El Teatro Regional del Bío Bío fue inaugurado el 7 de marzo de 2018 y durante su primer año sus números fueron exitosos. Por ejemplo, obtuvo más visitas que el Centro Cultural Gabriela Mistral santiaguino, comparando el primer año de ambos recintos.

Pese a esto, el recinto cultural atraviesa actualmente por una crisis interna que no tiene que ver con el desempeño que cumple entregando arte a la ciudadanía, sino que con la mala relación del directorio que administra este recinto con sus trabajadores, quienes denuncian un clima laboral negativo.

Nuestro medio accedió a una carta escrita por el Sindicato de Trabajadores Teatro Bío Bío (TRBB), la cual fue entregada a los directores, a la Intendencia de la región, a los consejeros regionales y al Ministerio de Cultura, en la cual se detallan una serie de irregularidades y denuncias en contra de los nuevos integrantes del directoriol.

El origen del conflicto

En enero de este año INTERFERENCIA informó sobre la operación política y comunicacional impulsada por un grupo de penquistas pertenecientes a la Corporación del Teatro Pencopolitano (CTP), organización privada ligada a Renovación Nacional y que es parte de los socios del TRBB, junto con otros representantes de la derecha en la zona. El objetivo de este grupo fue obtener la mayoría dentro del directorio que administra el teatro y así tener el poder de decisión, lo que finalmente consiguieron.

En esto último recibieron el apoyo de Jorge Ulloa, quien hasta el 12 de abril era el intendente del Bío Bío. La ex autoridad, para favorecer la situación de los integrantes de la CTP, bloqueó el traspaso de recursos hacia el teatro, para así alimentar un ambiente de crisis.

De esta forma el directorio, compuesto por 11 personas, quedó integrado por seis ligadas a la derecha, cuatro pertenecientes a la CTP, entre ellos y liderando el directorio están Fernando Quiroga (presidente), Juan Eduardo King (vicepresidente) y Octavio Enríquez (tesorero). Estos son rector de la Universidad San Sebastián en Concepción; ex seremi de Cultura en el primer gobierno de Sebastián Piñera; y representante del rector de la Universidad Andrés Bello, respectivamente..

Pero después de estos hechos, informados por nuestro medio en enero, la trama ha continuado su desarrollo con el mismo hilo conductor original.

Señales de poder de las autoridades

A pocos días de haber asumido, el directorio comenzó con sus primeras medidas, las que fueron el inicio de la mala relación actual con los trabajadores.

El 11 de enero, en una reunión extraordinaria, solicitaron que toda la programación –preparada por un equipo especializado– debía pasar por el visto bueno de las autoridades del TRBB. Además, decidieron terminar el lazo laboral con un periodista y un abogado que prestaban asesorías externas, asegurando que los directores que ostentan el título de abogados serían quienes se harían cargo de los aspectos legales de la corporación, lo que según la carta de los trabajadores hasta el día de hoy no se concreta.

Días después, el 23 de enero, el presidente del directorio presentó a Óscar Aliaga, ex seremi de Gobierno durante el primer gobierno de Sebastián Piñera y quien fue designado como nuevo asesor externo del teatro en materia de comunicaciones. Aliaga de inmediato citó al equipo de comunicaciones que ya funcionaba y les solicitó una presentación verbal, currículum vitae, un FODA personal de cada uno y una presentación sobre el trabajo grupal, todo de forma avasalladora, según indica la denuncia. Todo esto, además, aprovechando que Francisca Peró, directora ejecutiva elegida por concurso y cuyo cargo no pertenece a los once directores, se encontraba en el Festival de Teatro de Buenos Aires.

El mismo día se dio un hecho que terminó por marcar las malas relaciones. Durante la tarde, llegaron al edificio otros dos miembros del directorio, Héctor Campos y Christian Paulsen –quien es militante de RN y miembro del CTP– y maltrataron verbalmente al recepcionista del teatro puesto que este les solicitó identificación y registro, tal como exige el protocolo interno. De esto, el sindicato tiene registro audiovisual.

El tapado de la CTP

A medida que pasaron los meses uno de los nombres que más ha afectado la relación con los funcionarios es el de Rodrigo del Valle. Paradójicamente, éste personaje no tiene ningún trabajo formal al interior del TRBB, pero sí una fuerte influencia interna.

Del Valle es un hombre de derecha de la zona, ex miembro del directorio pero ligado a la CTP. Además es el ex brazo derecho de Nicolás Imschenetzky, dueño del casino Marina del Sol de Talcahuano. Este último es un empresario derechista ligado fuertemente a hombres de la dictadura como Miguel Krassnoff (ex DINA).

En la carta de los trabajadores se señala que Del Valle está constantemente presente en la rutina del TRBB. Pero en concreto, denuncian que el 14 de febrero pasado, en medio de una reunión con la presidenta del Sindicato de Actores y Actrices del Bío Bío, Orly Pradenas, una funcionaria de aseo entró a la sala en que se realizaba el encuentro y Del Valle le habría dicho “me encanta esta chiquilla, la cara de fresca que tiene”, hecho que motivó una constancia en la Inspección del Trabajo por acoso sexual.

Consultado por INTERFERENCIA, Del Valle indicó: “No es mi estilo, no es efectivo lo que puedan decir de mí respecto de ese tipo de cosas”. Además confirmó que él no trabaja en el teatro pero que sí ha realizado “trámites” a pedido del directorio.

Fuentes políticas que conocen de cerca la interna del TRBB dijeron a nuestro medio que Del Valle no está en el directorio, puesto que el plan de los otros miembros del CTP sería darle un cargo funcionario en el teatro.

Las mismas fuentes señalan que este personaje habría participado en la gestión del concierto del pianista Richard Clayderman dentro del teatro, organizado por Katto Producciones. En esto, según los informantes, Del Valle habría beneficiado a la productora con un trato que le entregó la mayoría de las ganancias en desmedro del TRBB.

Sobre este hecho, la carta de los funcionarios señala que el vicepresidente del teatro, Juan Eduardo King, cerró este acuerdo sin consultar al equipo de programación del TRBB, “intercediendo directamente con la empresa de venta de tickets (Ticketplus), fijando valores de venta de entradas y estableciendo la venta sólo online y en las dependencias de la productora, no en el Teatro”, dice la misiva, lo que motivó otra constancia en la Inspección del Trabajo.

Relaciones quebradas

La carta del sindicato significa un quiebre con el actual directorio, particularmente con los miembros de la CTP. Así como están las cosas, el conflicto no parece tener pronta solución.

Las fuentes políticas anteriormente mencionadas, dijeron a INTERFERENCIA que se realizó un concurso para escoger a un coordinador de Prensa, Asuntos Públicos y Comunicaciones, quien funcionará paralelo al ya citado Óscar Aliaga. En este proceso, el directorio no consideró a la directora ejecutiva. Además, subcontrató a una psicóloga externa para que hiciera una preselección de los postulantes, pese a que el TRBB tiene una psicóloga para esta función.

El jueves 24 de enero, a través de Oscar Aliaga, se solicitó organizar y convocar a la prensa para una conferencia el día 25 de enero, en la cual representantes del directorio encabezados por Fernando Quiroga, además Juan Eduardo King e Igor Concha, presentaron los lineamientos 2019 de gestión. Cabe destacar que Rodrigo del Valle García, esperaba afuera de la sala.

Por otra parte, en medio de las relaciones quebradas, el directorio no tiene el escenario favorable que lo benefició en su operación para obtener el poder, puesto que el actual intendente, Sergio Giacaman, está bastante alejado de su antecesor Jorge Ulloa al interior de la UDI.