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Domingo, 20 de Julio de 2025
Memorias

Extracto del libro 'Bélgica Castro y Alejandro Sieveking. Dos Vidas para el Teatro'

Rosa Rodríguez
Antonio Briones

El libro de memorias de Castro y Sieveking, actriz y dramaturgo, fue escrito por Rosa Rodríguez y Antonio Briones, quienes grabaron por tres años sus entrevistas con los artistas y trabajaron por dos más la escritura del texto. Publicados por la Editorial Ventana Abierta, el libro será lanzado en un conversatorio el sábado 17 de diciembre a las 15.00 hrs en el contexto de la Furia del Libro, en el GAM. A continuación, un adelanto del primer capítulo, titulado "Bélgica".

Magdalena Sierra Amor llegó a Brasil con su madre, sus hermanas y un tío tísico, el año 1895. Era una  familia gallega, anarquistas que huían de España a  causa de la represión. La madre se ganaba la vida  haciendo flores de papel y vendiendo comida en las  calles. La educación de las hermanas era estricta y Magdalena, apenas pudo, se fue a Buenos Aires  incorporándose al coro de una compañía de zarzuelas  que estaba muy de moda. Allí conoció a Manuel Castro que pintaba los telones gracias a su talento y manejo del color. 

La amistad de Manuel y Magdalena se convirtió en  amor, se casaron, tuvieron un hijo: Floreal; luego dos hijas, Alegría y Libertad. Manuel Castro era gallego,  español y anarquista y no quería que sus hijos tuvieran  los nombres habituales de la burguesía; tampoco le  interesaba seguir con su trabajo en el teatro. Tenía que mejorar su situación que no era mala. Podrían  progresar si se iban a Chile lo que hizo en carreta  cruzando por los pasos del sur de Argentina a la altura  de Osorno. Así llegaron a Concepción donde  estuvieron un tiempo hasta que nació su tercera hija,  Bélgica, inscrita y nunca bautizada con ese nombre en  recuerdo de la valentía de ese pequeño país que se  había enfrentado con valor a la invasión alemana  durante la primera guerra mundial. Era 1921.

Concepción tampoco le ofreció un trabajo de acuerdo  a sus ambiciones. La familia partió a Temuco directamente donde el padre fue contratado como  corrector de pruebas en el diario local. 

Bélgica tenía una diferencia de 14 años con sus  hermanos y a causa del embarazo de una de ellas, Libertad, su educación fue muy estricta; no podía ir a  fiestas con sus compañeros de colegio solo podía vestirse con el uniforme del liceo de niñas de Temuco  que había sido dirigido por Gabriela Mistral años antes. 

Todos los ojos la vigilaban; como sus hermanas  habían cometido falta ella no podía cometer ninguna. El padre le enseñaba poemas y la subía a una silla  para que declamara y como amaba la ópera la hacía  escuchar todo lo que se había grabado hasta ese momento. Sólo la dejaban salir para que comprara en  el almacén de la esquina; tenía que estudiar y estudiar. 

Manuel invirtió lo que había ahorrado en una pequeña  y elegante cafetería que no resultó ser el negocio que  esperaba; este fracaso lo amargó tanto que su  carácter se endureció aún más. Las peleas con  Magdalena subieron de tono y los almuerzos  terminaban en discusiones con su mujer; él quebraba  platos y ella en respuesta decía: -¿con que esas  tenemos aaaah?- y quebraba todas las cosas que  quedaban enteras.

Naturalmente, Bélgica era la mejor del curso, la mejor alumna de Temuco; ganó el premio a la mejor alumna  de la región ya que no había otra cosa que pudiera  hacer. Su liceo tenía un nivel excepcionalmente alto ya  que Gabriela Mistral se había esforzado en  conseguirlo, cuando había sido directora unos años antes. 

