Jeanette Jara (PC) conoce de cerca el sistema de pensiones chileno. No solo porque durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet se desempeñó como jefa de gabinete de Marcos Barraza, en ese entonces subsecretario de Previsión Social y posteriormente, asumió en ese cargo, donde se mantuvo hasta el final del gobierno.También porque fue dirigenta sindical de los fiscalizadores del Servicio de Impuestos Internos (Afiich) y vio de cerca el problema que era jubilar para muchos de sus afiliados.
Actualmente, Jara se desempeña como contralora de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y como profesora en la Universidad de Santiago, además de estar pensando en su probable candidatura a alcaldesa de Conchalí por el Partido Comunista.
Desde su rol como docente, está atenta al debate que ha generado el recurso presentado por María Angélica Ojeda, una profesora jubilada de Antofagasta, que fue derivado por la Corte de Apelaciones de esa ciudad al Tribunal Constitucional (TC), y que solicita el retiro de sus ahorros previsionales para pagar el dividendo de su casa.
Esta semana, la segunda sala del Tribunal Constitucional decidió, por unanimidad, declarar admisible el requerimiento de inaplicabilidad presentado por la Corte de Apelaciones de Antofagasta en favor de Ojeda. Es así como está en manos del TC abrir la posibilidad de retirar los recursos previsionales por parte de esta profesora y la de otros chilenos, lo que las ha puesto en alerta a las AFP y al gobierno, quienes han insistido en que los fondos, aunque son de propiedad de los cotizantes, no pueden ser usados para nada más que el pago de jubilaciones.
Sobre el retiro de los fondos y sobre un posible cambio del sistema de pensiones, INTERFERENCIA conversó con Jara, quien advierte que la estrategia judicial debe ir acompañada de la movilización social y que cree que el sistema actual de AFP es inviable económicamente.
- ¿Cual es su opinión con respecto a lo que está ocurriendo? Por un lado está la postura de las AFP y el gobierno, de que no se pueden retirar los fondos de las AFP, y por otro, el del movimiento NO Más AFP, que afirma que sí, quienes avanzan el proceso judicial y han llegado al TC.
- Creo que este proceso en el TC va a develar que el sistema de pensiones en Chile no es un sistema de seguridad social, sino un seguro privado. Y creo que hoy día los afiliados están reclamando la devolución de los fondos de pensiones usando la misma estrategia de las AFP, las cuales reiteradamente han señalado que los fondos son propiedad de los afiliados, por lo que cualquier posibilidad de introducir reparto dentro del sistema de pensiones sería expropiarles esos fondos a los afiliados. Entonces, hoy las AFP están en jaque por su propio discurso.
- ¿Están en jaque realmente las AFP?
- Recordemos que la industria de las AFP es una de las más poderosas y lucrativas del país. Creo que desde hace mucho tiempo que ya estaban en jaque, porque no tienen legitimidad social. Y tampoco tienen legitimidad económica, porque lo principal de sus funciones era pagar buenas pensiones y eso no lo cumplieron. Entonces, una reforma radical al sistema de pensiones es cosa de tiempo.
- ¿La estrategia judicial es un paso más para atacar a las AFP, junto con las marchas, por ejemplo? ¿O es una estrategia más relevante todavía?
- Es complejo, porque la industria de las AFP es el negocio más grande del país, los activos que manejan representan cerca del 75% del producto interno bruto. Entonces, para reformar este poder económico sustantivamente, se requieren todas las iniciativas, tanto de orden social, como de orden jurídico y político.
Creo que son distintas iniciativas que van confluyendo y dejando en claro lo que la dictadura realmente hizo, que fue armar un negocio en materia de pensiones y no un sistema de seguridad social. Y esto contribuye a instalar al centro del debate la necesidad del cambio.
No hay que seguir distrayéndose con cosas tales como si la cotización va a aumentar un punto o dos puntos más. Aquí el problema está puesto en que solo hay capitalización individual. Eso, como sistema, es un ahorro privado, en el que cada uno cotiza y va a recibir una pensión de acuerdo a su propia capacidad contributiva, y eso no es un seguro social.
Como Chile tiene bajos salarios, concentrados en torno al salario mínimo, donde hay brechas de género y mucha informalidad, todo eso se termina reproduciendo en el sistema de pensiones. Por eso se requiere un sistema que sea solidario y no individual.
- El presidente Sebastián Piñera se abrió a la posibilidad de que las personas con enfermedades terminales retiren sus fondos ¿Eso es como abrir una puerta para el retiro de los fondos en más casos? ¿Una caja de Pandora?
- Lo que hace este anuncio es distraernos del debate de fondo. Es pedirle a la gente que además de hacerse cargo de sus pensiones paupérrimas, se hagan cargo de sus enfermedades terminales, cuando eso, en mi opinión, debiera ser deber del estado.
Creo que aquí lo central en el debate previsional es cambiar el sistema y mejorar las pensiones ahora. Porque hay muchas necesidades sociales y las personas se preguntan por qué no las pueden cubrir. Ahí el estado tiene que jugar un rol activo y no puede cargar al ahorro individual. Eso debe ser parte de una política pública activa.
- Si las personas pudieran retirar sus ahorros previsionales ¿Realmente quebrarían las AFP o no?
- Lo que pienso es que lo que le preocupa a la industria de las AFP es que se les acabe el negocio. No necesariamente están pensando en lo que la gente pueda resolver con sus ingresos. Ahora bien, si el negocio se acaba o no, no debiese ser preocupación de los pensionados o de los futuros pensionados. La preocupación de los chilenos debe ser tener buenas pensiones. Lo que a la industria le preocupa es un problema de la industria, no es una preocupación que debiese estar al centro ni del debate público ni de las personas en su diario vivir.
Pensemos solo en los últimos pensionados del mes pasado, según datos oficiales, de ellos la mitad eran mujeres. Y la mitad de esas mujeres que se pensionaron obtuvieron una pensión mensual inferior a una Unidad de Fomento (UF), que son 28 mil pesos. Y eso quiere decir que la proyección de las pensiones sigue a la baja. El negocio que las AFP han explotado por tanto tiempo se tiene que transformar en un sistema de seguridad social, porque ahora es inviable.
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