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Domingo, 10 de Agosto de 2025
Guerra en Ucrania

Premio Pulitzer estadounidense asegura que comandos de Biden destruyeron gasoducto ruso Nord Stream

Andrés Almeida
Diego Ortiz

El afamado periodista Seymour Hersh publicó detalles de la planificación y operación del ataque estadounidense a la infraestructura que conecta Rusia con Alemania. Estados Unidos negó la información y Rusia no ha lanzado una versión oficial, a pesar de que siempre acusó a la OTAN del acto de sabotaje, el cual jurídicamente sería un acto de guerra.

El 26 de septiembre de 2022 volaron las tuberías de los gasoductos Nordstream 1 y 2 en el mar Báltico, en aguas internacionales, frente a la isla danesa de Bornholm, con lo que se cortó abruptamente la conexión energética entre Rusia y Alemania.

Con esto se ponía fin a un capítulo complejo para los aliados occidentales de la OTAN, quienes discutían el alcance de las sanciones a los hidrocarburos rusos, en el entendido de que para Alemania un corte abrupto del gas proveído por la empresa estatal rusa Gazprom implicaría una gran pérdida de competitividad industrial e incluso un problema de seguridad energética. 

Joe Biden, días antes de la invasión rusa advirtió que si eso pasaba [Rusia invadía a Ucrania] Estados Unidos no permitiría el funcionamiento del Nord Stream 2. Antes incluso de las palabras de Biden, la subsecretaria Victoria Nuland, aseguró que “si Rusia invade a Ucrania, de una forma u otra, el Nord Stream 2 no avanzará”.

En ese escenario, Rusia desde un primer momento acusó a Estados Unidos de estar detrás del sabotaje. Entre los argumentos, estaban declaraciones del propio Joe Biden, presidente del país, quien días antes de la invasión rusa advirtió que si eso pasaba Estados Unidos no permitiría el funcionamiento del Nord Stream 2. Antes incluso de las palabras de Biden, la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, aseguró que “si Rusia invade a Ucrania, de una forma u otra, el Nord Stream 2 no avanzará”.

Sin embargo, las fuentes gubernamentales y de inteligencia occidentales no aceptaron sino hasta el 18 de noviembre de 2022 que se trataba de un sabotaje, cuando expertos suecos llegaron a esa conclusión. Así y todo, varias versiones apuntaron a Rusia como el autor del atentado, pese a que el país no obtiene ningún beneficio claro por el hecho.

El más reciente capítulo de esta historia ocurrió ayer, cuando el premio Pulitzer estadounidense Seymour Hersh, publicó en su sitio de Substack detalles de la planificación y operación del ataque que atribuye a los estadounidenses. (Lea acá el artículo Cómo Estados Unidos destruyó el gasoducto Nord Stream, en inglés).

Habiendo accedido a una fuente de inteligencia, Hersh -quien fue clave en develar casos tales como la masacre en el poblado de My Lai durante la guerra de Vietnam y las torturas de estadounidenses a iraquíes en la prisión de Abu Ghraib- narra cómo fue el proceso de decisión que llevó a que buzos tácticos de la Armada de Estados Unidos, entrenados en Panamá City, Florida, realizaran una inmersión durante unos ejercicios navales rutinarios de la OTAN en el Báltico a fines de junio, donde colocaron los explosivos a los gasoductos. Luego de meses fueron detonados mediante sofisticados mecanismos a distancia.

Según Hersh, en la decisión intervinieron, además de Biden, el secretario de Estado, Tony Blinken; la subsecretaria de Asuntos Políticos, Victoria Nuland; el asesor en Seguridad Nacional, Jake Sullivan; y el director de la CIA, William Burns. El periodista hizo las consultas del caso a la Casa Blanca y la CIA, cuyas respuestas fueron “esto es falso y una completa ficción” y “esta afirmación es completa y absolutamente falsa”, respectivamente.

No obstante, en el artículo de Hersh abundan datos, elementos de contexto y detalles, que dan credibilidad a la versión, además de la propia reputación del periodista.

De tal modo, el profesional explica el contexto geopolítico de los gasoductos Nord Stream, y la necesidad estratégica del gobierno de Biden por eliminarlos.

‘Esto no es cosa de niños’, dijo la fuente. Si el ataque fuera rastreable hasta Estados Unidos, ‘es un acto de guerra’”, se lee en el artículo.

Además, el artículo ofrece detalles de la planificación del atentado, incluyendo alternativas a la que finalmente se habría optado, discusiones en la comunidad de inteligencia, y cómo finalmente la CIA impuso su visión respecto de cómo llevar a cabo y encubrir el sabotaje.

“La CIA argumentó que cualquier cosa que se hiciera, tendría que ser encubierta. Todos los involucrados entendieron lo que estaba en juego. ‘Esto no es cosa de niños’, dijo la fuente. Si el ataque fuera rastreable hasta Estados Unidos, ‘es un acto de guerra’”, se lee en el artículo.

