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Miércoles, 13 de Agosto de 2025
Editado en 2021

El álbum del Centro Cultural de La Unión que celebra a un supuesto jerarca nazi y a jóvenes vestidos de Ku Klux Klan

Lissette Fossa

La entidad -apoyada por la Municipalidad de la ciudad, el Ministerio de Cultura y Colún- lanzó láminas coleccionables de Juan Keller como personaje destacado de la ciudad, de quien hay evidencia de que se trata de Martin Bormann, secretario de Adolf Hitler, y de jóvenes disfrazados del KKK durante la Fiesta de la Primavera de 1976.

El álbum Bicentenario de la ciudad de La Unión salió publicado a fines del año pasado y es una iniciativa del Centro Cultural de La Unión, corporación privada sin fines de lucro que busca rescatar la historia y la memoria de la localidad.

El formato novedosos de un álbum con láminas coleccionables hizo atractivo el trabajo del centro cultural para jóvenes, niños y adolescentes, que a través de estas imágenes podrían acceder a parte de la historia de la comuna.

Pero, el álbum no pasó inadvertido para ojos más agudos. Hay dos láminas que llamaron la atención en redes sociales como TikTok y Twitter: una de estas aparece en la página titulada Personajes, en donde abajo de la introducción se puede ver el espacio para el retrato de Juan Keller. Al pie de la foto se señala: “Se dijo que fue en realidad Martin Bormann, secretario personal de Adolf Hitler. Desapareció sin dejar rastro en invierno del 1960 (desconocido)”. 

Aunque el paso de un alto jerarca nazi por La Unión puede considerarse algo que puede ser recordado, el álbum no realiza ninguna advertencia sobre la responsabilidad en millones de muertes, en el genocidio de judíos, que cae sobre Bormann. En el texto introductorio de la página de esta sección del álbum se indica: “Hay personas que son modelos, por lo que hacen o hicieron, por el cariño que le entregaron al pueblo o porque lograron el bienestar de los demás”.

La segunda lámina que llamó la atención en redes sociales está en la sección dedicada a la Fiesta de la Primavera. En su introducción se indica: “Un rito común en todo el país, hoy en desuso. Era organizado por los escolares y los colegios principalmente, y por las madres que costureaban desde trajes de piratas hasta atuendos del Ku Klux Klan”.

En la introducción de esta página se indica: “Un rito común en todo el país, hoy en desuso. Era organizado por los escolares y los colegios principalmente, y por las madres que costureaban desde trajes de piratas hasta atuendos del Ku Klux Klan”.

Bajo esa descripción, aparece una lámina donde un grupo de jóvenes visten los atuendos del Ku Klux Klan y desfilan por la ciudad. Bajo la foto, se consigna: “Jóvenes participando en alegoría al Ku Klux Klan (KKK) en la fiesta de la primavera de 1976”.

La descripción de la fotografía tampoco advierte sobre las violaciones a los derechos humanos impulsadas por el KKK ni los crímenes de odio en contra de afroamericanos que han fomentado y cometido en el sur de Estados Unidos.

La usuaria de TikTok @nutricaromelcher subió un video comentando que se imaginaba a los jóvenes “intercambios la lámina del secretario personal de Hitler por otra de niños vestidos de Ku Klux Klan”. El video tuvo más de 200 comentarios y más de 33.000 reproducciones.

El álbum fue realizado por el Centro Cultural de La Unión, una institución privada que recibe fondos públicos del programa Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, dependiente del Ministerio de las Culturas, Las Artes y el Patrimonio, además del patrocinio de la Municipalidad de La Unión y la empresa lechera Colún.

Cabe mencionar que de acuerdo con el encargado de contenidos del Centro Culural de la Unión, Juan Jullian, las entidades aportantes del Centro Cultural no conocieron el contenido del álbum previamente a su publicación. Entidades que -en todo caso- sí aparecen en la contratapa del álbum.

Aunque, Jullian también señala que "la evaluación realizada sobre el álbum fue del todo alentadora: en contenidos, obtuvimos una nota promedio de 6,6, y una mediana de 7 (en escala de 1 a 7). Cuando se preguntó qué era lo peor del álbum, lo único que se repitió fue que les salieron muchas láminas repetidas, y otras cosas por el estilo".

