los encuentros en lo doméstico del Colectivo Ayuquelén. 

El quinto capítulo describe cómo nuestra disciplina, a mediados del siglo pasado, dominada por la masculinidad, dejaba a la mujer arquitecta invisibilizada. No se valoraban ni reconocían debidamente aquellos espacios de la arquitectura y el proyecto urbano en los que comenzaba a destacar. En este capítulo “Arquitectas en un mundo de arquitectos”, Amarí Peliowski traza, a través de diversos documentos, una narrativa de biografías cotidianas, donde se muestra la condición de la mujer en el ámbito profesional y la crisis de identidad a la que estuvo expuesta.

Un urbanismo género-consciente se construye en el sexto capítulo desde la valoración de la otredad y desde la noción del derecho a aparecer, que nos permite abrir la discusión sobre las percepciones individuales y diversas que aportan los diferentes habitantes de la ciudad. Liliana De Simone propone la conciencia de género como un factor determinante en el modo de vivir y acceder a la ciudad, y plantea cómo se pueden derivar acciones concretas de esta mirada: cómo medir, modelar, analizar, esquematizar, diseñar y comunicar proyectos, políticas y planes urbanos con conciencia de género.

El último texto del libro nos invita a continuar la conversación sobre ciudad y género a través de preguntas abiertas, las que interpelan las formas actuales de construir el conocimiento en pos de una mirada que, desde el género, reconozca las diversidades. Camila Cociña cuestiona las instituciones del saber ‘validadas’ y visibiliza la solidaridad y cuidado como principios que establecen un denominador común, alertando que hoy es necesario abrir nuevos espacios reflexivos y un diálogo interinvestigativo – entre habitantes e investigadoras. Gracias a esta aproximación, se aprecia el sentido colaborativo y se genera una apertura a enfoques que se apropian críticamente de una mirada consolidada históricamente desde el norte global.

Los alcances de la discusión sobre género en la ciudad van, sin duda, más allá de lo que este libro logra capturar en unas pocas páginas. Como mencionamos al comienzo, el objetivo de esta publicación es esbozar unas cuantas coordenadas panorámicas a través de miradas diversas y complementarias, las que esperamos puedan ser expandidas, profundizadas y actualizadas más adelante, complementando lo que hemos vivido como un trabajo colectivo de constante aprendizaje. Los avances realizados desde múltiples colectivos y organizaciones, que han llevado adelante la discusión desde la contingencia, son parte de aquello que vemos como un desafío por comprender en la enseñanza y ejercicio de la arquitectura.

Queremos dedicar este libro especialmente a Nicole Pumarino Orbeta, arquitecta urbanista que, con su experiencia en múltiples investigaciones y proyectos sobre los espacios de la mujer en la ciudad, aportó con su visión y conocimiento para llevar adelante esta publicación.

Las mujeres pobladoras y la producción del hábitat popular en Chile (Rosanna Forray C.) – Extracto página 26 –

(…) las mujeres pobladoras han mantenido su especificidad distintiva como grupo social y cultural, así como su capacidad de iniciativa y su potencial de autonomía a lo largo de nuestra historia. Desde allí, han contribuido a la producción de un hábitat también distintivo a nivel del hogar, el barrio y la ciudad. Hoy, con los recursos de su historia, y en el ejercicio de la práctica concreta del proyecto urbano habitacional, estas mujeres revindican derechos a la vez que se avocan a gestionarlos y materializarlos en claves femeninas. Desde las necesidades de la vida cotidiana interpelan las políticas habitacionales y urbanas y proponen alternativas, demostrando en los hechos sus capacidades para materializarlas con autonomía y soberanía. 

En sus proyectos conciben su hábitat como un continuo entre la microescala de la casa y la macroescala de la ciudad, que vincula lo material y lo significante, lo social y lo político. Así la ‘vida digna’ y el ‘buen vivir’ conjugan la calidad espacial y material de la vivienda y su entorno, con el sentido de comunidad, la capacidad de autogestión y la necesidad de influir en las políticas. A la reivindicación de permanecer en sus barrios de origen asocian el derecho de pertenencia, la protección de los lazos de parentesco y vecindad construidos de largo período como una base social e identitaria de la comunidad, y al mismo tiempo, el acceso y proximidad con servicios públicos de calidad. Ponen en el centro el valor de la acción comunitaria, la autoformación y la producción colectiva de conocimiento técnico y crítico para la deliberación y la toma de decisiones sobre la forma espacial y la materialidad de sus proyectos, sobre los modelos de negociación, gestión e implementación de los recursos. Y desde allí, cuestionan, dialogan y aportan a las políticas públicas de vivienda, barrio y ciudad.

