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Lunes, 17 de Marzo de 2025
Humor en tiempos de Covid

Natalia Valdebenito: “Hacer humor sobre Piñera es una obligación, el punto es que él ya no es divertido”

Víctor Herrero A.

La actriz y comediante stand up habla sobre el papel del humor para desnudar el poder, la falta de humor de las instituciones chilenas y cómo reírse y hacer reír en épocas oscuras como las actuales.

Natalia Valdebenito está semi-cesante y lo que la mantiene ocupada en pandemia es su podcast diario ‘Café con Nata’.

Hace ya un año que no realiza sus exitosas rutinas de stand up que la han llevado a decenas de ciudades de Chile y del extranjero. Podría hacerlo desde su casa y por videoconferencia, como lo han hecho muchos de sus colegas, pero dice que no es lo mismo.

Las rutinas de Valdebenito se centran en aspectos sociales y políticos, en especial temas feministas. En esta conversación con INTERFERENCIA, realizada vía telefónica, ahonda sobre la polémica que generó un sketch sobre un general del Ejército en el programa ‘Políticamente incorrecto’ de La Red, y habla sobre la necesidad de hacer humor en torno al poder, aunque el poder en Chile no tenga nada de gracioso.

- Hace casi un siglo el actor Will Rogers dijo: “Todo está cambiando. La gente está tomando en serio a los comediantes y considera un chiste a los políticos". ¿Cuánto hay de verdad en eso hoy en día?

- En la práctica nada. Si bien la gente nos escucha, tenemos que seguir igual el mandato de quienes nos gobiernan, que en este caso son los políticos. A veces siento que es insuficiente desde mi lugar lo que puedo lograr. Siempre se dice "por qué no fue Piñera nominado como mejor comediante del año", y yo digo no, no es lo mismo. Nosotros no vamos por ahí engañando a la gente. Estamos igual de cesantes que todos, tenemos que reinventarnos igual que todos. Entonces claramente somos muy distintos. Me encantaría que fuéramos más escuchados.

- Piñera tiene fama de contar chistes desubicados, y recuerdo que en su primer gobierno dio origen a las piñericosas en The Clinic. Ese tipo de humor, las piñericosas, ¿cree que es funcional a Piñera al restarle seriedad a asuntos que sí son serios?

- Claro, por un lado eso, y también cómo utilizan el ridículo para zafar y acercarse a la gente. Encuentro muy raro que se acerquen a la gente a través del ridículo. Por mucho que eso sea espontáneo en algunos momentos. A mi me parece que solamente le sirve al personaje en cuestión, a Piñera o a quien sea que recurre a eso. Pero a las personas de alguna forma como que nos embolinan la perdiz. En el caso de Piñera quedó más que claro que detrás de ese payaso podía haber alguien que estuviera a cargo de un gobierno que violara los derechos humanos. Para mi eso es next level. Ni yo, que pensaba mal de Piñera, creí que podía ser un violador de derechos humanos como lo ha sido hasta ahora.

- O sea, hoy en día hacer humor en torno a Piñera ya no es gracioso.

- Es que las piñericosas no son graciosas, pero hacer humor sobre Piñera es una obligación. Porque la comedia tiene el deber de pegarle al poder. Y nosotros tenemos todo el derecho de reírnos de eso, de él y de todo lo que a él lo compone. El punto es que él ya no es divertido.

- En el programa de comedia ‘Políticamente Incorrecto’ de La Red personificaron a un general del Ejército y las tres ramas de las Fuerzas Armadas reaccionaron indignadas. ¿Les falta humor a las instituciones militares?

- Yo creo que el chiste es tan literal que hasta los milicos lo entendieron. Era un milico diciendo cosas de milico, disfrazado de milico, era una pregunta, una respuesta... una estructura de comedia muy sencilla. No hay suspicacia ni subtexto, es absolutamente literal y directo. Y eso, para mi, es lo que encuentro más divertido del chiste, que eso les haya molestado, si es que les molestó, porque también podría ser un show de los milicos.

