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Sábado, 2 de Agosto de 2025
Pérdidas en dinero y biodiversidad

Investigador sobre informe mundial que advierte de devastador efecto de especies invasoras: “No es para académicos, sino para gente que toma decisiones”

Joaquín Riffo B.

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Castor canadiense, una de las especies invasoras representativas en Chile.
Castor canadiense, una de las especies invasoras representativas en Chile.

El académico de la Universidad de Concepción, Aníbal Pauchard, compartió con dos especialistas la copresidencia del informe IPBES, el que durante cuatro años investigó los efectos de la introducción de especies en medioambientes ajenos, junto a 86 especialistas de 49 países. El documento señala que estas especies son clave en el 60 % de las extinciones mundiales de plantas y animales, y que sus millonarios costos anuales -US $423 mil millones en pérdidas- han ido cuadruplicando cada década, desde 1970.

Durante la semana pasada, se dieron a conocer los resultados de un documento desarrollado por 86 expertos de 49 países, en el cual se concluye que además de los cambios drásticos en la biodiversidad y los ecosistemas, el costo económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423 mil millones de dólares anuales, y que la suma se ha cuadruplicado, al menos cada década, desde 1970.

La información, que tuvo repercusión internacional y fue recogida por medios como The Guardian y The Washington Post, corresponde a un informe desarrollado durante cuatro años, que se basa en la revisión de más de 13 mil documentos, incluidos artículos científicos y contribuciones significativas por parte de pueblos indígenas y comunidades locales, lo que convierte al informe en “la evaluación sobre las especies exóticas invasoras más exhaustiva jamás llevada a cabo en todo el mundo”.

Las especies exóticas invasoras son uno de los cinco principales impulsores de la pérdida de biodiversidad, junto con los cambios en el uso de la tierra y del mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático y la contaminación. En ese contexto, el informe aporta pruebas, herramientas y opciones para ayudar a los gobiernos a alcanzar el nuevo y ambicioso objetivo mundial en materia de especies exóticas invasoras.

Las especies exóticas invasoras son uno de los cinco principales impulsores de la pérdida de biodiversidad, junto con los cambios en el uso de la tierra y del mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático y la contaminación. En ese contexto, el informe aporta pruebas, herramientas y opciones para ayudar a los gobiernos a alcanzar el nuevo y ambicioso objetivo mundial en materia de especies exóticas invasoras.

Según advierte el reciente informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), “la grave amenaza mundial de las especies exóticas invasoras está infravalorada”. Lo anterior, puesto que diversas actividades humanas han introducido más de 37 mil especies exóticas -plantas y animales- en regiones y ecosistemas de todo el mundo, de las cuales, más de 3500 son altamente invasivas, amenazando gravemente a la naturaleza, a las personas y su calidad de vida.

“Las especies exóticas invasoras suponen una grave amenaza para la biodiversidad y pueden causar daños irreversibles en la naturaleza, incluida la extinción de especies, además de amenazar el bienestar humano”, afirmó el director del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y académico de la Universidad de Concepción, Aníbal Pauchard.

El investigador fue uno de los 3 co-presidentes del Informe Mundial sobre Especies Exóticas Invasoras, el cual está respaldado por la ONU, y está pensado para aportar pruebas, herramientas y opciones para ayudar a los gobiernos a alcanzar el nuevo y ambicioso objetivo mundial en materia de especies exóticas invasoras.

En conversación con Interferencia, Pauchard describió que “esto surge desde los gobiernos, quienes solicitan a esta plataforma que genere una evaluación a nivel global del tema de las especies invasoras y en base a eso en 2019 somos convocados como co-presidentes y con ello seleccionamos a estos expertos a nivel mundial”.

Datos y sugerencias para los gobiernos

En cuanto a la repercusión que ha tenido en distintos medios de comunicación de alto alcance internacional, el académico cree que “el impacto ha tenido tiene que ver con que hasta este informe, no había existido algo tan completo a nivel mundial, y no sólo en términos de la extensión de la superficie y porque no es sólo de plantas y animales, sino también incluye a todos los organismos que podrían ser considerados especies exóticas e invasoras”.

"Hay que considerar que es un problema multidimensional, a nosotros como autores del informe no nos gusta decir que es un problema solamente económico. Es un indicador importante obviamente, pero es la punta del iceberg porque hay muchas otras cosas que no se pudieron cuantificar, ya que hay varios países que no miden en términos económicos cuánto gastan en estas especies exóticas invasoras y por ello los datos son limitados, probablemente sea mucho más el impacto. Lo que creemos y de lo que tenemos evidencia es que estos impactos van a aumentar y cuadruplicarse cada década”.

Consultado sobre si los resultados de los altos costos económicos para el mundo -que fueron las cifras que han llamado más la atención de la prensa especializada- fueron un eje central en la investigación, el investigador aclara que “fuimos en distintas líneas de investigación. Hay un capítulo completo en el informe que consideraba impactos económicos, que es la cifra de los 423 mil millones de dólares al año, pero también hay otro tipo de impactos negativos que fueron considerados, desde el punto de vista de la pérdida de biodiversidad, de la extinción de especies, de la salud humana e incluso de la percepción de la calidad de vida de las personas”. 

