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Jueves, 17 de Julio de 2025
[Hace 50 años]

Militares allanan industrias del Área Social en Punta Arenas

Abel Esquivel

Allanamiento a Lanera Austral

Allanamiento a Lanera Austral
Allanamiento a Lanera Austral

Eran las siete de la mañana del sábado 4 de septiembre de 1973, cuando la unidad de la FACh -compuesta por unos cien hombres- rodeó, en sorpresiva acción, la estatizada empresa "Lanera Austral", a doce kilómetros del centro de Punta Arenas.

Los miembros del "comité de vigilancia" no se dieron cuenta de nada. Tampoco el rondín, al cual le tocó recibir al oficial a cargo del operativo que se presentó acompañado de un pelotón armado y de la correspondiente orden de allanamiento emitida por la Fiscalía de Aviación.

Los obreros que permanecían en el interior, como primera reacción, intentaron escapar. Se dio la voz de "alto", y algunos la obedecieron. Se hizo un primer disparo al aire y el resto, menos uno, desistió de la fuga. La excepción fue Manuel González Bustamante, quien cayó al suelo, víctima del segundo y último disparo que se hizo en el interior de la empresa.

Se hizo un primer disparo al aire y el resto, menos uno, desistió de la fuga. La excepción fue Manuel González Bustamante, quien cayó al suelo, víctima del segundo y último disparo.

FF.AA. utilizaron diversos recursos

FF.AA. utilizaron diversos recursos
FF.AA. utilizaron diversos recursos

En los mismos momentos, en forma coordinada, personal del Ejército y la Armada allanaba las restantes empresas del área social. El operativo conjunto, llevado a la práctica con un despliegue extraordinario de hombres, fue respaldado con tanquetas y vehículos livianos de combate.

Espectáculo desolador

A la una de la tarde, todos los efectivos se retiraron a sus respectivas unidades. Relaciones Públicas de las tres ramas emitieron parcos y similares comunicados. Debido al secreto del sumario, se informó, no se podían dar más detalles. Sin embargo, se sostuvo explícitamente que se habían comprobado "infracciones a la Ley sobre Control de Armas y Explosivos".

En otras palabras: en las empresas magallánicas del área social se habían encontrado -y requisado- armas y explosivos. 

Sólo a las cinco de la tarde -tras una serie de reuniones en la Intendencia, donde se concentraron los jefes provinciales de la UP, directivas de servicios públicos y dirigentes marxistas de la CUT sacaron el habla. Para ello citaron a una conferencia de prensa en la propia "Lanera Austral".

Estos destrozos perdieron importancia ante el relato de dirigentes gremiales y los propios trabajadores: además de toda clase de tropelías y desmanes, dijeron, había sido baleado el obrero Manuel González y herido a bayoneta su compañero José Calixto.

A esa hora los periodistas encontraron un espectáculo desolador: puertas destrozadas, máquinas rotas, herramientas y documentos esparcidos por el suelo y decenas de orificios en las paredes, consecuencia -dijeron los dueños de casa- de disparos hechos con fusiles militares. Pero incluso estos destrozos perdieron importancia ante el relato de dirigentes gremiales y los propios trabajadores: además de toda clase de tropelías y desmanes, dijeron, había sido baleado el obrero Manuel González y herido a bayoneta su compañero José Calixto.

Fue el punto de partida para una violenta campaña oficialista contra las FF. AA. en general, y contra el general Torres, en especial. La CUT, controlada por el PS y el PC, emitió una enérgica declaración de protesta. Pedía la inmediata remoción del general Torres y la derogación de la Ley de Control de Armas. El PS de Magallanes -a través de un programa radial- calificó a las FF. AA. de "cobardes y fascistas", y ridiculizó la acción del general Torres diciendo que "mientras los señores militares entraban disparando a la "Lanera Austral", el comandante, suspendido en el aire como libélula, desde un helicóptero observaba el maravilloso despliegue". Los adjetivos variaron luego de "fascistas y cobardes" a "asesinos": el obrero González -después de tres intervenciones quirúrgicas en el Hospital de la Armada- había muerto,

Cambio de tono

Bajo la firma del administrador de la empresa, el funcionario del Comité Textil de Corfo, José Palavicini, "Lanera Austral" emitió una violenta declaración en que describió los vejámenes cometidos por los soldados que "escudados en su uniforme y en la fuerza que le dan las armas, actuaron como fascistas, sin respeto a la dignidad moral y humana que merece todo individuo y en especial nuestras compañeras".

