Este lunes partió con muchos de los servicios públicos de salud colapsados. La razón no fue el coronavirus, sino que la campaña de vacunación contra la influenza que se adelantó para personas vulnerables a la enfermedad –ancianos y niños– quienes también están más expuestos al virus denominado como Covid-19.
Ante el temor generalizado por la avanzada de contagios que ha habido en el país -los que durante la tarde de este lunes alcanzaron 155, según cifras oficiales- miles de personas asistieron a consultorios, hospitales y clínicas privadas, generando largas filas. Muchos de ellos simplemente se fueron a sus casas sin recibir la vacuna, a mantener el aislamiento social recomendado por el Ministerio de Salud (Minsal) durante el fin de semana, que implica evitar el contacto físico y la proximidad con otras personas.
Horas después, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunció que Chile pasaba a la fase 4 de la pandemia, lo que significa haber perdido la capacidad de trazabilidad de los contagios, y por ende, se hacía necesario extremar las medidas de contención del virus, como el cierre de fronteras y multas por incumplimiento de cuarenta, entre otras; todo esto un día después de que se negara a cerrar colegios en el país a raíz de esta situación.
Los antecedentes recogidos a lo largo del país por INTERFERENCIA indican que los distintos niveles del sistema sanitario en Chile no se encuentran del todo abastecidos para enfrentar la epidemia. Nuestro medio obtuvo el relato de trabajadores de hospitales y consultorios tanto en Santiago como en regiones, quienes comentaron su preocupación por la realidad que están viviendo, la falta de insumos, información y previsión de situaciones que ya se avizoron en países con la pandemia del coronavirus más avanzada.
Falta de insumos
“No hay nada. Ni guantes, ni mascarillas. Está repleto de gente”. Estas palabras provienen de una técnico en enfermería de un Centro de Salud Familiar (Cesfam) ubicado en Concepción. Ella, quien solicitó hablar bajo reserva de su nombre, explica que en las dependencias donde trabaja les dijo a sus colegas que no había que saludarse de beso, pero que ni siquiera se estaban siguiendo esas instrucciones. “Mis compañeras están como resignadas. Saben que vamos a terminar contagiadas”, afirma.
Otra funcionaria de un Cesfam del sector sur de Santiago, quien también pidió resguardar su identidad, dice que les llegó un protocolo de acción cuando “estábamos en Fase 2, pero nunca llegó el de la Fase 3, y el de Fase 4 lo estamos esperando”. Cuenta que también se mantienen con escasez de mascarillas y alcohol gel.
A pesar de que distintos recintos hospitalarios aparecieron en el portal de Mercado Público este lunes adquiriendo productos como alcohol desinfectante, uno de los temas que han preocupado entre los servicios es la falta de stock. Algo que que se puede llegar a producir con el paso de los días. “Tenemos información que en algunos hospitales han faltado mascarillas, no alcohol gel”, dice José Miguel Bernucci, secretario nacional del Colegio Médico.
El profesional comenta que esta falta de insumos no es similar a la que denunciaron el año pasado como gremio. “Esa vez fue producto principalmente de un cambio en la gestión de la compra de estos insumos, lo que hizo que muchos de hospitales, que ya habían gastado su presupuesto, no pudieran volver a comprar. Desde enero de este año el presupuesto vuelve a cero, en el sentido de que tienen toda la disponibilidad de recursos, por lo tanto, la falta de insumos en este minuto, más que por una falta de presupuesto o de compra, se produce por ciertos quiebres de stock y en la distribución de estos”, dice.
En ese sentido, Bernucci indica que el Colegio Médico solicitó al Ministerio de Salud que el Estado adquiera un “rol controlador” sobre “insumos más básicos, desde las cosas más simples hasta las avanzadas, incluso con fijaciones de precios y asegurando la distribución a los sistemas de salud que vayan a atender pacientes de este tipo”.
Este planteamiento fue precísamente el que llevó a cabo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a inicios de marzo de este año, cuando los casos de contagios por coronavirus llegaban a 200 en ese país. Macron reservó las mascarillas para el personal de salud que la necesitara a partir de esta emergencia. ”Requisamos todas las existencias y la producción de mascarillas de protección. Las distribuiremos entre los profesionales sanitarios y los franceses afectados por el coronavirus”, escribió en su cuenta de Twitter.
Camas UCI
Los servicios públicos tampoco tienen claridad sobre el número de camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con las que dispone el sistema de salud público en su totalidad. En una entrevista en canal 13 la noche de este lunes, el ministro de Salud aseguró que las camas UCI disponibles son alrededor de 1.500, sin precisar el número exacto, y que además contarían con disponibilidad de camas UCI del sector privado.
Sin embargo, el ministro no se caracteriza por la precisión de sus palabras. Ya en 2011, al asegurar que las listas de espera se había reducido al mínimo en el sector público, no precisó que dicha reducción se debían a razones administrativas: muchas de esas personas ya habían sido atendidas o habían fallecido esperando atención, pero aún aparecían en el sistema.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) arrojan que en Chile existen 2,1 camas hospitalarias por cada mil personas, muy por debajo de España (2,9), Italia (3,1) o Alemania (8), los dos primeros países que vieron colapsados sus centros de salud ante la crisis viral.
Las cantidades de camas totales y camas UCI disponibles podrían ser gravitantes, ya que las estimaciones sobre la necesidad de hospitalización de pacientes con coronavirus se cree que bordean el 15% de los contagiados, siendo un 5% el que necesitará camas UCI.
Es decir, en caso hipotético pero probable de que el contagio llegara a 40 mil personas a la vez, en un estimado momento peak de la enfermedad, más de 2 mil personas podrían necesitar una cama UCI, lo que superaría la estimación de camas disponibles en el sector público. INTERFERENCIA consultó al Minsal por esta información, sin embargo no obtuvo respuesta.
Ante la alerta emitida el pasado 6 de marzo, ya se tomaron medidas para disponer de más de 1.700 camas, según el comunicado oficial del gobierno, que no especifica qué tipo de camas son. Lo cierto es que ese mismo día se emitió una modificación del decreto n°4 del 2020 del Ministerio de Salud, que decreta alerta sanitaria y faculta a ambas subsecretarías a contratar personal, comprar y distribuir insumos médicos, alcohol gel y medicamentos y “autorizar la contratación y ejercicio de médicos titulados en el extranjero cuyo título no esté revalidado o habilitado en Chile”.
Cabe señalar que las camas UCI se diferencian de las camas hospitalarias regulares, pues estas no cuentan con sistemas permanentes de monitoreo de signos vitales, y de provisión de medicamentos vía intravenosa, y personal de urgencia. En Chile hay casi 40.000 de estas camas simples, según datos deducidos del Banco Mundial y la OCDE.
Según el protocolo emitido por el Ministerio de Salud, tras el examen realizado a pacientes sospechosos de portar el coronavirus, es el Instituto de Salud Pública (IPS) quien analiza las muestras y emite la información con el resultado a las secretarías regionales ministeriales (seremis) de Salud respectivas. Varias usuarios de Twitter afirman haberse realizado los exámenes y superar 48 horas sin conocer los resultados. A pesar de las consultas, las seremis no han respondido a estos cuestionamientos.
Comentarios
El colapso del sistema de
Muy buen articulo, necesito
Añadir nuevo comentario