El pasado 28 de febrero fue un día negro para muchos de los trabajadores del Centro de Estudios Científicos (Cecs), ubicado en la ciudad de Valdivia. La corporación de derecho privado, fundada en 1984 por el conocido físico Claudio Bunster, despidió en tres meses a una veintena de trabajadores, siendo ese día la fecha con más despidos. Esto, en medio de una crisis económica del centro, cuando ya varios de los despedidos y también de los actuales trabajadores llevaban meses sin sueldos.
Según varios de los ex trabajadores despedidos, la crisis del centro viene arrastrándose desde hace meses, tras una deficiente gestión del hasta hace poco gerente general, José Luis Melo, y el gerente de proyectos, Felipe Amtmann, quien es medio hermano de la alcaldesa de Valdivia, Carla Amtmann.
Bunster es hijo adoptivo del fallecido poeta Volodia Teitelboim, de quien llevó su apellido hasta 2005, cuando supo que su padre biológico era el diplomático Álvaro Bunster. Desde 1984 ha sido director del Cecs, que hasta el 2000 tuvo su sede en Santiago, y que ese año decidió trasladarse a Valdivia. Fue cercano a los gobiernos de la Concertación, uno de los creadores del programa Milenio para financiamiento de proyectos de ciencia, asesor científico del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle y amigo cercano de la ex presidenta Michelle Bachelet. Sus contactos parecían ser lo suficientemente sólidos como para que el Cecs no llegara a tener baches financieros. Eso, hasta ahora.
Hasta hace dos años, el financiamiento principal del Cecs era un fondo basal que le entregaba el Estado, de cientos de millones de pesos. Esto, hasta que el centro dejó de recibir estos fondos, siendo su principal ingreso proyectos científicos con Codelco y con la minera Anglo American. Por otra parte, varios ex trabajadores coinciden en que actualmente el Cecs acumula una serie de deudas con proveedores, como por ejemplo, de insumos de laboratorio o los servicios de traslado en helicóptero a zonas extremas, como glaciares, que son parte del foco de estudio del centro.
“Como la institución era bien hermética, siempre fue complejo darnos cuenta de esta crisis. Pero había ciertas decisiones que se tomaron, que implicaron varios gastos, como el bar que instaló el Cecs en sus dependencias. Se hizo un ascensor de lujo, grande, para que usara Bunster, que casi no usaba porque le gustaba subir por la escalera. Se hizo una pileta grande en el primer piso, y también había sueldos millonarios para los científicos, y para los gerentes y directores aún más, y si viajaban, alojaban en los mejores hoteles. Había gastos excesivos de los recursos”, cuenta un ex funcionario que solicitó resguardar su identidad.
“El Cecs se mantuvo mucho tiempo con el aporte basal que entregaba el Estado. Pero se acabó ese aporte basal, y decidieron no volver a postular, porque el Estado pidió como nuevo requisito poner a personas de gobierno en las direcciones de los organismos que recibían esas platas y el Cecs no quiso. Ahí decidió no postular al aporte basal y ahí muchos millones se dejaron de percibir. Y en paralelo, creemos que hubo gastos excesivos”, agrega este ex trabajador.
Por su parte, el centro ha argumentado en medios regionales que la crisis al interior del organismo se debe a la crisis derivada de la pandemia. Los despidos, según señalaron el 27 de marzo al Diario Austral (nota adjunta al final del artículo), se deberían a un proceso de reorganización.
“Por racionalización y reorganización interna, cuyo propósito es optimizar nuestro trabajo científico en un escenario de compleja estrechez económica”, comunicó el Cecs al diario regional.
En la misma nota, el Cecs, a través de su encargado de comunicaciones, señaló que la organización ha intentado llegar a acuerdos monetarios con los desvinculados y que “una parte importante de las personas ha aceptado nuestras propuestas y otras, no”.
Sin embargo, los ex trabajadores afirman que el origen de esta crisis no ha sido la pandemia, sino “una mala gestión” de los recursos. En respuesta a la nota publicada por el Diario Austral, los ex trabajadores hicieron llegar una carta al medio de comunicación, donde señalan que el centro mismo informó que ésta era la razón de los despidos.