Mujeres aymara y habitar urbano en Arica. La tradición artesanal en la ciudad (Ana María Carrasco G., Diego González C.) – Extracto página 32 –

En las últimas décadas se han producido interesantes e importantes cambios en la teoría social, siendo uno de ellos la necesidad de incorporar ciertas dimensiones de la realidad – obviadas en análisis de relaciones sociales anteriores –, lo cual permite tener un conocimiento más profundo e integral de éstas. Así, hoy sabemos que las relaciones que se construyen entre mujeres y hombres dentro de un contexto cultural específico, es decir, las relaciones de género, son vistas como fundamentales para entender las distintas realidades sociales, realidades que albergan especificidades históricas, sociales y culturales que deben ser visibilizadas para comprender mejor el marco cultural (identidad) que hace de soporte a la diversidad de realidades que operan, en especial, en continentes como el nuestro.

Una realidad que conocemos desde hace algunos años es que una persona indígena de género femenino sufre mayores desigualdades sociales que una de género masculino y no indígena. Más reciente aún es saber que una mujer indígena tendrá más posibilidades de vivir estas diferencias que una no indígena. Sin embargo, todavía son pocos los conocimientos que profundicen acerca de cómo afectan las desigualdades sociales a la población indígena y en particular a las mujeres (Gavilán, 2004). Es en esta consideración que se inserta este trabajo, cuya pretensión no es más que aportar a un campo de conocimiento todavía poco desarrollado, presentando resultados de investigaciones realizadas sobre la situación actual de mujeres aymara, artesanas y residentes en la ciudad de Arica, Chile.

Desacatos y rupturas artísticas. El cuerpo de las mujeres en la ciudad (Paulina E. Varas) – Extracto página 51 –

Profundizar en experiencias de arte y activismo desde la experiencia de las mujeres no implica necesariamente reponerles un lugar perdido en la historia oficial, sino cuestionar las formas en que las minorías son representadas en nuestras historias y comprender las estructuras que sostienen esas desigualdades. En los últimos años las diferentes olas del feminismo han planteado una serie de nuevas conceptualizaciones para abordar la lucha por los derechos de las mujeres en múltiples ámbitos de la vida social y su necesidad de comprender los distintos momentos de estas olas de insubordinación globales. Como señala la historiadora Luna Follegati (2018:78), se trata de un “constante aparecer” del movimiento feminista en la historia contemporánea, pues “es necesario historizar nuestro propio movimiento feminista, subvertir un silenciamiento, como también volver a comprender su auge o apogeo como momentos inauditos, esporádicos o desconexos entre sí”. Se trata entonces de comprender cómo las irrupciones de las prácticas artísticas activistas, que van de la mano de los movimientos feministas, ingresan en distintos momentos a las producciones culturales de las mujeres en la historia oficial.

El estudio de las prácticas de arte y activismo realizadas por mujeres implica repensar cómo hemos construido las historias y teorías desde disciplinas como el arte y la arquitectura, cuestión vital a la hora de cuestionarlas a ellas mismas en cuanto a sus metodologías y aproximaciones a sus casos de estudio. En este sentido, Pollock (2013:19) advierte que: “Demandar que se considere a las mujeres no solo cambia lo que se estudia y lo que se vuelve relevante investigar, sino que también cuestiona en el plano político a las disciplinas existentes”. Este sexismo estructural de las disciplinas debería problematizarse e interpelarse en tanto perpetúa esa jerarquización de géneros.

Subjetividades no-binarias. Una perspectiva cuir para (des)articular la ciudad (Pablo Leiva O., Camila Lesch, Sebastián Marchant S) – Extracto página 72 –

Debido a que nos movemos en una ciudad determinada por la presunción de nuestra sexualidad, binarios como público/privado, civilización/barbarie, físico/virtual han sido opuestos con los que hemos entendido el mundo. Sin embargo, nos han limitado en cuanto a conceptos y formas de ver nuestro entorno. La teoría cuir/queer asociada a la arquitectura abre una posibilidad para entender que esa limitación ha sido construida y por tanto puede ser reformulada.

Proponemos acá algunas miradas hacia distintas formas en las que las comunidades cuir se han organizado en las limitantes espaciales que históricamente nos ha ofrecido la ciudad de Santiago de Chile. Desde lo público a lo privado y todo lo que hay entremedio. Para esto consideramos la revisión de tres casos con sus temáticas particulares, desde la narración testimonial de sus protagonistas: la primera manifestación pública sexodivergente en Plaza de Armas de Santiago (La Raquel), los espacios de encuentro de la Colectiva Ayuquelén (Susana Peña), y el modo de convivencia híbrido del barrio San Camilo (Katty Fontey).

Arquitectas en un mundo de arquitectos (Amarí Peliowski D.) – Extracto páginas 85-86 –

Es la intención de este texto indagar acerca de los orígenes y efectos de ese “tributo a la masculinidad” que Pisano reconoce en la profesión arquitectónica chilena, aportando desde un enfoque de género algunas claves de relectura de la historia de la arquitectura en Chile que, como hemos señalado en otro trabajo, ha sido escrita mayoritariamente sobre, para y por varones (Peliowski et al., 2019). En particular, se examina aquí de una manera panorámica las primeras cuatro décadas transcurridas desde la inserción inicial de arquitectas en la profesión – en los años 1930 –, analizando algunas representaciones y auto-representaciones de arquitectas de primera generación que, a diferencia de quienes ejercen la profesión en la actualidad, debieron desenvolverse laboralmente en un mundo mayoritariamente masculino.

