Si bien es cierto, esta columna retrata como estamos políticamente, también muestra una realidad que no deja de asombrar. La derecha chilena, una vez más ha mostrado, la defensa a rajatabla de los interéses de quienes los financian. No podemos hablar de políticas públicas sin que la derecha agite las manos diciendo que no contemos con sus votos, porque en contrapartida dirán, ya perfecto hagamos políticas públicas pero sin meterse con el 10% más rico de éste país. Cargemosle la mano al pueblo, a la ciudadanía que con suerte llega a fin de mes, total después igual votarán por nosotros. Yo creo que debieran preocuparse, porque el descontento de la gente se demostró con el estallido social y si hay otro, no habrá quién se siente a negociar, no nos volverán a engañar de nuevo.