Hersh entra también en detalles acerca de la operación en sí, destacando el rol de los noruegos, y la Sexta Flota estadounidense, involucrada en los ejercicios navales de junio.

Finalmente, el periodista desliza una crítica a los medios estadounidenses, en especial a The New York Times, los cuales acompañaron al pie de la letra las versiones de inteligencia estadounidenses, en las cuales se habló del “misterio” en torno al caso, sin ver los evidentes beneficios que traía para Estados Unidos el sabotaje.

En cuanto a reacciones, Maria Zakharova, vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, indicó que la Casa Blanca “debe ahora comentar sobre todos estos hechos”. 

Fuera de lo indicado por representantes del gobierno en el propio artículo de Hersh, Estados Unidos no ha emitido comentarios al respecto al cierre de esta edición. Tampoco lo ha hecho el gobierno alemán, Estado al que la destrucción del gasoducto provocó una compleja crisis energética y económica. 

'Sy' Hersh, un lobo solitario en el periodismo

El diario estadounidense The New York Times reseñó en 2018 las memorias de Seymour Hersh, titulada Reportero. El artículo del Times describe a Hersh como un lobo solitario del periodismo de investigación, “quizás el más notable de su generación”. En aquel entonces, ‘Sy’ Hersh tenía 81 años. 

Sin editores ni medios que lo respalden. Sólo Hersh, su pluma y un puñado de fuentes anónimas en altos puestos de inteligencia.

Cinco años después, a los 86, Seymour Hersh vuelve a sacudir el mundo con un reportaje cuyas consecuencias aún no son visibles ni estimables. Lo hace bajo el formato más “lobo solitario” posible: su artículo Cómo Estados Unidos destruyó el gasoducto Nord Stream fue publicado en su página de Substack, una plataforma para blogs que permite a los lectores suscribirse y apoyar monetariamente el contenido. Sin editores ni medios que lo respalden. Sólo Hersh, su pluma y un puñado de fuentes anónimas en altos puestos de inteligencia.

En 1969 publicó una historia que le valió un premio Pulitzer. Hersh dio a conocer la Masacre de My Lai, en Vietnam, donde tropas estadounidenses atacaron un poblado desarmado. En palabras del periodista, “mataron, violaron y mutilaron por horas, sin enemigos alrededor”. En su momento, el Pentágono desmintió todo lo reportado por Seymour Hersh, misma receta que siguió el gobierno estadounidense para desacreditar otro reportaje del mismo autor, 35 años después. 

En 2003, Hersh publicó una serie de artículos que dan cuenta del uso de torturas a iraquíes en la prisión de Abu Ghraib por parte de agentes de la CIA y militares de Estados Unidos. Inicialmente fue tildado de un montón de tonterías, pero su cobertura terminaría con una veintena de soldados dados de baja y acusados de distintos delitos, con siete de ellos condenados a prisión. 

Este nuevo reportaje de Hersh no es la excepción, y así lo muestra él al comienzo del texto. En el quinto párrafo, el periodista publica la respuesta de Adrienne Watson, vocera de la Casa Blanca, a sus consultas: “Esto es falso y una completa ficción”. Agrega la declaración de Tammy Thorp, vocera de la CIA: “Su afirmación es completa y absolutamente falsa”. 

“Acá tengo el tipo de libertad por la que siempre he peleado. He visto en esta plataforma escritor tras escritor librarse de los intereses económicos de quienes los publican, internarse profundamente en historias sin miedo al conteo de palabras o centímetros de columnas".

Horas antes de publicar este nuevo reportaje, Seymour Hersh en su sitio entrega una explicación de por qué prescindir equipos de trabajo, editores y el respaldo de un medio de comunicación. “Acá tengo el tipo de libertad por la que siempre he peleado. He visto en esta plataforma escritor tras escritor librarse de los intereses económicos de quienes los publican, internarse profundamente en historias sin miedo al conteo de palabras o centímetros de columnas, y -lo más importante- hablando directamente con sus lectores”.

Para Cómo Estados Unidos destruyó el gasoducto Nord Stream, Hersh asegura haberse valido de esa libertad. “La historia que leerán hoy es la verdad que encontré durante tres meses de trabajo, sin presión de editores ni colegas [...]. Substack simplemente significa que el reporteo ha vuelto… Sin filtros y no programado- justo como me gusta”.



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Comentarios

Comentarios

Felicitaciones que sigan mostrando la otra cara de esta guerra proxy de EEUU contra Rusia, y quizas incluso contra Alemania! Esto se sabia hace mucho, pero no sale en la prensa occidental

Muy buena nota, desmarcándose del relato que todos los otros medios distribuyen uniformemente donde unos son los buenos y los otros los malos...

Buen articulo , Hersh es un exelente periodista de investigacion y hace falta que la prensa de a conocer estas situaciones. Solo como nota aclaratoria, los buzos tacticos no fueron entrenados en Panama si no que en Panama City, una ciudad del estado de Florida.

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