El álbum tuvo un tiraje de mil ejemplares y 132 mil láminas. Contiene 22 páginas, con 75 láminas coleccionables y fue lanzado en agosto del 2021 en la feria de La Unión. Quienes completaran el álbum, podían participar en el sorteo de un premio en dinero de $200.000, según informó en su momento una nota de El Diario Austral.

“Si me preguntas por qué no advertimos al lector, es por la primera razón que te dí pero también porque intentamos que la selección de fotografías tuviese la misma aleatoriedad con que aparecían los disfraces y alegorías en las calles unioninas, unos tras de otros para estas fiestas".

Consultados por INTERFERENCIA, el encargado de contenidos del Centro Cultural de La Unión, Juan Pablo Jullian, afirmó que en su labor no vieron la necesidad de advertir sobre los derechos humanos vulnerados en nombre del KKK ni por los jerarcas nazis.

“Intentamos que la selección de fotografías tuviese la misma aleatoriedad con que aparecían los disfraces y alegorías en las calles unioninas, unos tras de otros para estas fiestas. La pregunta que nos queda por resolver a nosotros entonces, para el futuro, es: ¿Debemos de advertir sobre los contenidos que exponemos, en tanto ellos puedan normalizar conductas humanas que hoy son consideradas como contrarias al paradigma de derechos humanos? Es una pregunta interesantísima, sobre todo en cuanto se refiere a delimitar el criterio: ¿Deberíamos advertir entonces sobre los disfraces de piratas, que romantizar a un grupo criminal que sembró el terror en el mar? ¿Hasta dónde debemos advertir y por qué debemos hacerlo, en tanto las personas también tienen el deber de discernir respecto de lo que ven o leen? Sin duda que todo el trabajo de aquí en adelante pasará por esos cuestionamientos”, dice Jullian en una respuesta escrita a varias preguntas de esta redacción (ver intercambio completo más abajo).

Juan Keller

Keller es un personaje controvertido en La Unión. Ya en 1960, año en que desapareció, existían rumores que lo asociaban con el nazismo. 

Entre 1954 y 1955 llegó al sur de Chile y adquirió decenas de hectáreas en el sector de Las Trancas y en otros sectores precordilleranos. Así, se transformó en un empresario maderero y agrícola. Se casó con una funcionaria del Registro Civil de La Unión, Ruth Mondaca, y juntos adoptaron a Eliana, hija biológica de una trabajadora del hogar.

Un reportaje de Revista VEA de mediados de los sesenta develó que Keller era Martin Bormann, a pesar de que, tras finalizar la guerra, la información oficial del gobierno alemán es que Bormann murió en el mismo búnker en donde Hitler se suicidó.

Aunque algunos de sus datos del reportaje fueron desmentidos, la coincidencia física y varios antecedentes  y testimonios que publicaron hicieron mantener las sospechas.

A esto, se sumaba que familiares y trabajadores afirmaron verlo preocupado cuando se enteró que el Mossad, la inteligencia israelí, había encontrado a Adolf Eichmann en Argentina. Tras ese evento, Keller desapareció, dejando todas sus propiedades a su familia chilena.

Sommer recuerda que en su investigación se enteraron que pocos días después del cambio de nombre de Juan Keller, en Río Negro, el oficial del Registro Civil que realizó el trámite apareció misteriosamente muerto y la oficina se incendió.

En 2011, un exhaustivo reportaje publicado en El Ciudadano aportó nuevos antecedentes para configurar que Keller muy probablemente había sido Bormann.

“Esa investigación fue portada de El Ciudadano y circulaba el diario en Valdivia y en las zonas vecinas. Cuando salió la publicación causó harto revuelo, mucha gente mayor hizo fila en los kioscos para comprar el diario, porque nosotros recopilamos varios testimonios de personas que conocieron a Juan Keller”, cuenta a INTERFERENCIA Bruno Sommer, uno de los autores del artículo y fundador de El Ciudadano.

Sommer recuerda que en su investigación se enteraron que pocos días después del cambio de nombre de Juan Keller, en Río Negro, el oficial del Registro Civil que realizó el trámite apareció misteriosamente muerto y la oficina se incendió. Fue así como no quedan pruebas documentales de la identidad anterior de Keller.

“Alguien vinculado al genocidio claramente no debería estar en un libro como éste, a mi parecer. En los testimonios que recogimos, la gente recordaba como único aporte de Keller una donación para la construcción de la plaza de La Unión”, agrega Sommer.

