Otra muestra más de que carabineros y las fuerzas armadas, tienen doctrinas y jerarquías incontestables que no se conjugan con la democracia, ni con la dignidad de las personas. Son doctrinas del pasado que benefician la corrupción del alto mando y su impunidad. Su rol dentro de la sociedad no tiene una clara aceptación. Se definen como ser públicos, ¿Pero lo son en realidad? Los que menos trabajan en Carabineros, son los que más ganan. Los que menos arriesgan son los que gozan de más privilegios. La reacción del coronel Witt, es el retrato de una institución anacrónica y parasitaria. Su función real es proteger a los ricos. Para eso les basta saber mandar y obedecer. Para llegar a general o a coronel, y ostentar tales privilegios, debiera haber un nivel de exigencia intelectual, similar a la de un médico o un ingeniero. Cómo sociedad estamos pagando un alto costo por un recurso humano de dudosa calidad.