General Torres de la Cruz

General Torres de la Cruz
General Torres de la Cruz

"Para nosotros -agregaba el comunicado-, estos actos tienen un culpable: el general Manuel Torres de la Cruz, quien denigra el uniforme de las FF.AA., que hoy deben estar acongojados por la negra hoja que han incorporado a su historial...".

"Para nosotros -agregaba el comunicado-, estos actos tienen un culpable: el general Manuel Torres de la Cruz, quien denigra el uniforme de las FF.AA., que hoy deben estar acongojados por la negra hoja que han incorporado a su historial... Exigimos el inmediato retiro del general Torres de las FF. AA., a la vez que se den explicaciones públicas sobre el crimen, vejaciones, robos y destrozos".

La ofensiva, sin embargo, se detuvo bruscamente en la tarde del domingo. En llamado del presidente Allende a su correligionario, el intendente socialista Octavio Castro, el jefe del Estado pidió calma. Según trascendió, dijo que el país estaba viviendo horas muy difíciles, y que su exaltación podía precipitar acontecimientos que él se esforzaba por evitar. La recomendación fue: no toquen a las Fuerzas Armadas.

Consecuencia inmediata: esa misma tarde (domingo 5) el intendente volvió a convocar a los periodistas. A la población pidió que meditara "profundamente" sobre lo ocurrido, "para que no caiga en hechos inconvenientes para el momento que se vive en Chile. Todo debe ser superado en armonía y tranquilidad". Y a los periodistas que le preguntaron sobre el obrero González, su único comentario fue: "Esa dolorosa muerte fue el producto del riesgo de la misión que se debió cumplir, de acuerdo con lo que establece la Ley de Control de Armas".

Igual tono adoptaron la CUT (en nuevo comunicado pidió una exhaustiva investigación) y el PS, que -aparte de condenar los allanamientos- aclaró que "no ha estado ni estará jamás contra las FF. AA. de la Patria“.

Querella

En ese momento se pensó que todo estaba concluido. Pero hubo un nuevo disparo. Esta vez desde, Santiago.

La violenta declaración de Mario Palestro (calificó de "sátrapa" al general Torres, de "César sin corona", y pidió a los altos mandos las medidas "para que el señor Torres de la Cruz no siga desprestigiando el noble uniforme de nuestro Ejército") hizo que el aludido recogiera el guante. Hasta entonces, en contraste con su locuacidad cuando se desempeñó como intendente -debido a que los "duros" y los "blandos" del PS magallánico no se ponían de acuerdo para la designación de un civil-, el general había guardado silencio. Pero tras el exabrupto del diputado Palestro volvió a la carga: citó a los periodistas y les anunció que se querellaría contra "ese señor Palestro".

Como clara referencia a la actitud de las otras dos armas, al lado del general, en esa ocasión, estaban el comandante de la III Zona Naval, Horacio Justiniano, y el subrogante de la Quinta Brigada Aérea, comandante Eduardo Clavija.

El comandante Clavija manifestó que ellos habían entendido que dejaban la industria en manos responsables, pero que, sin embargo, no parecía ser así. "Lo que ocurrió en esas cuatro horas" hasta la llegada de la prensa, concluyó, "no me lo pregunten a mí".

En el intercambio de preguntas y respuestas, los militares agregaron nuevos antecedentes. El principal: que a la una de la tarde del sábado, tras el término del operativo, se había levantado en "Lanera Austral" (como en todos los casos) un acta del allanamiento. En ella no había referencia alguna a los desmanes y daños denunciados cuatro horas después. El comandante Clavija manifestó que ellos habían entendido que dejaban la industria en manos responsables, pero que, sin embargo, no parecía ser así. "Lo que ocurrió en esas cuatro horas" hasta la llegada de la prensa, concluyó, "no me lo pregunten a mí".

En Santiago, RRPP de la FACh fue aún más enérgica: calificó directamente lo ocurrido de "show publicitario".



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