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Domingo, 20 de Julio de 2025
Incongruencias

Las arbitrariedades sanitarias del gobierno que no tienen una explicación clara

Lissette Fossa

En medio del alza de contagios, de lo que algunos epidemiólogos llaman la segunda o la tercera ola de la pandemia en el país, el gobierno ha permitido la realización de cultos religiosos y misas, pero no la apertura de gimnasios o la realización del deporte al aire libre con más de 10 personas. INTERFERENCIA revisó las medidas que parecen más contradictorias.

En medio de un nuevo peak de contagios de Covid-19 en el país, las cifras de este viernes 19 de marzo de 2021 dejaban en evidencia que los contagios siguen aumentando, a pesar de las medidas que ha aplicado el gobierno con la vuelta a las cuarentenas totales en varias comunas del país y al rápido avance de la vacunación. Ayer, el Ministerio de Salud informaba de 6.604 nuevos contagiados, 99 fallecidos y 2.193 pacientes internados en UCI en el país.

Con este auge de los contagios y víctimas fatales de la pandemia, se han vuelto a debatir y cuestionar las medidas respecto a las fases del Plan Paso a Paso, las restricciones, efectivas o no, a locales comerciales, transporte y hasta a gimnasios.

En tan solo dos semanas, se ha decidido dar permiso a la celebración de cultos religiosos en fase 2, se mantienen abiertos malls y centros comerciales con altos aforos, mientras que se ha permitido la apertura de gimnasios en fase 3 y el transporte público sigue funcionando sin ningún tipo de restricción, tras la necesidad de miles de personas para trasladarse a sus trabajos ante una larga lista de “trabajos esenciales”, entre los que se encuentran suplementeros, personal de AFP y trabajadores de la minería.

"El Plan Paso a Paso necesita coherencia y consistencia. O sea, puedes ir a misa, pero no puedes hacer gimnasia al aire libre, no tiene lógica. Si a uno no le hace lógica.", comentó este jueves en el podcast La Cosa Nostra la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches.

En INTERFERENCIA consultamos a epidemiólogos y expertos en salud pública sobre cuáles han sido las medidas más incongruentes, arbitrarias o poco efectivas para evitar la transmisión del virus, en este año de pandemia en Chile.

Separados en los parques, como sardinas en el transporte

“Dentro de las investigaciones que se han hecho de la pandemia, no hay ningún dato que permita señalar que el transporte público es un foco de contagio, no hay investigaciones”, afirmó la mañana de este viernes el intendente metropolitano Felipe Guevara.

Lo cierto es que hay varios estudios que respaldan la peligrosidad de las aglomeraciones en el transporte público. Uno de esos es el estudio de Jeffrey E. Harris, publicado en abril del 2020, donde afirma de partida que “el sistema de metro de múltiples frentes de la ciudad de Nueva York fue un importante diseminador, si no el principal vehículo de transmisión, de la infección por coronavirus durante el despegue inicial de la epidemia masiva que se hizo evidente en toda la ciudad durante marzo de 2020”.

El estudio agrega que en cuanto se vio la disminución de pasajeros en el metro de Nueva York, los casos de contagios también bajaron en los alrededores de las estaciones de metro.

Un estudio de enero de este 2021 también advirtió sobre los contagios en autobuses, basado en una investigación realizada en China, aunque advierte sobre la necesidad de continuar estas investigaciones.

Lo cierto es que si hay que evitar la aglomeración de personas, efectivamente el funcionamiento normal del transporte público no ayuda a ese objetivo.

En Santiago y en ciudades como Valparaíso y Concepción, las horas peak del transporte, a la entrada y salida del horario laboral, generan aglomeraciones de decenas y hasta cientos de personas. En ciudades como Madrid, se ha restringido el aforo en cada estación, se controla la distancia social con dispositivos digitales, además de que se han ventilado las estaciones, que disponen además de alcohol gel de manera gratuita para los pasajeros. Cuando se cumple el aforo en cada estación, los torniquetes se bloquean hasta que se vuelva a cumplir la medida.

Ninguna de estas medidas está disponible en el sistema de transporte público en Santiago ni en regiones. Esto va fuertemente ligado a que la afluencia de pasajeros no ha bajado de manera significativa durante las fases 2, 3 y 4, debido a que una gran cantidad de labores presenciales se consideran trabajos esenciales. A la vez, desde la fase 2 en adelante, se permite la apertura de centros comerciales, terrazas de restaurantes y supermercados, lo que genera la necesidad del tralado de los trabajadores de esos espacios.