-Algunos consideran que la reacción de las fuerzas armadas buscaba coartar la libertad de expresión. ¿Ese tipo de reacciones no pueden coartar a otros comediantes a futuro?

-  Yo no les tendría tanto miedo. Lo digo desde un punto de vista que quizás incluso sea medio irresponsable, porque si bien tienen las armas, hay algo que a ellos se les va, que son las personas, el sentido común, la nobleza de ayudarse en una comunidad. Todo eso se lo pierden las Fuerzas Armadas en esta pelea con el pueblo.

"Hacer humor sobre Piñera es una obligación. Porque la comedia tiene el deber de pegarle al poder. Y nosotros tenemos todo el derecho de reírnos de eso, de él y de todo lo que a él lo compone".

Entonces yo no les tendría tanto miedo, pienso que es un show de los milicos y que le ayudó mucho al programa para que la gente se fijara en el programa, lo que me parece muy bien. Pero en el momento no pude tomar tan en serio la situación de amenaza a la libertad de expresión, no se por qué. Quizás por mi trabajo me paro desde afuera, y sentí que al canal le vino perfecto, al programa también, porque así todos pudieron fijar sus ojos ahí, lo que me parece bacán. Que la comedia se robe la discusión me parece excelente, que sea el centro de la discusión me parece maravilloso. Pero en verdad no sé si coartan nuestra libertad de expresión, yo creo que los que nos dedicamos a la comedia y queremos hablar de política... por lo menos a mi no se me paró un pelo, me dan más ganas de hacer comedia, genera el efecto contrario.

- De hecho de la impresión de que la respuesta en sí misma uno la podría tomar como humor negro. Yo no me pude liberar de la impresión de que estaban haciendo el ridículo al contestar eso. ¿Lo ve así?

- No sé si el ridículo, porque ellos también tienen el derecho de opinar lo que quieran, pero no tienen la potestad para hacerlo. Yo creo que es una atribución que pasa incluso por encima del presidente. Creo que los milicos demuestran una vez más que se pasan por el culo el país, y que sienten que tienen un poder que la gente no les atribuye de tal manera. El poder de las armas, si bien tiene un poder sobre las personas porque nos da miedo y nos pueden matar, no es el mismo que llevan las personas en su día a día, o en nuestro trabajo que es súper inofensivo al lado de un balazo o una tortura. No estamos al nivel de compararnos siquiera con lo que han hecho los milicos en el país, con el secreto militar respecto a los desaparecidos y a toda la cantidad de cosas que ocurrieron en dictadura.

La historia es demasiado fea con los militares como para no tomarlos en serio, pero al mismo tiempo no hay que temer, hay que ir más fuerte, no bajar los brazos. Nunca más, eso sí que nunca más.

- El gobierno se sumó a las quejas de los militares. ¿Cree que en general a las instituciones chilenas les falta humor o que les falta tomarse las cosas más a la ligera cuando son criticados?

- Creo que se han mandado condoros que en realidad no deberían reírse ni un poquito. Por mi que lo pasaran pésimo, que les molestara todo. No creo que uno intente caerles bien con los chistes que uno hace, al contrario, uno quiere molestarlos, y si se enojan mucho mejor. Yo creo que ese fue el objetivo de los compañeros de ‘Políticamente Incorrecto’. A estas alturas, lo menos serio en realidad son ellos. Entonces hay una suerte de insurrección natural de no creerles. Y si lo tomaran como "qué divertido", también sospecharía, no les creo nada. No les creo que les molesta, que les gusta, no les creo nada.

- Estaba pensando en el ejemplo de Estados Unidos y programas como Saturday Night Live, donde se ríen de políticos, del presidente, donde muchas veces la propia Casa Blanca incluso presta sus instalaciones para grabar sketch de comedias, aunque ataquen a la propia Casa Blanca. En el fondo parecen tener un sentido más profundo de que las autoridades deben resguardar y fomentar el derecho a la libre expresión, en este caso a la comedia, y eso en Chile no se ve. A eso me refería con la falta de humor de las instituciones.