En esa línea, Pauchard subraya que “hay que considerar que es un problema multidimensional, a nosotros como autores del informe no nos gusta decir que es un problema solamente económico. Es un indicador importante obviamente, pero es la punta del iceberg porque hay muchas otras cosas que no se pudieron cuantificar, ya que hay varios países que no miden en términos económicos cuánto gastan en estas especies exóticas invasoras y por ello los datos son limitados, probablemente sea mucho más el impacto. Lo que creemos y de lo que tenemos evidencia es que estos impactos van a aumentar y cuadruplicarse cada década”.

Sobre ello, además, explica que “estos datos sobre costos tienen un rango de año más acotado y vienen de un proyecto de unos colegas franceses. Ellos han trabajado mucho en esto, se unieron a nosotros y nos aportaron sus datos para que el informe tuviera una información lo más actualizada posible. Hay que entender que en estos informes no es que generemos datos desde cero, lo que hacemos es sintetizar información que ya existe y es un trabajo colaborativo. Es increíble darse cuenta de que estos datos vienen de tantos lugares distintos y lo que hace este informe es facilitarles el acceso a las personas a través de esta plataforma para que todos lo puedan entender”. 

Al respecto, el académico destacó que el objetivo de la publicación es ser una herramienta útil para los gobiernos que están a cargo de las políticas públicas. “Esta síntesis no está pensada para los académicos. Nosotros tenemos otras instancias y publicaciones para compartir el conocimiento. La idea es que esta plataforma sirva para la gente que toma las decisiones, quienes necesitan la información resumida, digerible y adecuada a su contexto. En ese sentido, es importante destacar que el informe fue aprobado y adoptado por todos los países que componen el IPBES”, apuntó. 

El informe muestra que el 34 % de los impactos de las invasiones biológicas se registraron en América, el 31 % en Europa y Asia Central, el 25 % en Asia y el Pacífico y alrededor del 7 % en África. La mayoría de los impactos negativos se han registrado en el medio terrestre (alrededor del 75 %), especialmente en bosques, zonas arboladas y zonas cultivadas, y un número mucho menor en hábitats de agua dulce (14 %) y marinos (10 %). Las especies exóticas invasoras resultan más dañinas en las islas, donde el número de plantas exóticas supera ya al de plantas autóctonas en más del 25 % de todas las islas. 

El académico Aníbal Pauchard destacó que el objetivo de la publicación es ser una herramienta útil para los gobiernos que están a cargo de las políticas públicas. “Esta síntesis no está pensada para los académicos. Nosotros tenemos otras instancias y publicaciones para compartir el conocimiento. La idea es que esta plataforma sirva para la gente que toma las decisiones, quienes necesitan la información resumida, digerible y adecuada a su contexto”.

“La buena noticia es que, para prácticamente todos los contextos y situaciones, existen herramientas de gestión, opciones de gobernanza y acciones específicas que verdaderamente funcionan”, afirmó Pauchard. 

“La prevención es, sin duda alguna, la mejor opción y la más rentable, pero la erradicación, la contención y el control también son eficaces en contextos específicos. La restauración de ecosistemas también puede mejorar los resultados de las acciones de gestión y puede incrementar la resistencia de los ecosistemas de cara a especies exóticas invasoras futuras. De hecho, la gestión de las especies exóticas invasoras puede contribuir a mitigar los efectos negativos de otros impulsores de cambio”, indicó el director del IEB.

En el informe se incluyen las siguientes opciones, entre otras: la consideración de políticas y códigos de conducta coherentes entre sectores y escalas; el compromiso y la dotación de recursos; la concientización y participación pública, a través de campañas de divulgación científica ciudadana como las que promueven «comprobar, limpiar y secar» en el caso de canoas y kayaks contaminados de organismos invasores; sistemas de información abiertos e interoperables; abordar las lagunas de conocimiento (los autores y las autoras identifican más de 40 áreas en las que se necesita mucha más investigación); así como una gobernanza inclusiva y justa.

En el caso de Chile, desde la Universidad de Concepción afirman que especies como el hongo Batrachochytrium dendrobatidis amenazan a los anfibios y su biodiversidad, mientras que otras como el visón tienen un impacto tanto en la fauna silvestre como en la economía rural. Por otro lado, las especies exóticas de plantas pueden competir con las nativas, alterar ciclos hidrológicos y afectar el suministro de agua potable, además de aumentar el riesgo de incendios forestales. Por último, la presencia de especies exóticas en ambientes propensos a incendios forestales se suma a la preocupación en nuestro territorio, ya que éstas pueden aumentar la carga de combustible y favorecer la propagación del fuego, en un contexto donde el cambio climático también juega un papel importante.



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