En horas del lunes 4 de marzo, el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, regresó a Venezuela. Llegó al aeropuerto internacional Maiquetía Simón Bolívar en un vuelo comercial de Copa proveniente desde Panamá, e hizo sin problemas su ingreso al país, como cualquier ciudadano venezolano.
Inmediatamente desde el aeropuerto se dirigió a la Plaza del Este de Caracas en donde una multitud de la oposición lo esperaba para escuchar sus palabras de regreso. "Estamos mucho más fuertes que nunca", dijo en Caracas ante sus seguidores, entre quienes se ha incrementado la frustración y la rabia, dado que la intervención de la ayuda humanitaria a través de Cúcuta no resultó.
La posible detención del presidente de la Asamblea Nacional generó todo un clima de expectación en la capital venezolana. "No puede simplemente ir y venir. Tendrá que enfrentarse a la justicia, y la justicia le prohibió abandonar el país. Voy a respetar las leyes", había dicho Maduro en una entrevista con ABC News.
Sin embargo, Maduro tuvo que dar vuelta atrás en sus palabras, y aceptar el retorno en libertad de Guaidó, quien en horas previas había sido escudado por Estados Unidos, cuyas autoridades profirieron fuertes amenazas si es que algo le pasaba al líder opositor en su regreso a Venezuela,
Guaidó salió del país el pasado 23 de febrero a lo de Cúcuta, y ante el fracaso de la estrategia, emprendió una gira sudamericana que buscaba conseguir ayuda de los países que le mostraron su apoyo. Guaidó iba a ir a Chile, última escala, invitado por Sebastián Piñera, pero finalmente no llegó a ocurrir.
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