- Claro, es que en el caso de los gringos como le dan la vuelta a todo para ver por donde pueden sacarle brillo a las cosas, de algún modo se dieron cuenta y a estas alturas ya casi es como un acuerdo de poder hacer humor sobre ellos y ellos prestar incluso las instalaciones. Yo creo que los gringos descubrieron que ahí había un plus, que se acercaban a los votantes y que no es lo que pasa aquí.

"No creo que uno intente caerles bien (a los militares) con los chistes que uno hace, al contrario, uno quiere molestarlos, y si se enojan mucho mejor. Por mi que lo pasaran pésimo, que les molestara todo".

Yo creo que no pasa aquí porque nosotros no estamos reconciliados, no hay una buena relación. Básicamente no hay una buena relación entre el Estado y la ciudadanía, porque el Estado nos hace muy difíciles las cosas. Nos llevamos mal, siento que hay una mala relación. Todo lo que tenga que ver con el Estado, nada te lo hacen fácil, nada es un beneficio, todo hay que pagarlo.

Tenemos cada uno una vida tan difícil que es poco lo que se puede hacer desde la buena onda y al mismo tiempo reírnos, porque hay que ser un poco amigos para eso. Ellen Degeneres, u otros comediantes, igual se llevan un poquito bien con los políticos. Hacen sus campañas y todo, y si me pones a mi en una situación como esa, yo no podría ponerme a actuar porque sí con Lavín, por ejemplo. No podría hacerle ese favor a Lavín de hacerlo pasar como por algo divertido.

Además, para mi es súper difícil confiar en la política. Me siento en ese aspecto súper cercana al sentir de las personas, me doy cuenta de que entro en ese porcentaje de gente que no cree en los políticos. Me cuesta mucho. Con la única persona que he podido colaborar es con mi amiga Andrea Gutiérrez, que va como candidata a constituyente. Y es porque creo que la candidatura a la constituyente igual es muy distinta a otras cosas. Pero me cuesta mucho acercarme al mundo político desde el amiguismo. Tengo muchas suspicacias con el tema, y si no me siento honesta no lo podría hacer. Y para la mayoría de mis compañeros también es difícil, nadie se presta si lo piensas. A lo mejor el Apruebo, porque era algo más universal, pero jugársela por un personaje o una persona está difícil.

- Cuán difícil es hacer comedia en una época tan convulsionada como la nuestra en Chile, desde la revuelta social el 2019, la pandemia, las ollas comunes. ¿Dónde se para como comediante que analiza la actualidad? ¿Cómo se hace comedia en un escenario así?

- He reflexionado al respecto, porque para mi no ha sido fácil prender el computador y ponerme a hacer un show. No lo he hecho, de hecho, porque he estado haciendo otras cosas, he animado conversatorios, lanzado libros, he actuado teatro y un montón de cosas, pero lo único que no he hecho es stand up. Y obvio que es lo que extraño y es por lo que más me identifica la gente.

No he podido hacerlo porque he tenido otros trabajos para nivelar la cesantía del stand up. Te imaginarás que no he podido hacer mi pega por un año y más, lo cual no es fácil. Pero creo que también he tenido la posibilidad de pensar desde qué lugar lo puedo hacer, cómo puedo colaborar. El stand up quizás es muy onanista de mi parte, casi que lo hago para mi. Para eso necesito un escenario, porque hacerlo desde mi casa me da mucha lata. Admiro mucho a mis compañeros que se reinventaron tan rápido, los que le dieron para adelante sin pensar. A mi me cuesta y lo reconozco, pero también porque he tenido la oportunidad de pensar cómo quiero llevar a cabo mi trabajo desde ese lugar. A quién le hablo, para qué lo hago, qué quiero decir, desde dónde me quiero parar, desde dónde te puedo hacer reír. Porque yo quiero hacer reír, de eso si que estoy muy convencida.

