Fernando Karadima

Si bien Bergoglio, primer papa latinoamericano y jesuita, se mostró como uno de los sumo pontífices más progresistas en temas como el rol de la mujer, los abusos sexuales cometidos por el clero y el acercamiento a la comunidad homosexual, en lo concreto, esto no siempre se tradujo en cambios significativos al interior de la Iglesia ni su estructura.

INTERFERENCIA presenta un capítulo de Todo legal -libro de Carlos Tromben e Ignacio Schiappacasse, de la Fundación por la Transparencia- que trata sobre cómo se enriquecieron los grandes ricos chilenos- donde se aborda los vínculos tejidos por el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y los jesuitas con Sanhattan desde el fin de la era del cardenal Raúl Silva Henríquez.

Por años ha sido el centro de operaciones y toma de decisiones del episcopado chileno, pero la crisis de los abusos en la iglesia y la pandemia del COVID-19 han convertido esta casa en una carga para el Arzobispado de Santiago. Varios católicos nostálgicos temen que este histórico sitio sea presa de la especulación inmobiliaria.

Fernando Karadima tenía entre sus seguidores más fieles a miembros de la elite empresarial del país. Si bien el ex sacerdote no provenía de ese círculo, logró penetrarlo de tal modo que ésta terminó financiándolo y encubriéndolo durante su apogeo y caída.

Fernando Karadima falleció a los 90 años en la impunidad, pero también en la vergüenza. No solo se vio expuesto, desnudo. Murió sabiendo que ningún católico presentará jamás su nombre para un proceso de canonización. Que no habrá estatuas suyas en las parroquias, ni devocionarios con su rostro maquillado. Murió sabiendo que es la causa del desprestigio completo del otrora poderoso clero.

El agresor fue condenado el año pasado a libertad vigilada tras protagonizar un accidente que mató a un joven conductor en La Dehesa. Max Raide, quien podría perder la visión en uno de sus ojos, alentó desde su puesto en ese diario digital la cobertura del fatal choque ocurrido en 2017. El fiscal Manuel Guerra anuncia una investigación de los hechos.

Esta médico impulsa el modelo de educación sexual Teen Star, que sigue rigurosamente los lineamientos de abstinencia propuestos por la Iglesia Católica. Fue cercana al sacerdote Fernando Karadima, y es una de las desarrolladoras e inversionista de la aplicación Femm, que busca promover métodos anticonceptivos naturales.

En su lucha contra Karadima, asegura Hamilton, vio y enfrentó “el rostro de los verdaderos dueños de Chile”. Para el médico, el sistema neoliberal y algunos grandes empresarios son los principales responsables de las desigualdades y los males que han provocado el estallido social y asegura que el actual movimiento es el despertar del pueblo de Chile.