Según una publicación del periódico Político, la discusión pública sobre las condiciones en las que actualmente avanza la automatización de los puestos de trabajo en Estados Unidos está obviando un importante detalle: que los mismos trabajadores, mediante el pago de impuestos, están financiando el avance de las tecnologías que en un futuro los reemplazarán en sus puestos de trabajo.
En este difícil contexto, 72% de los trabajadores estadounidenses está en una situación vulnerable por la creciente automatización de los procesos productivos, para lo cual diversos legisladores proponen una automatización inclusiva y sostenible. De este modo, el trabajo de los políticos guarda relación con velar por los intereses de los trabajadores, y también por que tecnologías sean reguladas como materia de impacto climático, dice el periódico.
Los subsidios al avance tecnológico -con miles de millones de dólares anuales- han sido un arma de doble filo para el gobierno, ya que a la vez que las empresas logran nuevas tecnologías de automatización, presionan a las instituciones públicas para renovar su equipamiento comprando estas tecnologías, como en el sistema de transportes, precisa Politico.
Según la publicación, diversos estudios dados a conocer recientemente indican que la automatización podría exacerbar la desigualdad en los sectores de menores ingresos de la población, quienes serían los más perjudicados por el reemplazo de sus puestos de trabajo por la irrupción de estas nuevas tecnologías.
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Al igual que el hilo se corta
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