Respecto a esa donación, se dice que por años la plaza tenía ciertos adoquines de colores que, si eran observados con perspectiva, formaban la esvástica nazi y esto habría sido así por petición de Keller. Tras renovaciones en el lugar, esa figura ya no se puede ver en el suelo de la plaza.

Tras la investigación de El Ciudadano, el canal History Channel retomó esta historia para la serie documental Hunting Hitler, que investiga sobre lo que pasó con los jerarcas nazis en el mundo. En un capítulo dedicado a Keller, del 2017, donde los investigadores viajaron a Chile, una testigo afirma que la hija de Keller había estado casada con su hermano y que su padre, quien conversaba con Keller, afirmaba que el alemán contaba, sin tapujos, que él era Martin Bormann.

El documental también conversó con Eliana Keller, la hija adoptiva de Juan Keller. Allí, la misma mujer afirma que cree que su padre era Bormann y que escapó al sentirse amenazado por el Mossad, que ya le estaba siguiendo la pista en Chile.

"Nosotros trabajamos con una nieta del secretario personal de Juan Keller, y según su secretario (y sus memorias), y según las personas que trabajaron para él y fueron entrevistadas por nosotros hace muchos años atrás, fue una persona que ha dejado buenos recuerdos en el pueblo".

Consultados sobre la decisión de poner como personaje destacado de la ciudad a Keller, el director del Centro Cultural de La Unión señaló:

“Juan Keller no fue Martin Bormann. Es parte de un mito local azuzado por el mismo Keller. Bien sabemos que existe una versión oficial del Estado alemán la cual indica que el cuerpo de Bormann fue encontrado en Berlín. En conversación con el investigador argentino Abel Basti, y con la nieta del secretario de Juan Keller, se concluye que el señor Keller era un alemán que llegó a Chile, específicamente a Rio Negro y después a La Unión (fundo Las Trancas para ser específico), se dedicó a ser agricultor y comerciante”, señala Juan Pablo Jullian en comunicación escrita.

“Pero para tí que no eres de La Unión, debo explicar otra cosa más: Muchísimas personas en este pueblo, sobre todo mayores de 70 años, creen que Martin Bormann vivió en La Unión. Sin embargo, este Martin Bormann que ellos conocieron, no era el nazi Martin Bormann que nosotros conocimos. En el imaginario colectivo, era otra persona, sin la connotación que le estás dando tú o que le puedo dar yo o cualquier otra persona que no sea de La Unión. Nosotros trabajamos con una nieta del secretario personal de Juan Keller, y según su secretario (y sus memorias), y según las personas que trabajaron para él y fueron entrevistadas por nosotros hace muchos años atrás, fue una persona que ha dejado buenos recuerdos en el pueblo, porque colaboró en resolver necesidades de la vida cotidiana de sus trabajadores y de sus vecinos en el campo”, continúa la respuesta.

INTERFERENCIA también contactó al área cultural de la Municipalidad, para saber si conocían el contenido del álbum, que en su contraportada lleva el logo edilicio como patrocinante, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

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Portada del álbum.
Portada del álbum.

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Contratapa del álbum.
Contratapa del álbum.

El intercambio con Juan Jullian, del Centro Cultural de La Unión

A continuación se reproduce el intercambio completo de preguntas y respuestas entre Juan Jullian, encargado de contenidos del Centro Cultural de la Unión, e INTERFERENCIA, respecto del álbum.

- Primero, aparece, como una lámina de personaje destacado de la ciudad la foto de Juan Keller, de quien se ha investigado que sea probablemente el nazi Martín Bormman. En el pie de página no se explica o aclara sobre los crímenes de lesa humanidad en que esta persona pudo haber estado involucrada ni sobre el genocidio judío dirigido por generales como Bormman. Debido a que este material cumple un rol educativo, mi consulta es ¿por qué no aparecen estas advertencias? También quisiera saber de quién es la responsabilidad de elegir que una persona como Keller aparezca en el libro como personaje destacado de la ciudad y qué actos en favor de la comunidad realizó para justificar este homenaje.

-En primer lugar, es menester tener algunos datos en frente: Juan Keller no fue Martin Bormann. Es parte de un mito local azuzado por el mismo Keller. Bien sabemos que existe una versión oficial del Estado alemán la cual indica que el cuerpo de Bormann fue encontrado en Berlín.

En conversación con el investigador argentino Abel Basti, y con la nieta del secretario de Juan Keller, se concluye que el señor Keller era un alemán que llegó a Chile, específicamente a Rio Negro y después a La Unión (fundo Las Trancas para ser específico), se dedicó a ser agricultor y comerciante. Huyó a la Argentina en circunstancias poco claras, algunos indican que el Mossad lo venía persiguiendo.