“El transporte público hacinado ha estado durante toda la pandemia y es super desigual, porque afecta más a la gente más pobre. Y cuando no se toman buenas medidas, se empieza a culpar a la fiesta de cumpleaños de un gato o puras tonteras”, afirmó a INTERFERENCIA recientemente el epidemiólogo Aníbal Vivaceta.

“Desde el punto de vista de la epidemiología no tienen ni un sentido estas medidas. No puede ser que la gente no pueda ir a un parque, si ahí la posibilidad de contagiarse es mínima. Si ¿cómo se transmite el virus? Comiendo juntos, bebiendo juntos, si es la saliva que salta a la comida de los otros, a la cara de los otros, a las manos, y ahí nos vamos a contagiar, esa es la forma en que se contagia la Covid. Esto no se ha abordado en el gobierno”, agregó Vivaceta.

Mall y supermercados sí, los demás no

Desde un comienzo, la cuarentena total o fase 1 no incluyó el cierre de centros comerciales y malls. Sin embargo, el riesgo de exponer a los trabajadores y clientes, varias manifestaciones de éstos y un diálogo entre empresarios y gobierno al inicio de la pandemia, en marzo del año pasado, provocó el cierre de malls por varias semanas.

La presión del rubro del comercio y del retail generó que en agosto, ya cuando comenzaron a bajar las tasas de contagio, la reapertura fuese paulatina, con cierta cantidad de aforos.

Fue así como malls, centros comerciales y supermercados pueden abrir desde fase 2 en adelante.

No fue así con los gimnasios, que sólo pueden abrir en fase 3 y con número limitado de personas. La medida, que para los trabajadores de gimnasios parecía arbitraria, provocó que éstos protestaran haciendo deporte en los pasillos de un mall santiaguino hace una semana.

Más allá de que abrir gimnasios parece una mala idea en esta fase de la pandemia, lo que sí logró la manifestación es preguntarse por la diferencia que esto tiene con los malls, que son cerrados y con sistemas de aire acondicionado que también suponen un riesgo.

Mall Plaza Oeste, por ejemplo, tiene un aforo permitido de cerca de ocho mil personas para 150.000 metros cuadrados. Sin embargo, el Parque Nacional Huerquehue, en la Araucanía, tiene un aforo de 250 personas para 125 millones de metros cuadrados, tal como lo corroboró Fast Check.

“De acuerdo que hay medidas contradictorias, que uno no entiende mucho y el sentido de urgencia y gravedad no se transmite muy bien”, afirma a INTERFERENCIA la doctora en Salud Pública y ex subsecretaria de Salud, Jeanette Vega (PPD).

“Hay que enfatizar en que las medidas tienen que estar pensadas en su totalidad, como un todo, es decir, que no sean inconsistentes entre sí ni generen más problemas entre sí”, agrega Vega.

"Sobre el Plan Paso a Paso, la cuestión tiene que ser coherente, si a los ciudadanos no les hace sentido, los ciudadanos van a agarrar y plan Paso a Paso y chao.Tiene que tener una lógica y hay que permitir actividades de bajo riesgo. Y esto del aforo, esta sensación de que el presidente de la CPC pesa más que el resto de los ciudadanos, que los malls estén todos abiertos y a ti no te den permiso ni para ir a la esquina, esa cuestión es insustentable, lo saben todos los expertos", comentó Izkia Siches en el podcast La Cosa Nostra, esta semana.

La apertura de centros comerciales y los aforos permitidos, donde ha habido poca fiscalización, ha generado aglomeraciones. El 22 de diciembre pasado, la seremi de salud metropolitana incluso cerró el Mall Plaza Norte, debido al inclumplimiento del aforo permitido.

"Otros países han hecho esfuerzos sociales tremendos para mantener los colegios abiertos, pero eso va a significar que en algún minuto vamos a tener que tomar la decisión de: o cerramos los malls o cerramos los colegios; o cerramos los cines o cerramos los colegios", afirmó José Miguel Bernucci, secretario general del Colegio Médico, a Cooperativa el pasado 1 de marzo, ya cuando se observaba el avance de contagios en la región Metropolitana.

¿Un virus noctámbulo?  

Teatros y cines han estado cerrados por un año, desde que se anunció la pandemia en el país. Desde el 18 de febrero, se definió que los cines podían abrir mientras estuviesen en comunas en fase 3, con un aforo de 50 personas por sala, y en fase 4 con un aforo de 100 personas. Además, se permitió la venta y el consumo de alimentos en la sala, punto clave, ya que es uno de los principales ingresos de las salas de cines.

