Durante la jornada del domingo, medios internacionales catalogaron de victoria histórica la que logró la extrema derecha austríaca en las últimas elecciones legislativas del país. 

Según informó DW, el Partido de la Libertad (FPÖ) ganó con un 28.8% de los votos emitidos y que, en comparación a los comicios de 2019, significó un aumento de 13 puntos. 

Ese crecimiento, se debe, en parte, a la llegada de Herbert Kickl al control del partido en el año 2021 y a la popularidad que la tienda ganó debido a su postura sobre la inmigración, inflación y las restricciones derivadas de la pandemia. 

Por otra parte, los conservadores de la actual formación gobernante, el Partido Popular de Austria (ÖVP) que lidera el canciller Karl Nehammer, alcanzó el segundo lugar con un 26.3% de las preferencias. Luego, siguen en votos los liberales (NEOS), con el 9,1%, y los Verdes con el 8,3%.

Además de ser histórica, también fue sorpresiva, pues el FPÖ, un partido fundado por antiguos nazis en 1956, fue mejor que lo pronosticado por los sondeos que si bien les daban la victoria, no por el margen final que obtuvieron.

No obstante, no hay certeza de que la victoria sea suficiente para garantizar que la extrema derecha gobierne, pues podría formarse una coalición para evitar que el FPÖ y en particular, Kickl, gobiernen. 

Para ello, según La Vanguardia, esta victoria del FPÖ podría desembocar en una coalición tripartita del conservador ÖVP con los socialdemócratas y con el liberal NEOS. Este combinado inédito sería además la primera coalición tripartita de la historia en Austria.

De ser así, los conservadores extenderían por varios años su liderazgo en el gobierno o como socios desde 1987.