El ‘Café con Nata’ me sirve mucho para eso. He tratado de darle la vuelta a todo, lo que es súper difícil a veces, aunque también da como para humor negro. Al final nos terminamos riendo igual, de hecho la consigna del ‘Café con Nata’ es "nos reímos a pesar de todo". Desde ahí puedo reflexionar mucho para hacer el siguiente show que lo estrenaría este año de la manera que sea. Desde un escenario probablemente, y planificando el lenguaje y todo lo que quiero hacer para sorprender al público de una manera respetuosa, a la altura. Siento que el público ha crecido un montón, porque yo como ciudadana también he crecido un montón. Entonces, a la altura, pero al mismo tiempo acarreando a todos los que van quedando atrás. Hay muchas mujeres que no han despertado aún y yo quiero hablar siempre para las que están ahí con mucho miedo todavía.

- También puede ser que en épocas tan duras la gente necesita un poco de humor, de humor negro, precisamente para no ver todo tan negro, ¿o no?

- Si, claramente. En ‘Café con Nata’ nos hicimos la pregunta en las reuniones de pauta sobre cómo informar la cantidad de muertos diarios. Yo no sé si se dan cuenta lo raro que es informar la cantidad de muertos a propósito de una sola cosa [Covid]. Como bien han dicho en twitter es como si se cayera un avión todos los días.

"No sé si se dan cuenta lo raro que es informar todos los días la cantidad de muertos a propósito de una sola cosa [Covid]. Cómo decirlo, cómo ser respetuosa y al mismo tiempo no latera, pero tampoco densa, pero no alegre, porque no corresponde. Entonces se trata de buscar un equilibrio… y lo mejor ha sido la empatía".

En un momento me tuve que plantear eso, cómo decirlo, cómo ser respetuosa y al mismo tiempo no latera, pero tampoco densa, pero no alegre, porque no corresponde. Entonces se trata de buscar un equilibrio entre tantos conceptos. Y lo mejor ha sido la empatía, darnos todos los días el tiempo de decir de una manera no tan solemne pero tranquila que tal cantidad de personas ha fallecido, y les mandamos un abrazo. Eso hubo que planteárselo, porque francamente es un escenario que yo desconocía, y que yo creo desconocían todos los comunicadores de todos los tiempos.

No sé si alguien se puede acostumbrar a esto, a informar muertos diarios. A nosotras sí nos ha afectado y nos ha costado plantearnos el cómo comunicarlo. Porque son personas, familias, los amigos... entonces, por supuesto que necesitamos reírnos porque el contexto es tan negativo, que es como cuando echas la talla en un funeral, y te ríes casi con nervios, porque hay cosas que son tremendas.

De repente le damos la vuelta, porque siempre hay formas y razones por las que reírse. Yo siempre trato de darle la vuelta a todo, ese es mi trabajo, a eso me dedico. Una vez en España me entrevistaron y me preguntaron que cómo lograba hablar de cosas tan terribles y hacer reír igual, y ahí empecé a poner ojo en eso, porque quizás no me daba cuenta de que lo hacía de manera inconsciente, como que no le había puesto nombre a eso. Y es mi forma de ver las cosas, a veces prefiero hacer leseras, me río, es parte de mi sentido del humor dar una vuelta más a las cosas.

Ah... y me gustaría pasar un aviso. Mi último show está en comediaplay.com, sigue estando ahí y lo voy a dejar ahí todo el rato que se pueda. Es bien barato para que toda la gente lo pueda ver, además está grabado súper bonito, es un lujito. La intro la hace la Dany Vega, y terminamos cantando con Camila Moreno. Es un show de alto nivel, entonces para que todos puedan acceder a eso.



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Comentarios

Comentarios

La verdad es que jamás me e reído con esta tipa, la encuentro de lo más fome.

Interferencia se cae con meter farándula. Esta "comediante" no es tema de interés y menos para hacer reír, al final de cuentas lo único que le interesa es meter su feminismo lésbico-liberal que ya aburre. Si a Interferencia le interesa la cultura, hay cientos de artistas sin trabajo, que son más que valiosos, ú-ni-cos en su arte que merecen aparecer en este medio y que no tienen trabajo, la cultura está muriendo junto a los artistas.

Acerca de los milicos cara de raja.....comparto todo lo que dice Natalia....

Interesante un programa donde hay critica seria .

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