Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Viernes, 18 de Julio de 2025
Puedes suavizarlo

Estudio del MIT dice que el uso de Inteligencia Artificial te hará un poco más estúpido

Felipe Arancibia Muñoz

Según la investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts los usuarios de IA mostraron una conectividad cerebral "más débil", afectado su pensamiento crítico y creatividad. Sin embargo, hay maneras de suavizar el golpe.

Tu cerebro en ChatGPT: Acumulación de deuda cognitiva al usar un asistente de IA para la redacción de ensayos se titula el más reciente estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) que indaga en los efectos del uso de Inteligencia Artificial en humanos. (Lee el paper completo haciendo clic aquí).

El estudio realizó mediciones a través de electroencefalograma a una serie de estudiantes a los que se pidió redactar ensayos con y sin ayuda de ChatGPT. Entre los hallazgos, se encontró que los usuarios de IA mostraron una actividad neuronal menor en las partes del cerebro asociadas con la creatividad y la atención. 

Además, los estudiantes que escribieron sus ensayos con la ayuda de ChatGPT tuvieron mayor dificultad para entregar una cita precisa del trabajo que acababan de redactar.

Al respecto, en su artículo ¿La IA te hará estúpido? el semanario inglés The Economist señaló que los “hallazgos forman parte de un creciente trabajo sobre los efectos potencialmente perjudiciales del uso de la IA para la creatividad y el aprendizaje”.

Según el medio, la investigación de MIT plantea dudas respecto a la “deuda oculta a largo plazo” que podrían generar las impresionantes ganancias a corto plazo que ofrece la Inteligencia Artificial generativa.

Ahora bien, el estudio del MIT se complementa con los hallazgos de los investigadores de Microsoft Research. En su estudio, la multinacional tecnológica encuestó a 319 “trabajadores del conocimiento” que utilizaban IA generativa al menos una vez a la semana.

Los encuestados afirmaron haber realizado más de 900 tareas con ayuda de la IA, desde resumir documentos extensos hasta diseñar una campaña de marketing. En sus autoevaluaciones, sólo 555 de estas tareas requerían pensamiento crítico, como revisar detenidamente un resultado de IA antes de entregárselo a un cliente. El resto de las tareas se consideraron esencialmente mecánicas. 

El artículo de The Economist cita otro estudio realizado por Michael Gerlich, profesor de la SBS Swiss Business School. Esta investigación encuestó a 666 personas en el Reino Unido con qué frecuencia usaban la IA y cuánto confiaban en ella, antes de plantearles preguntas basadas en una evaluación de pensamiento crítico ampliamente utilizada. 

En resumen: los participantes que hicieron un mayor uso de la IA obtuvieron puntuaciones más bajas en general. 

Al respecto, el Dr. Gerlich afirma que, tras la publicación del estudio, cientos de profesores de secundaria y universidad que lidiaban con la creciente adopción de la IA entre sus estudiantes se pusieron en contacto con él. Según él, “sintieron que aborda exactamente lo que experimentan actualmente”.

Sin embargo, las investigaciones no acaban aquí.

Los investigadores de los tres estudios señalaron que se necesita más investigación para establecer una relación causal definitiva entre el uso elevado de la IA y el debilitamiento cerebral. En este sentido, el semanario apunta que el Dr. Gerlich señala que “es posible que las personas con mayor capacidad de pensamiento crítico simplemente sean menos propensas a recurrir a la IA”. En tanto, el estudio del MIT contó con una muestra de sólo 54 participantes y se centró en una única tarea específica.

Cómo luchar contra la IA

Si bien estos estudios dan luces respecto al uso intensivo de IA, el artículo de The Economist aterriza las expectativas entrevistando al profesor en psicología de la Universidad de Waterloo, Evan Risko, quien afirma que hay poca evidencia que sugiera que permitir que las máquinas ejecuten las órdenes mentales de los usuarios altere la capacidad inherente del cerebro para pensar.

En este sentido, Risko acuñó el término "descarga cognitiva" para describir cómo las personas delegan tareas mentales difíciles o tediosas a ayudas externas. No obstante, según el académico la preocupación radica en que la IA generativa permite "descargar un conjunto mucho más complejo de procesos". 

La tendencia a buscar la manera menos esforzada de resolver un problema, conocida como "tacañería cognitiva", podría crear lo que el Dr. Gerlich describe como un bucle de retroalimentación: “A medida que a las personas que dependen de la IA les resulta más difícil pensar críticamente, sus cerebros pueden volverse más tacaños, lo que conducirá a una mayor desconexión”.

"El deterioro a largo plazo del pensamiento crítico probablemente resultaría en una menor competitividad", afirmó Barbara Larson, profesora de administración de la Universidad Northeastern, al semanario.

No obstante, hay maneras de mantener el cerebro en forma. 

La Dra. Larson sugiere que la forma más inteligente de avanzar con la IA es limitar su papel al de "un asistente entusiasta pero algo ingenuo". 

Por su parte, el Dr. Gerlich recomienda que, en lugar de pedirle a un chatbot que genere el resultado final deseado, se le den indicaciones en cada paso del camino hacia la solución. En lugar de preguntarle "¿Adónde debería ir de vacaciones?", por ejemplo, se podría empezar preguntando dónde llueve menos y seguir a partir de ahí.

En este artículo



Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan artículos gratuitos este mes.

En este artículo



Los Más

Comentarios

Comentarios

Añadir nuevo comentario