Los teatros y circos también pueden abrir en fase 3, con un aforo de 75 personas en espacios cerrados y de 150 en espacios abiertos.

Poco duró esta situación, pues varias comunas pasaron de fase 3 en febrero a fase 2 en marzo, lo que generó que hubiese gimnasios que sólo funcionaran algunas semanas abiertos. 

“No se ha evaluado la situación que estamos viviendo. Más que pensar cómo se abren restaurantes o gimnasios, tienen que pensar en programas económicos porque vamos a entrar en planes de confinamiento. El esfuerzo de quienes toman las decisiones, tiene que estar en esa línea”, afirmó hace tres días Izkia Siches, la presidenta del Colegio Médico.

El Ministerio de Salud tampoco ha justificado por qué establecimientos como bares y restaurantes puedan funcionar de día, durante la semana, pero no los fines de semana durante la fase 2, ni durante las noches, manteniendo el aforo acordado. Si el razonamiento que hay detrás es reducir la movilidad de las personas en términos agregados, de todos modos tendría que explicarse por qué elegir las noches y los fines de semana, y no otros momentos, como por ejemplo, las vacaciones.

La decisión del gobierno sobre la regulación de la actividad nocturna se ha acotado en mantener el toque de queda, medida que también ha apoyado el Colegio Médico. Sin embargo, no todos piensan que sea una buena medida.

“Buscar que las personas que están enfermas y pueden contagiar se enfermen, porque este gobierno encierra a todo el mundo por un puñado de personas que pueden contagiar. Cualquier sistema de salud un poco racional o eficaz, busca a los que pueden contagiar y se concentra en esos. Chile como es un país que sistemáticamente está pensado con la bota militar, de ponerle el pie en el cuello a la población y frenar la manifestación social antes que cualquier otra cosa, entonces opta por encerrar a todo el mundo. Pero tampoco hay ningún fundamento epidemiológico para decir que hay que encerrar a todo el mundo, o los fines de semana. De hecho se hace, y el virus no se controla”, dice Aníbal Vivaceta a INTERFERENCIA.

Para la doctora en Salud Pública, Jeanette Vega, el toque de queda debe coordinarse con otras medidas, pero -subraya- ha surtido efecto en países como Francia, donde incluso comienza a partir de las seis de la tarde.

“Hay que coordinar este tipo de medidas con el horario laboral, porque si uno pone toque de queda a las 10 de la noche, y si los trabajadores salen a las siete por ejemplo, se van a generar aglomeraciones igual en la espera del transporte”, comenta Vega.

Cultos religiosos

Desde hace unas semanas, la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica había sido crítica a la continuidad de la prohibición de realizar misas. 

“Nos resulta incomprensible y falto de racionalidad el criterio utilizado por la autoridad en su definición de las nuevas medidas para el Paso 2 Transición publicadas hoy, las que prohíben absolutamente la asistencia de fieles a ceremonias religiosas (exceptuando los funerales)”, habían declarado el 13 de marzo.

Y literalmente, sus rezos fueron escuchados, por lo menos por el gobierno, que el 14 de marzo anunció que se permitirían los cultos religiosos en fase 2, con un aforo de 10 personas en espacios cerrados y 20 en lugares abiertos.

“No he visto ningún paper científico que diga que eso (el contagio) pasa en las misas o en otros ritos religiosos”, se excusó el vocero de Gobierno, Jaime Bellolio.

Para Jeanette Vega, esta puede que sea una de las medidas más contradictorias con respecto al desarrollo de la pandemia.

“No se entiende mucho, hay medidas contradictorias, como por ejemplo, mantener los lugares de culto abiertos, cuando hay extensa bibliografía respecto que si aumenta la transmisión y brotes específicos que han partido en la iglesia, es raro que al mismo tiempo que las UCI estan completas, se esté insistiendo mantener algunos lugares abiertos, cuando ya se está en etapa 1 en algunos lugares”, afirma Vega.

Cabe recordar que al comienzo de la pandemia fueron variados los contagios en cultos evangélicos, donde el contacto, los cantos y el poco uso de mascarilla pasaron la cuenta. Incluso, el 16 de marzo del 2020 se desarrolló una conferencia nacional de pastores evangélicos, donde se produjo un brote de contagios; también en la región del Bío Bío, donde la celebración de una ceremonia en Boca Sur generó 46 contagios.

Y se viene la Semana Santa.



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