El pasado lunes 27 de marzo, Estados Unidos y Japón anunciaron un acuerdo comercial sobre minerales estratégicos para hacer frente a China en la industria de las baterías eléctricas.
En dicha oportunidad, Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, dijo que el anuncio era “una prueba del compromiso del presidente [Joe] Biden para construir cadenas de suministro resistentes y seguras”. Luego agregó que “Japón es uno de nuestros socios comerciales más valiosos, y este acuerdo nos permitirá profundizar nuestra relación bilateral existente”, según recogió The New York Times.
En lo particular, Estados Unidos estableció que Japón será tratado como un socio comercial preferente en lo que se refiera a minerales como litio, níquel, cobalto, grafito o manganeso, empleados en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
Al día siguiente, el embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés (PS), señaló que “queremos inversiones estadounidenses, canadienses y occidentales en Chile”, durante la Cumbre SAFe en Washington DC, según informó en esa oportunidad Diario Financiero.
“Tenemos una excelente relación comercial con China, pero queremos alianzas estratégicas con países con los que compartimos valores”, sostuvo Valdés, quien también fue canciller durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (DC) y embajador ante la ONU y Argentina, bajo Ricardo Lagos (PPD), y en España, bajo Patricio Aylwin (DC).
Cabe señalar que estas declaraciones se dieron también a semanas en que la jefa del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, generala Laura Richardson, aseveró que para Estados Unidos resultaba estratégico el ‘triángulo del litio’, conformado por las reservas existentes entre Chile, Bolivia y Argentina, países que concentran el 68% de las reservas del mineral.
“Tenemos una excelente relación comercial con China, pero queremos alianzas estratégicas con países con los que compartimos valores”, sostuvo el embajador Juan Gabriel Valdés, desatando la molestia china.
Algo que produjo particular escozor en Bolivia, donde las inversiones chinas (US $1.000 millones en una primera etapa) concentran la producción de los salares de Uyuni y Coipasa, la que entre 2024 y 2025 se estima que permitirá a la china CATL producir entre 45.000 y 100.000 toneladas de litio, el que va directamente a plantas locales de manufactura de baterías para ser vendidas en China, o directamente a China.
Molestia china
No podía ser de otro modo, las palabras de Valdés cayeron como agua fría entre los diplomáticos chinos, puesto que en suelo chileno SQM tiene a la china Tianqi Lithium Corp. como principal accionista, y gran parte del litio semiprocesado de Chile se envía a China, donde se transforma en productos químicos para baterías.
A ello se suma que, tanto la ministra de Minería, Marcela Hernando (PR), como el subsecretario de la cartera, Willy Kratch (CS), han reiterado sus intenciones de que la nueva Estrategia Nacional del Litio contemple -además de una Empresa Nacional del Litio- a actores privados de indistinta nacionalidad, por lo que, hasta el momento, no se ha anunciado, ni se ha producido en la práctica, la preferencia por inversión de ningún país en particular. Es decir, no se ha excluido a los chinos.
Según reporteó Ex-Ante, “de acuerdo con fuentes conocedoras de la diplomacia china, las declaraciones del embajador Valdés causaron malestar. En primer lugar, se trata del representante de Chile ante el mayor rival de China: Estados Unidos. Segundo, es un ex canciller, por lo que sus opiniones tienen mayor impacto. Y tercero, no se comprenden como una salida de libreto, sino como una manifestación de principios de la política exterior chilena”.
El mismo medio entrevistó al embajador chino en Chile, Niu Qingbao, quien manifestó su “sorpresa” por las declaraciones de Valdés que apuntaron a que en la futura extracción de minerales como el litio hay socios estratégicos como Estados Unidos que entran en una categoría diferente a la de simplemente los “socios comerciales”, como China.
“Los sucesivos gobiernos de Chile siempre abogan por una política exterior basada en el pragmatismo, la apertura y la diversidad; y se dedican a ofrecer un ambiente de negocio justo, transparente y no discriminatorio para inversionistas de todos los países, incluyendo China, por lo que las palabras del embajador Juan Gabriel Valdés no concuerdan con las políticas y prácticas del Gobierno de Chile, y por lo mismo, me sorprendieron mucho”, afirmó el diplomático.
Las claves de Van Klaveren
Interferencia, por su parte, consultó diversas fuentes diplomáticas chilenas sobre el tema, las que pidieron reserva de su identidad para poder hablar libremente. “Ten claro que Valdés no actúa solo, sin estar coordinado con [el canciller Alberto] Van Klaveren”, dice una fuente que fue parte del servicio diplomático. “Se conocen mucho, del tiempo en que había que traer a [Augusto] Pinochet. Respecto a si estas declaraciones responden a fijar una línea de política exterior sin pasar por el presidente Gabriel Boric (CS), la fuente dice que no se puede pasar por encima del mandatario, pero cree que son señales personales de respaldo a Washington.
“Van Klaveren es bien pro gringo -dice otra fuente actualmente en servicio-, Valdés también”.
Por estos días, ha habido varios encuentros en Chile de diplomáticos chilenos con chinos y estadounidenses, los cuales vienen programados desde antes de la polémica. Sin embargo, llamó la atención el encuentro que sostuvieron Van Klaveren y Valdés, quien por estos días está en Chile, junto con una delegación estadounidense encabezada por la embajadora de ese país en Chile, Bernadette M. Meehan.
Asimismo, esta semana también estuvo marcada por la presentación telemática que hizo el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski ante el Congreso chileno, el que duró solo siete minutos. Pese a que el evento pasó prácticamente desapercibido, involucró a parlamentarios estadounidenses, como es el caso del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el senador Bob Menéndez (demócrata).
“Los sucesivos gobiernos de Chile siempre abogan por una política exterior basada en el pragmatismo, la apertura y la diversidad; y se dedican a ofrecer un ambiente de negocio justo, transparente y no discriminatorio para inversionistas de todos los países, incluyendo China” afirmó el embajador chino Niu Qingbao.
Ya en el ámbito oficial, la Cancillería respaldó al embajador chileno en Estados Unidos, afirmando a dicho periódico online que “las declaraciones del embajador Juan Gabriel Valdés se hicieron en el contexto de un seminario y se enmarcan en el ámbito de las relaciones entre Chile y Estados Unidos”.
Pese a lo anterior, al ser consultado en el último capítulo de Tolerancia Cero de CNN respecto de la situación con China, el canciller Van Klaveren mostró una postura más neutral, afirmando que “con China tenemos muchos intereses en común y valores en común también […] hay muchos intereses que están en juego en esa relación”.
En esa línea, Van Klaveren señaló que “en general, Chile no es partidario de señalar con el dedo a países en materia de derechos humanos, salvo algunas excepciones como el caso de Nicaragua”.
La aclaración valía, pues los supuestos “valores en común” entre Chile y Occidente del embajador Valdés, son leídos en clave diplomática como alineaciones en torno respaldos en los reproches morales que se hacen mutuamente Estados Unidos y China. El primero al segundo, por medidas autoritarias que limitan las libertades de sus ciudadanos y los de el Tibet, Hong Kong y los uigures, y el segundo al primero, por su intervencionismo, con el resultado de invasiones y golpes de estado de terceros países, en los cuales no se respetan tampoco los derechos humanos.
Comentarios
Ya,ya.........Vaya qué
buen articulo
Israel también será
DDHH, qué siginifica? Lo
Interferencia como siempre,
History has shown and
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