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Lunes, 1 de Septiembre de 2025
Influencia y poder

La nueva DC: el rol de bisagra del Partido Socialista tras la pérdida del liderazgo en la izquierda

Maximiliano Alarcón G.

Militantes que critican proyectos de ley del gobierno que los representa, parlamentarios que insultan a autoridades del sector y fuego amigo a la candidatura de Jeannette Jara, son algunas de las actitudes del PS que lo asemejan a la Democracia Cristiana cuando ya comenzaba a descomponerse.

Cuando en 2015 la presidenta Michelle Bachelet cayó en desgracia después que se destapara el Caso Caval, para salvar el destino del gobierno arribó como ministro del Interior el histórico militante demócrata cristiano –hoy independiente–, Jorge Burgos.

En ese tiempo, la Democracia Cristiana (DC) vivía sus últimos años como ‘partido bisagra’, manera en que se calificaba su perfil dentro del conglomerado Nueva Mayoría. Este era el de la colectividad más ‘moderada’ del bloque y que al no ser la principal fuerza, tensionaba frecuentemente las relaciones internas y el futuro de los proyectos de ley.

Hoy la DC está disminuida casi al punto de ser irrelevante. En la actualidad la conducción de la centroizquierda la tienen el Partido Comunista (PC), el Frente Amplio (FA) y el Partido Socialista (PS).

Pero este último ha venido mostrando en los años recientes un perfil algo similar al que tuvo la falange en gobiernos anteriores, lo cual es evidencia de una pérdida del liderazgo que tenían en la centro izquierda y que además podría ser síntoma de un debilitamiento que podría llegar a ser tan grave como el que sufrió la Democracia Cristiana.

La colectividad fundada en 1933 fue el eje en el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por el socialista Salvador Allende. A partir del 2000, con la llegada de Ricardo Lagos al poder, se convirtieron en la principal fuerza de la Concertación, lo cual se extendió en el siguiente período presidencial con Michelle Bachelet.

Pero esta última, cuya primera candidatura a La Moneda fue en 2005, fue la última carta presidencial exitosa que ha sacado el PS, la cual reeditaron en las elecciones de 2013.

En la presente carrera presidencial y en la de 2021 han tenido que mirar de lejos. Primero fracasaron con la opción de Paula Narváez y recientemente con la presidenta del partido, Paulina Vodanovic, lo que los obligó a apoyar en las primarias a la militante del PPD, Carolina Tohá.

En la presente carrera presidencial y en la de 2021 han tenido que mirar de lejos. Primero fracasaron con la opción de Paula Narváez y recientemente con la presidenta del partido, Paulina Vodanovic, lo que los obligó a apoyar en las primarias a la militante del PPD, Carolina Tohá.

En el Congreso se ha visto un escenario agridulce. En el Senado, tanto en el período anterior como en el actual han tenido 7 representantes. Mientras que en la Cámara, en 2018 partieron con 19 y terminaron con 17, luego en las elecciones de 2021 obtuvieron 13 escaños y actualmente van en 12 tras la renuncia de Jaime Naranjo al partido.

Si bien son la principal fuerza de la izquierda en el Senado, en la Cámara actualmente son superados por el Frente Amplio, colectividad que tiene 19 diputados. Aunque en esta institución superan al Partido Comunista, el cual tiene 10.

Esto ha significado que en el actual período parlamentario no hayan tenido una presidencia en la Cámara de Diputados.

La disminución de la fuerza del Partido Socialista a nivel parlamentario y presidencial ha significado que el comportamiento de sus representantes tenga cierta similitud con lo que ocurría en la Democracia Cristiana en los gobiernos de Lagos y Bachelet.

Por ejemplo, cuando fue la crisis de gobernabilidad al inicio del mandato de Gabriel Boric, además de la entrada de Tohá en el Ministerio del Interior como reemplazo de Izkia Siches, Álvaro Elizalde, quien era senador del Partido Socialista en 2022, renunció a su cargo para ocupar el cargo de secretario general de la Presidencia, sustituyendo al frenteamplista Giorgio Jackson.

Esto último fue un fenómeno similar a cuando entró Burgos a darle un aire más de centro al segundo gobierno de Bachelet.

Pero tal como ocurría con la DC en los mandatos pasados, el PS ahora además de este perfil colaborador, se caracteriza también por promover el fuego amigo al gobierno.

Pero tal como ocurría con la DC en los mandatos pasados, el PS ahora además de este perfil colaborador, se caracteriza también por promover el fuego amigo al gobierno.

Esto se vio en proyectos de ley fundamentales de Boric, como la condonación de la deuda del Crédito con Aval del Estado, el cual fue calificado como “ofertón con motivaciones electorales” por Paulina Vodanovic en mayo de 2024.

Algo similar ocurrió durante la tramitación de la reforma de pensiones, donde diputados de la colectividad –junto con algunos del PC–, fueron críticos de la iniciativa liderada por la actual candidata presidencial, Jeannette Jara, por mantener con vida a las AFP en lugar de quitarles poder sobre los fondos de los chilenos.

Pero la amargura de algunos socialistas también se ha visto a nivel personal. 

Por ejemplo, el senador del PS, Fidel Espinoza, trató de ‘imbécil’ al diputado del Frente Amplio, Gonzalo Winter, cuando durante su candidatura en las primarias presidenciales realizó un sketch con comediantes.

El mismo Espinoza, acusó a Giorgio Jackson de ser el ‘líder de la banda’ que robó los computadores del Ministerio de Desarrollo Social durante el Caso Convenios, lo cual le valió una querella por injurias y calumnias en su contra y que lo obligó a disculparse con el frenteamplista.

Otro senador que se ha perfilado como un crítico del gobierno es Alfonso de Urrseti. Este acusó de ‘pusilánime’ a Jackson durante la tramitación del proyecto de infraestructura crítica; señaló en La Segunda que la gestión de Boric ha preferido sentarse con empresarios más que tener un perfil ecologista; dijo los vínculos del Frente Amplio con el Caso Convenios eran "un llamado de atención a quienes enarbolaban la superioridad moral”.

En la presente candidatura presidencial de Jeannette Jara, también ha surgido fuego amigo desde el Partido Socialista.

En la presente candidatura presidencial de Jeannette Jara, también ha surgido fuego amigo desde el Partido Socialista.

Por ejemplo, el senador Juan Luis Castro, ha sido frecuentemente crítico con parte del comando y con medidas del programa de la militante comunista.

Aunque sin dudas uno de los más directos ha sido el también socialista, Óscar Landerretche, quien sin tapujos declaró públicamente que no apoyará a Jeannette Jara.

Vale decir que hay varios comprometidos con el gobierno actual y con la candidatura de Jara, como Álvaro Elizalde, Camilo Escalona y Nicole Cardoch. Pero esto mismo muestra al Partido Socialista actual como si tuviera dos almas, una más progresista y otra más conservadora, tal como ocurría en la DC.

En esta nueva identidad del PS, el resultado puede ser la recuperación de la hegemonía, pero también el riesgo de ir desapareciendo como pasa con la Democracia Cristiana.



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Jeannette Jara Presidenta!

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