Los alcances de la discusión sobre género en la ciudad van, sin duda, más allá de lo que este libro logra capturar en unas pocas páginas. Como mencionamos al comienzo, el objetivo de esta publicación es esbozar unas cuantas coordenadas panorámicas a través de miradas diversas y complementarias, las que esperamos puedan ser expandidas, profundizadas y actualizadas más adelante, complementando lo que hemos vivido como un trabajo colectivo de constante aprendizaje.

Fuentes diversas – unas memorias, algunas entrevistas, poemas, afiches publicitarios, entre otros – conforman en este texto un paisaje fragmentado que intenta aportar algunas luces sobre la historia de las experiencias laborales de estas arquitectas. Interpretados en conjunto, estos documentos sugieren por una parte que, como en la historia de tantas otras ocupaciones, la identidad profesional de estas mujeres estaba tensionada por los mandatos sociales de la feminidad, asociados fundamentalmente a la maternidad y los cuidados. Por otra parte, señalan que la pluralidad característica del quehacer arquitectónico – que combina tareas manuales e intelectuales, habilidades artísticas y matemáticas, trabajo individual y colectivo – se expresaba de manera distinta en arquitectos y arquitectas, quienes parecieron asumir labores diferenciadas y ‘propias de su sexo’. Identificar aquellas diferencias sexuadas en el ámbito laboral permite cuestionar cómo se han construido históricamente los cánones de la práctica, impulsando así una reflexión contemporánea acerca de los patrones culturales que han podido dejarse atrás o aquellos que persisten hoy en las escuelas y oficinas de arquitectura.

Urbanismo y planificación urbana con conciencia de género (Liliana De Simone P.) – Extracto páginas 108-109 –

Un urbanismo y planificación urbana con conciencia de género se refieren, por una parte, a las herramientas metodológicas que enriquecen el diagnóstico de los desafíos urbanos al resaltar las dimensiones sociales, culturales, económicas y políticas que el género conlleva en la vida cotidiana en las ciudades. Además, mediante el uso de herramientas para medir, modelar, analizar, esquematizar, diseñar y comunicar proyectos, políticas y planes urbanos, una propuesta con conciencia de género tendría como objetivo resaltar los efectos invisibles del género en las condiciones replicantes de desigualdad y segregación espacial en la vida urbana, así como diseñar soluciones que promuevan un acceso igualitario a la ciudad. En esta línea, se propone el género, y su incorporación, como puntapié inicial del urbanismo y la planificación, como un agente de cambio que permita repensar las estructuras de poder que generan vulnerabilidades en la sociedad. Las mujeres pasan a ser agentes de cambio social y no solamente depositarias pasivas de discursos sensibles.

Feminismo, saberes y ciudad. Hacia metodologías y producción de conocimientos emancipatorios (Camila Cociña V) – Extracto páginas 123-124 –

La producción de conocimiento ha sido gobernada durante siglos por geografías de poder construidas sobre la base de múltiples desigualdades, siendo tanto un reflejo de las inequidades existentes como un motor que refuerza y crea nuevas desigualdades. Estamos sumamente acostumbradas a otorgarle autoridad a ciertos saberes y nociones de pericia por sobre otras: saberes masculinos, occidentales, técnicos, ‘neutros’, saberes expertos. Si queremos revocar las desigualdades estructurales en torno al conocimiento, la pregunta clave radica en cuestionar cómo reconocemos y movilizamos aquellos ‘saberes que no sabemos’: los conocimientos marginados, ordinarios, inciertos y populares que han sido constantemente invisibilizados por narrativas oficiales; cómo coreconocemos el potencial emancipador de dichos saberes movilizándolos para entender y transformar la ciudad, para leer de manera más acertada las experiencias y retos interseccionales que millones de personas enfrentan diariamente, reconociendo que la manera en que producimos conocimiento está al centro de las injusticias reproducidas por las ciudades.

Como discutiremos en este capítulo, la mirada feminista es clave para dicha tarea. En los procesos de investigación urbana, ¿qué significa aproximarse a la producción de conocimiento desde una perspectiva de género? ¿Qué principios y herramientas metodológicas podemos movilizar para avanzar en investigaciones y conocimientos más emancipatorios, que reconozcan la diversidad de experiencias y formas de habitar las ciudades?

Ciudad y Género: Miradas desde la arquitectura y el espacio urbano

Editores: Elke Schlack, Valentina Salgado, Francisco Quintana 

Ediciones ARQ 2022

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