El señor Keller al parecer fallece en Argentina, en la provincia de Neuquén. Lo que nos indicó Abel es que según los datos que tiene, era un comerciante de mala fe, que tenía problemas por donde fuera.

"Las conclusiones entonces fueron: Juan Keller tiene un pasado misterioso, claro está, sin embargo no fue Martin Bormann. ¿Podemos hacer un juicio respecto de su propio misterio y asegurar cosas que no son? No ¿Podemos evitar referirnos a sus bondades dado que podría tener conductas opuestas? No".

Así las cosas, en primer lugar, nada nos permite siquiera pensar en que efectivamente fue Martin Bormann. Pero para tí que no eres de La Unión, debo explicar otra cosa más: Muchísimas personas en este pueblo, sobre todo mayores de 70 años, creen que Martin Bormann vivió en La Unión.

Sin embargo, este Martin Bormann que ellos conocieron, no era el nazi Martin Bormann que nosotros conocimos. En el imaginario colectivo, era otra persona, sin la connotación que le estás dando tú o que le puedo dar yo o cualquier otra persona que no sea de La Unión.

Nosotros trabajamos con una nieta del secretario personal de Juan Keller, y según su secretario (y sus memorias), y según las personas que trabajaron para él y fueron entrevistadas por nosotros hace muchos años atrás, fue una persona que ha dejado buenos recuerdos en el pueblo, porque colaboró en resolver necesidades de la vida cotidiana de sus trabajadores y de sus vecinos en el campo -se le conocía por siempre disponer de su tiempo y sus vehículos para llevar a la gente al hospital, por ejemplo, en tiempos en que no existía otro medio de transporte distinto del caballo y la carreta y en circunstancias en que el hospital quedaba a más de 30 kms de distancia). Hizo donaciones al municipio local también, y en general, si tu consultas con los vecinos de los sectores de Trumao, Huillinco, Las Trancas, Yaquito, Mashue y Llancacura, lo que vas a tener como respuesta es lo que te estoy comentando. Hay apreciaciones negativas por cierto, pero nadie está a salvo de eso, es parte de nuestra naturaleza. Sin embargo tales afirmaciones no tienen ninguna relevancia en el tema en comento. 

Las conclusiones entonces fueron: Juan Keller tiene un pasado misterioso, claro está, sin embargo no fue Martin Bormann. ¿Podemos hacer un juicio respecto de su propio misterio y asegurar cosas que no son? No ¿Podemos evitar referirnos a sus bondades dado que podría tener conductas opuestas? No (y si es por eso, deberíamos no poder hablar de Pablo Neruda, por ejemplo). Lo que fue interesante entonces, es que encontramos fotografías de él, y en ese sentido, quisimos hacer la lámina, pues podríamos mostrar que, al fin y al cabo, el tipo no era ni por lejos, y podríamos despejar el mito que corre en este pueblo, esa fue la idea. 

Ahora bien, me pregunto el por qué asumes que este material cumple un rol educativo. ¿Cómo llegaste a esa conclusión? Cualquier material puede ser educativo, desde una enciclopedia hasta una piedra, el carácter educativo lo da quien lo usa, así como también la música ocurre en la conciencia de las personas y no en los instrumentos musicales (aquí es sólo vibración de ondas).

El álbum no tiene la intención de ser un dispositivo pedagógico, no fue diseñado de esa manera, no fue distribuido en establecimientos escolares, no tiene esa intención. Es una revista que revisa cuestiones anecdóticas de un pueblo para avivar la memoria. Lo que sí creo es que la palabra modelo tuvimos que haberla cambiado, pero al mismo tiempo, tenemos una relación tan estrecha con la comunidad con la que trabajamos y la cual ha hecho el archivo que gestionamos, que nos permitimos algunas omisiones, pues ya se entiende cuál es el tono y la intención de las cosas que hacemos y decimos. Esto me lleva a responder tu segunda consulta.

"La pregunta que nos queda por resolver a nosotros entonces, para el futuro, es: ¿Debemos de advertir sobre los contenidos que exponemos, en tanto ellos puedan normalizar conductas humanas que hoy son consideradas como contrarias al paradigma de derechos humanos? Es una pregunta interesantísima".

