Recientemente la Dirección General de Carabineros llamó a retiro a más de 40 coroneles bajo la causal de haber cumplido 30 años de servicio. Paralelamente, hizo un recambio de doce generales, con lo cual se dejaron configurados los niveles de conducción más altos para la gestión estratégica y operativa de Carabineros de Chile.
¿Cuál es el resultado de esta selección? Debilitamiento institucional ¿Por qué? Porque no existen mecanismos de medición de desempeño que evidencien la necesidad de prescindir de un plumazo de un tercio de los directores y de todos los gerentes de la corporación.
Se puede buscar refutar este cuestionamiento argumentando que el general director, Ricardo Yáñez, ejerció una facultad discrecional que le confiere la ley, de modo que no caben reproches a esta decisión privativa, porque “así son las reglas del juego”. Sin embargo, esta posición es insostenible hoy en día por dos razones.
[La decisión de Yáñez] contradice la política declarada por la propia institución en torno a aumentar las plazas y la experiencia profesional mediante la extensión de la carrera a 35 años.
Primero, porque las autoridades deben hacerse cargo de los efectos de sus determinaciones y la máxima autoridad institucional ha sostenido, en la práctica, que no está dispuesta a rendir cuentas frente a ningún tipo de control.
Segundo, porque contradice la política declarada por la propia institución en torno a aumentar las plazas y la experiencia profesional mediante la extensión de la carrera a 35 años.
Tampoco se trata de impulsar una burocracia versallesca en la que se garantice la permanencia de funcionarios mediocres que no adoptan decisiones para cuidar su puesto. Contrariamente, lo que proponen estas líneas es que purgas como estas afecten a coroneles y generales como resultado de evaluaciones y sanciones por el incumplimiento de metas, por reproches derivados de la responsabilidad de mando o por castigos disciplinarios frente a inconductas que afectan el servicio de policía.
Lo que no puede seguir ocurriendo es que decisiones que debilitan el funcionamiento de una organización policial se adopten bajo las premisas de que “lo hago porque puedo” o, peor aún, porque “siempre se ha hecho así”.
Lo que no puede seguir ocurriendo es que decisiones que debilitan el funcionamiento de una organización policial se adopten bajo las premisas de que “lo hago porque puedo” o, peor aún, porque “siempre se ha hecho así”.
Habría que preguntarse ¿Por qué un director de orquesta está dispuesto a deshacerse de músicos experimentados para incorporar novatos? Probablemente porque no está preocupado de producir música, sino que está pensando en configurar equipos de trabajo, quiere destacar a algunos solistas de su predilección y, eventualmente, porque está instalando un sucesor.
Entonces, da lo mismo que la orquesta desafine o que se convierta en una banda.
* Daniel Soto Muñoz es abogado y coronel retirado de Carabineros.
Comentarios
Creo que lo que expresa el
Interesante planteamiento.
No sería nada de raro, que
Buenos días
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