En su tercer intento por conquistar La Moneda, y menos de diez años después de salirse de la UDI y siete años después de formar su propio partido a la derecha de la derecha tradicional de los últimos 30 años, José Antonio Kast logró convertirse ayer en el N° 37 presidente de Chile.
Con más de 7 millones de votos, obteniendo un 58%, logró superar ampliamente a Jeannette Jara, la candidata de la gobernante coalición de centroizquierda, quien obtuvo algo más de 5 millones de sufragios, representando un 42% de las preferencias .
La elección de Kast, miembro de una familia alemana que emigró a Chile tras la Segunda Guerra Mundial (su padre Michael Kast fue miembro del Partido Nazi de ese país) y que apoyó activamente la represión antiizquierda del régimen de Augusto Pinochet en los años 70, no ha sido una sorpresa.
Las encuestas venían vaticinando su victoria, la que, en un cuadro más grande, está en plena sintonía con lo que está ocurriendo en muchos países occidentales, donde líderes de ultraderecha han ido conquistando gobiernos, surfeando una ola de fuertes sentimientos anti inmigración, incertidumbre sobre el futuro económico, y fastidio con un modelo económico que, hasta hace poco, era considerado un ‘estado natural’ por los partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha.
la elección de Kast confirma una tendencia del electorado chileno, que desde 2010 ha optado por entregarle el gobierno a la oposición. Fue el caso de Piñera en 2010, Bachelet en 2014, Piñera en 2017, Boric en 2021 y ahora Kast en 2025.
Además, la elección de Kast confirma una tendencia del electorado chileno, que desde 2010 ha optado por entregarle el gobierno a la oposición. Fue el caso de Piñera en 2010, Bachelet en 2014, Piñera en 2017, Boric en 2021 y ahora Kast en 2025.
La decisión tomada por los electores vino a validar el pinochetismo a cambio de una promesa de seguridad pública ofrecida por el presidente electo y su sector, rompiendo un tabú de la política chilena de los últimos 35 años, el cual marginaba ampliamente las referencias a lo hecho por los militares entre 1973 y 1990.
Kast trae consigo una validación del neoliberalismo económico implementado en la dictadura, una postura conservadora en lo moral, un discurso autoritario, además de la reivindicación de figuras como Augusto Pinochet, Jaime Guzmán, Miguel Krassnoff, entre otros emblemas del régimen.
Su estilo incendiario, característico en muchos foros previos a la elección, no estuvo presente en su primer discurso como presidente electo. Evitó entrar en temas espinosos y abordó cuestiones como el respeto a la ley “en todas las regiones, sin excepciones, sin privilegios”, en una clara alusión a localidades como Temucuicui, donde difícilmente puede entrar el Estado junto con su sistema de seguridad, debido a las restricciones impuestas por las comunidades mapuche.
También se dedicó a cuidar las expectativas, “no nos pidan milagros, pídanos energía”, dijo, sabiendo que lo que se le viene son momentos en que la opinión pública estará minuto a minuto auscultando su labor, que tiene promesas como la disminución de USD 6.000 millones durante los primeros 18 meses de gobierno, algo que la otrora candidata derechista Evelyn Matthei consideró como imposible de lograr.
Por el lado de los derrotados, el resultado obtenido por Jeannette Jara da cuenta del mal estado de la izquierda chilena, un sector perdido que pareciera no haber reaccionado a la derrota en el plebiscito constituyente de 2022, obteniendo esta vez un resultado similar en cuanto a diferencia de votos.
La candidata del Partido Comunista cierra esta etapa viéndose como una figura más solitaria que acompañada por el bloque que supuestamente estaba abanderado por ella.
La candidata del Partido Comunista cierra esta etapa viéndose como una figura más solitaria que acompañada por el bloque que supuestamente estaba abanderado por ella, principalmente de parte el Frente Amplio, la colectividad a la cual pertenece el presidente Gabriel Boric.
Este último, probablemente sea el más contento esta noche aparte de José Antonio Kast, puesto que el triunfo del republicano propicia una posible operación retorno del actual mandatario para las presidenciales de 2029.







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