Cuesta entender como tres millones de personas se sometan voluntariamente al negociado con su propia salud que realizan estxs enfermxs de codicia. Decir también que las clínicas privadas, propiedad de las Isapres, han crecido de una manera increíble con la venta súper usurera de prestaciones de salud al sector público que sufre por está vía una sangría constante de enormes recursos que debiera terminar si o si, a favor del 80% de la población que se atiende en la salud pública. Todo el presupuesto público para salud debe invertirse en la salud pública que para esto es. Este es el momento de hacer realidad el Derecho a la Salud que se basa en la igualdad, como todo derecho. Terminando con esa enorme fuga de recursos publicos tendríamos una salud pública magnífica para toda la poblacion.