En efecto, INTERFERENCIA tuvo acceso a una de las cartas de despido (adjunta al final de este artículo), con fecha 25 de febrero, aunque fue entregada al trabajador el día 28 de febrero. En ella, se señala que la causa de despidos es por “necesidades de la empresa” y que esta crisis se relaciona con una deficiente gestión.
“En razón de la crisis económica que esbozan, responsabilizando circunstancias externas derivadas de la pandemia, sentimos que es perentorio aclarar que estas dificultades son producto de una deficiencia en la organización y administración interna del CECs. Esto no es una conclusión antojadiza, es una cita de lo que se indica en varias de las cartas de despido que fueron enviadas a cada uno de los afectados por parte del Centro de Estudios”, señalaron en la misiva, firmada por diez de los ex trabajadores del Cecs, publicada el 31 de marzo en El Diario Austral.
En efecto, INTERFERENCIA tuvo acceso a una de las cartas de despido (adjunta al final de este artículo), con fecha 25 de febrero, aunque fue entregada al trabajador el día 28 de febrero. En ella, se señala que la causa de despidos es por “necesidades de la empresa” y que esta crisis se relaciona con una deficiente gestión.
“Como es de su conocimiento, a partir del segundo semestre del 2021 hasta la fecha, nuestra organización ha sido fuertemente impactada por problemas financieros, los cuales se mantienen e incluso se han visto agravados en la actualidad, principalmente derivados de una deficiente administración por parte de la gerencia anterior”, consigna la carta de despido.
INTERFERENCIA intentó contactar al encargado de comunicaciones del Cecs vía telefónica y por correo electrónico, sin obtener respuesta.
Meses sin sueldo y sin llegar a acuerdo
Pero la crisis que explotó con los despidos en febrero venía afectando hace meses a los trabajadores. A la mayor parte de los funcionarios del Cec se les debían tres meses de salarios, desde noviembre del año pasado. Ante la incertidumbre de su futuro y la poca información que manejaban sobre esta crisis, el 17 de diciembre enviaron una carta al director del Cecs, Claudio Bunster. En ella, solicitaban una reunión sobre la crisis financiera del Cecs con el científico, para “conversar nuestras inquietudes, visiones y sugerencias para hacer frente a estos difíciles tiempos que nos abordan”. Nunca obtuvieron respuesta de Bunster. Finalmente, varios de los firmantes de esa carta fueron despedidos en febrero de este año.
Tras los despidos de febrero de este año, el Cecs llegó a acuerdo con algunas de las personas desvinculadas sobre el pago de sus finiquitos, sin embargo, varios de los despedidos no aceptaron la oferta de corporación, que implicaba el pago de éste en cuotas. A esto se suma que, en muchos casos, ofrecieron firmar un acuerdo que modificaba la causa de despido que aparecía en la carta del 25 de febrero.
Debido a estos acontecimientos, varios de los trabajadores despedidos decidieron interponer denuncias en la Inspección del Trabajo de la Región de Los Ríos, lo que ha derivado en seis citas del organismo a instancias de conciliación con los ex funcionarios. Sin embargo, según relata Carlos Fouilloux, vocero de los trabajadores despedidos, el Cec no ha asistido a ninguna de estas citas.
“Vemos de parte de ellos, que no se van a acercar a ofrecernos alguna propuesta distinta. Basados en eso, estamos evaluando con abogados realizar demandas individuales, apelando a despidos injustificados y vulneración de derechos fundamentales”, explica Fouilloux.
“Además, esta semana tuvimos una reunión con el nuevo seremi del trabajo de la región. Fue una conversación grata y fueron muy receptivos, pero no es mucho de lo que pueden hacer ellos, aunque están muy interesados en nuestros casos y quieren ayudarnos a solucionarlos”, consigna.
De no llegar a un acuerdo antes, los ex trabajadores del centro anunciaron que interpondrán demandas laborales en los próximos días.
Comentarios
Ayúdenme a entender. Que hizo
Claudio Bunster, ( como él
Un país que se precie de tal
Qué raro que aparezca
Lamentablemente "los jaguares
Añadir nuevo comentario