Tiempo después, Gabriela pasó por Temuco en tren.  Ella venía desde Punta Arenas y todo el liceo de niñas,  incluida Bélgica, fueron a saludarla con ramos de flores a la estación. Esperaban que la poetisa abriera  la ventana y saludara pero ella no abrió la ventana ni  subió la persiana; pasó de largo ofendida por Temuco...¿cuál fue la ofensa? No he logrado  averiguarlo y las sospechas que uno pueda tener no pueden confirmarse o si?...Esa es otra historia. 

Llegó el final de sexto año y decidir qué profesión  estudiar. Iba a ser profesora, eso estaba claro, por su alto rendimiento escolar; pero con una difícil situación  económica no parecía factible. Sin embargo consiguió ir a Santiago, vivir de allegada en casa de Floreal, el  hermano mayor que se había casado con una  excelente modista, Adelina. Ellos no podían ofrecerle  una pieza, solo el sofá del living. A Bélgica le pareció  maravilloso ya que había sido aceptada en el  Pedagógico de la Universidad de Chile y, como en la  enseñanza superior sólo cobraban la matrícula, todo era posible al fin.

En el Pedagógico un ex alumno, Pedro de la Barra, había creado un grupo de teatro aficionado de calidad  y Bélgica, fascinada, se incorporó a él. Su primer papel fue en La inocente de Henri-René Lenormand y luego en Así le mintió él al marido de ella de G. Bernard  Shaw. 

Como es sabido, Pedro de la Barra fue el creador del  Teatro Experimental apoyado por el rector de la Universidad de Chile de esos años, Juvenal  Hernández1, que también auspició la creación de una  compañía de ballet y la organización y debut de la  Orquesta Sinfónica en 1941. Fue un adelanto gigante  que nadie puede olvidar. 

El nuevo teatro tenía una enorme vitalidad y pronto sus estrenos fueron parte fundamental del movimiento  cultural chileno. Su criterio de selección de obras sigue  vigente como un ideal de todo teatro nacional: una  obra moderna de cualquier origen, una obra chilena y  un clásico español, francés, inglés o norteamericano. 

Sin embargo durante los primeros cinco años, los  actores y diseñadores no recibían sueldo, de modo  que al trabajo al que acudían para sobrevivir era la  radio. Bélgica recorrió ese camino junto a sus  compañeros cuyo número aumentaba con el paso del  tiempo con la incorporación de artistas plásticos, músicos y cantantes; como Agustín Siré que era  profesor de francés, filosofía, historia y literatura. 

El primer gran éxito fue Nuestro pueblo de Thornton  Wilder en 1945, allí la amistad de Bélgica con Domingo Tessier2 pasó a compromiso. Por esos años la BBC de  Londres contrataba actores chilenos para leer noticias  debido a que el acento de los chilenos era más suave  o indefinido que el venezolano o el argentino o el  mexicano. También transmitían obras de habla  hispana a las que habían invitado a Pedro de la Barra,  Roberto Parada y María Maluenda3 y finalmente a  Bélgica y a su novio. 

Se casaron en Londres, pero con el frío invernal  Bélgica enfermó gravemente. Después de unos meses  en el St. Mary’s Hospital, un médico chileno que iba de  paso le diagnosticó mal de Pott. Se le había disuelto  una vértebra de la columna. La operación fue exitosa  pero para recuperar el movimiento debería estar  inmóvil metida en un molde de yeso, el mismo en el  que volvió a Chile en barco.  

Doña Magdalena, su madre, se trasladó a Santiago a  cuidarla y librarse de su marido que tenía problemas  mentales. Era 1949. 

Durante los tres años siguientes estuvo enyesada sin  moverse y leyendo cuanto libro caía en sus manos. La  mayor parte de estos gracias a César Cecchi (médico  sin ejercer debido a una tuberculosis) que se  transformó en uno de sus mayores amigos y en uno de  los miembros del comité que seleccionaba las obras  en el Teatro Experimental que traducía del inglés,  francés, italiano y alemán. Además era un chismoso  simpático, la entretenía contándole la vida y las  peripecias del mundo artístico chileno y social del  momento; un afortunado cable a tierra.  