- Mi segunda consulta es sobre la lámina donde personas aparecen vestidas con vestimentas del Ku Klux Klan, organización también responsable de crímenes de odio y en contra de derechos humanos, en especial de la comunidad afroamericana. Si se consideró advertir al lector sobre en qué consiste esta ideología del KKK o el contexto en que personas pudieron usar estos atuendos en una fiesta, hace muchos años.

-En relación a esto, debo seguir con el punto anterior. Nuestra editorial es conocida por el pueblo a quienes dirigimos el álbum. Existe una relación de años, en donde no es necesario explicar todos los contenidos porque muchas cosas se sub-entienden. En este sentido, muchas veces ponemos contenidos de esta manera, así las personas pueden desde su discernimiento interpretar y juzgar los hechos históricos.

En lo personal me parece rarísimo que algunos de los disfraces de la Fiesta de la Primavera hayan tenido ese tenor. Pero al mismo tiempo, los carteles que tienen los niños hablan de otras cosas, de otro Ku Klux Klan, no del que conocemos nosotros: "Socios Excomulgados: por botarse a choros, por abrir la boca para bostezar, por cahuineros" reza uno de los carteles que llevan los niños, lo que nos habla de la ingenuidad del asunto.

Si me preguntas por qué no advertimos al lector, es por la primera razón que te dí pero también porque intentamos que la selección de fotografías tuviese la misma aleatoriedad con que aparecían los disfraces y alegorías en las calles unioninas, unos tras de otros para estas fiestas. La pregunta que nos queda por resolver a nosotros entonces, para el futuro, es: ¿Debemos de advertir sobre los contenidos que exponemos, en tanto ellos puedan normalizar conductas humanas que hoy son consideradas como contrarias al paradigma de derechos humanos? Es una pregunta interesantísima, sobre todo en cuanto se refiere a delimitar el criterio: ¿Deberíamos advertir entonces sobre los disfraces de piratas, que romantizar a un grupo criminal que sembró el terror en el mar? ¿Hasta dónde debemos advertir y por qué debemos hacerlo, en tanto las personas también tienen el deber de discernir respecto de lo que ven o leen?

Antes de su publicación, no se enviaron los detalles de los contenidos a quienes patrocinan a esta institución, eso es un hecho.

Sin duda que todo el trabajo de aquí en adelante pasará por esos cuestionamientos. Pero insisto, el álbum fue realizado para la gente de La Unión, que entiende perfectamente el tono de lo que decimos y por qué decimos las cosas de la forma en que lo hacemos. Descansamos en esa confianza, sin dimensionar que personas fuera de esta ciudad accederían al álbum y lo verían desde una óptica que adolece del contexto local.

-Quienes colaboraron en patrocinar este proyecto, como la Municipalidad de La Unión, ¿conocían el contenido o en específico estas láminas, que serían incluidas en el álbum? 

-En relación a esto, me gustaría saber a qué viene esta pregunta. Me da la impresión de que no tienes un ejemplar del álbum, ¿Es así? Si es así, entonces ¿cómo llegaste a hacerte estas preguntas sobre las láminas? ¿y sobre todo esta última pregunta?

El Municipio no ha patrocinado este álbum. El Municipio local apoya a esta institución, cuya labor va mucho más allá que este álbum. Este álbum fue lanzado el 2021, fueron distribuidos más de 2.000 ejemplares. Me imagino que al día de hoy muchas personas que apoyan esta institución, contando a los 191 colaboradores de material de archivo, instituciones financistas y patrocinantes, seguramente están al tanto de los contenidos. Antes de su publicación, no se enviaron los detalles de los contenidos a quienes patrocinan a esta institución, eso es un hecho. 

Asimismo, la evaluación realizada sobre el álbum fue del todo alentadora: en contenidos, obtuvimos una nota promedio de 6,6, y una mediana de 7 (en escala de 1 a 7). Cuando se preguntó qué era lo peor del álbum, lo único que se repitió fue que les salieron muchas láminas repetidas, y otras cosas por el estilo.



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Comentarios

Comentarios

El director del Centro Cultural de La Unión sólo parece justificar la aparición de dichas fotos y hacerlas parecer como objetos históricos indiferentes a la verdadera historia detrás de ellos.

Que penoso que personas adultas, "Director" supuestamente, tenga tal actitud frente a objeciones claras y sin malintención, no es posible que personas como éstas sigan a cargo de instituciones patrocinadas por el estado de Chile. No al negacionismo.

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