El 3 de agosto pasado en Interferencia publicamos el artículo ‘El tabú en las presidenciales: la posibilidad de que Franco Parisi pase a segunda vuelta’, en el cual se analizaba el potencial del candidato del Partido de la Gente (PDG) de obtener el tercer lugar o incluso pasar al balotaje.
Ayer llegó el momento decisivo y alcanzó el tercer lugar con un 19,71% (al cierre de esta edición) y pese a que la mayoría de los medios titularon que fue la ‘sorpresa’, en realidad no fue tan así, dado que llegó a la misma oposición que obtuvo en 2021, cuando quedó atrás de José Antonio Kast y Gabriel Boric.
Y había elementos que daban para pensar en que podía repetir la hazaña.
Esta vez el escenario era distinto en varios sentidos. A diferencia de su campaña anterior, la cual fue realizada desde Estados Unidos y con denuncias de acoso sexual y una deuda de pensión alimenticia pendiente, esta vez corrió sin estos conflictos a cuestas y de manera presencial, recorriendo Chile.
Tomando en cuenta esto último, las expectativas de Parisi eran altas. Al momento de ir a votar, dijo que esperaba pasar a segunda vuelta con un 20% o 22%, lo cual evidentemente no sucedió.
Tomando en cuenta esto último, las expectativas de Parisi eran altas. Al momento de ir a votar, dijo que esperaba pasar a segunda vuelta con un 20% o 22%, lo cual evidentemente no sucedió.
Sin embargo, no deja de ser meritorio el que haya alcanzado este puesto en los actuales sufragios, considerando también que esta es su tercera elección de este tipo desde 2013 y que también tuvo factores en contra.
Estos fueron señalados por el mismo candidato después de conocer los resultados:
“Si bien fue una campaña muy linda, fue una campaña muy injusta. Decirles fuertemente a los terroristas de las encuestas como Alberto Mayol: ‘qué vergüenza, Mayol, qué vergüenza la Cadem, qué vergüenza a Valdivieso’. Nos manipularon las encuestas”, dijo.
El representante del PDG tiene razones para quejarse, dado que ni las proyecciones ni los medios de comunicación mostraron que su candidatura tenía posibilidades reales de acceder a segunda vuelta.
Ahora los 2.552.649 votos que alcanzó (contados al cierre de esta edición) son el botín más preciado de cara a la segunda vuelta. Y tanto Kast como Jeannette Jara intentarán ir por ellos.
De acuerdo a sus ideas, Parisi es evidentemente un político de derecha, más allá de que en su discurso dice ser de centro. Entonces lo lógico, es que personalmente prefiera apoyar al representante del Partido Republicano.
De acuerdo a sus ideas, Parisi es evidentemente un político de derecha, más allá de que en su discurso dice ser de centro. Entonces lo lógico, es que personalmente prefiera apoyar al representante del Partido Republicano.
Sin embargo, ayer no comprometió el voto a ninguno y señaló que serían los militantes del PDG quienes decidirán a quién van a respaldar. Esto mismo dijo en 2021 y terminaron apoyando a Kast como colectividad.
Pero en términos reales, los números de la elección anterior no mostraron que sus votos fueran hacia la derecha, sino que se presume que fueron a parar a Gabriel Boric.
Porque hay algo que tampoco se está tomando en cuenta en varios análisis: Parisi puede ser de derecha, pero sus votantes no necesariamente.
Un dato que sustenta lo anterior es que a diferencia de los más de 2 millones y medio que alcanzaron en la presidencial, el PDG llegó 1,3 millones (al cierre de esta edición), prácticamente la mitad, cuyas preferencias aún son un misterio.






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