Después de tres años fue dada de alta. Tuvo que  aprender a caminar de nuevo y regresó al poco tiempo al Teatro Experimental actuando primero en un papel  pequeño en La madre coraje de Brecht y Steffin, luego en uno más importante en Chañarcillo de Antonio Acevedo Hernándezinterpretando a “La Planchada” y  a “Sonia” en Tío Vania de Chejov, donde se robó el corazón de los espectadores y la crítica.  

También empezó hacer clases en la Escuela de Teatro  de la Universidad de Chile; su ramo era Historia del teatro griego y romano. Volvió a la vida, tuvo un hijo,  Leonardo, y su reputación se hizo cada vez más sólida  con The Living Room de Graham Green y también interpretando a “Ama” de Doña Rosita la soltera de Federico García Lorca. 

La relación con Domingo Tessier era normal hasta  que una noche después de volver de una función lo  encontró bastante borracho y él le dijo que no la  soportaba más, que tenía otra pareja y que tenía que  dejarla. 

Bélgica no pudo dormir esa noche. En cuanto pudo se  fue a Viña del Mar con María Cánepa que era su mejor  amiga. Se fueron a jugar al Casino y perdieron hasta el  último centavo; una se quedó de rehén en la pensión donde se alojaban y la otra se fue a Santiago a buscar plata para pagar la deuda. Mingo, como le decían a Domingo, se fue con su nueva pareja. La relación  entre ellos terminó pronto y en 1957 se fue a Guatemala donde se casó con Eunice Alvarado,  volviendo a Chile a finales de los años 50. 

Mientras tanto la reputación de Bélgica crecía y traspasaba las fronteras. El más célebre de los directores teatrales de América Latina de ese momento, el uruguayo director de El Galpón5,  Atahualpa del Cioppo, le solicitó interpretar a Masha de Las tres hermanas de Chejov. La crítica la elogió  diciendo que el resto de los actores seguía su estilo y la destacó entre las tres mejores actrices del año 1955. 

Al volver a Chile, Bélgica es recibida por un angustiado  Pedro Orthus que estaba dirigiendo El sombrero de  paja de Italia de Labiche. Tenía una baja en el reparto, la actriz que hacía de niño con globo en mano en el  séquito de la boda del personaje principal, que interpretaba Héctor Duvauchelle6, se iba a Estados  Unidos.  

Al día siguiente, Bélgica estaba en escena como parte  del séquito donde también estaba yo. 

 1.Juvenal Hernández, rector de la Universidad de Chile 1933-1953.  http://www.uchile.cl/portal/presentacion/historia/rectores-de-la-u-de-chile/4707/juvenal hernandez-jaque-1933-1953

2. Domingo Mihovilovic Rajcevic (1918-2014) conocido artísticamente  como Domingo Tessier fue un actor, director, dramaturgo y profesor de teatro chileno.

3. Roberto Parada (1909-1986) y María Maluenda (1920-2011) actores,  fundadores, entre otros, del Teatro Experimental de la Universidad de Chile en 1941.

 4. Antonio Acevedo Hernández (1886-1962) escritor y dramaturgo chileno,  de formación autodidacta. Escribió teatro, novela, cuento, crónica literaria y periodística,  ensayo, poesía popular y recopilación folclórica.

5. Atahualpa del Cioppo (1904-1993). Poeta, director teatral y escritor  uruguayo. Su verdadero nombre era Américo del Cioppo, fundador de la compañía de teatro  cultural El Galpón, recibe la medalla Gabriela Mistral del gobierno de Chile en 1991.

6, Héctor Duvauchelle (1932-1983) Actor chileno parte del Instituto de  Teatro de la U. de Chile; fundador del Teatro Universitario de la U. de Concepción; en 1970  participó como narrador en la Cantata Santa María de Iquique.



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