Esta semana, el parlamento británico invitó a exponer al cirujano Nizam Mamode, quien trabajó como voluntario en el hospital Nasser, en Gaza, por cerca de un mes. Mamode, ya retirado en Inglaterra y quien fuera el ex director clínico de trasplantes en el hospital Guy’s and St Thomas’, describió como Israel utiliza drones para disparar a niños.
“Algo que encontré particularmente perturbador fue que caía una bomba, quizás en una zona de carpas muy poblada, y luego los drones bajaban…”, relató el médico con voz entrecortada, teniendo que tomar una pausa para retomar su testimonio. “Los drones bajaban y apuntaban a civiles, niños”, aseguró, siendo algo que ocurría "día tras día". (Vea acá la presentación en inglés del Dr. Mamode en el parlamento británico).
"Las balas que estos drones disparan son unos gránulos pequeños con forma de cubo, y logré sacar varios de estos del abdomen de niños pequeños”. El más pequeño de ellos, según Mamode, “tenía tres años”.
El cirujano contó que “operamos a niños que nos decían ‘estaba tirado en el piso luego de que cayera una bomba y un dron bajó, se puso sobre mi y me disparó’”. Las consecuencias de los ataques con drones israelíes las vio también en el quirófano: “las balas que estos drones disparan son unos gránulos pequeños con forma de cubo, y logré sacar varios de estos del abdomen de niños pequeños”. El más pequeño de ellos, según Mamode, “tenía tres años”.
Además, el doctor Nizam Mamode explicó que la munición de los drones es hasta más destructiva que las balas normales. “Con los gránulos de los drones, lo que descubrí es que entran y luego rebotan, provocando múltiples lesiones”, describió, recordando también el caso de un niño de siete años que tenía “lesiones en su hígado, bazo, intestino y arterias; un daño bastante extensivo desde un solo punto de entrada”.
Otro de los crudos aspectos del genocidio en Gaza que Mamode desarrolló fue la falta de implementos médicos. Relató tener que realizar amputaciones sólo con paracetamol como remedio para el dolor, operar sin guantes quirúrgicos y trabajar hemorragias sin gasas estériles.
“Los insumos médicos estaban esperando en la frontera, pero no los dejaban entrar. No nos permitían ingresar ningún tipo de equipo médico salvo para uso personal”, denunció, incluso agregando que solicitó ingresar a Gaza con medicina para la tiroide pero no se lo permitieron. Describió el impedimento de ingreso de insumos médicos como una “política deliberada”, aunque agregó que han habido cambios últimamente ya que se enteró que algunos equipos médicos habían logrado entrar algo de equipamiento a Gaza. “En todo caso, me parece que existe una restricción deliberada a los suministros médicos”, añadió.
“Habían moscas en el teatro de operaciones del hospital. Era espantoso. Y todo esto es por una decisión deliberada”
También acusó la falta de elementos básicos de higiene como jabón y champú, lo que conlleva a la propagación de infecciones. “No sé cuántas heridas con gusanos tuve que tratar… Incluso un colega tuvo que sacar gusanos de un niño que estaba en cuidados intensivos”, contó.
“Habían moscas en el teatro de operaciones del hospital. Era espantoso. Y todo esto es por una decisión deliberada”, acusó el cirujano.
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