Durante las últimas dos décadas, proponentes de los vouchers -es decir vales con subsidios estatales para el pago específico de un servicio- para escuelas privadas han estado impulsando la idea de que estos funcionan.
Afirman que hay un consenso entre los investigadores de que los programas de vouchers producen ganancias en el aprendizaje para los estudiantes, en algunos casos ganancias mayores que con otras reformas y acercamientos, tales como la reducción del tamaño de las clases.
Estos proponentes han resaltado estudios que muestran el impacto positivo de los vouchers en algunas poblaciones. Argumentan que, al menos, los vauchers no hacen daño.
Según los investigadores que estudian la selección de escuelas y la política educativa, vemos un nuevo consenso emergiendo, incluyendo los estudios realizados por los defensores de los vouchers, de que mayormente estos no tienen ningún efecto o efectos negativos en el aprendizaje de los estudiantes. Como resultado, vemos un cambio en cómo los proponentes de los vocuhers están redefiniendo lo que el éxito de estos representa. Utilizan un nuevo conjunto de logros no académicos que no fueron el argumento principal para promoverlos.
Cómo se define el logro es particularmente importante ahora a la luz del hecho de que Florida y Tennessee, controlados ambos por los republicanos, han creado nuevos programas de vouchers financiados con fondos públicos, en mayo de 2019.
En abril, un estudio a gran escala, dirigido por defensores de los vouchers, encontró impactos negativos sustanciales para los estudiantes que utilizan los vales para asistir a escuelas privadas.
Ciertamente, otros estudios han demostrado un tipo diferente de efecto positivo en la probabilidad de que un estudiante se matricule y se mantenga en la universidad. Otros estudios también muestran que los vouchers tienen efectos positivos en las percepciones de seguridad en las escuelas, y en evitar la delincuencia y los nacimientos fuera de matrimonio. Pero estas metas no fueron para las que se crearon los vouchers.
Los vouchers con apoyo político
En adición a estos estados, los republicanos están apoyado los vouchers a nivel federal. Por ejemplo, la secretaria de educación de Estados Unidos, Betsy DeVos, junto al senador republicano Ted Cruz de Texas y ocho otros senadores republicanos, están presionando por un plan parecido a vouchers para establecer a lo que ellos se refieren como Education Freedom Scholarships (Becas de Educación Libre).
La propuesta de US $ 5 mil millones permitiría a los contribuyentes individuales y negocios obtener créditos de impuestos, dólar por dólar, por contribuciones a organizaciones que ofrecen becas. Esas organizaciones pasarían el dinero a las familias para ser utilizado en escuelas privadas u otros gastos relacionados a la educación de sus niños.
Hay una amplia división partidista en el Congreso en relación al programa de los vouchers educativos del Distrito de Columbia, un programa de vouchers educativos financiado por fondos federales, creado bajo el presidente George W. Bush.
El programa que está autorizado bajo Scholarships for Opportunities and Results Act (ley de becas para opurtunidades y resultados) , ha recibido del Congreso sobre US $ 200 millones y ha servido a más de 10.000 niños desde que comenzó en 2004. Está programado a expirar en septiembre.
Los representantes demócratas están buscando problemas con el programa de vouchers de D.C. En respuesta, los republicanos están buscando información adicional para apoyar la propuesta de la administración Trump para duplicar sus fondos, de US $ 15 millones a US $ 30 millones, aun cuando una evaluación del programa de 2017 mostró “impactos negativos en el logro de los estudiantes”.
El movimento que aboga por los vouchers
Dado todo el interés político en los vouchers, vale la pena revisitar cómo puede haber tal desconexión entre lo que muestran las investigaciones sobre los impactos negativos de estos y su popularidad entre los legisladores.
Comenzando a principios de la década de 1990, emergió un movimiento que abogaba por los vouchers para promover la idea de que estos ayudaban a los estudiantes a aprender. Financiados mayormente por filántropos a favor de vouchers como Walton Family Foundation, grupos de expertos tales como Cato Institute y The Heritage Foundation, y organizaciones de abogacía como EdChoice, hicieron esfuerzos concertados para promover la prueba de la efectividad de los vouchers.
La prueba vino en la forma de un pequeño grupo de estudios de programas de vocuhers para niños pobres en un grupo selecto de ciudades. Los estudios se llevaron a cabo por un grupo de académicos que favorecen los vouchers, a menudo financiado por esas mismas filantropías.
Por ejemplo, un centro de Harvard, financiado por organizaciones que favorecen los vouchers, disputaron las evaluaciones estatales oficiales de los programas de vouchers en Milwaukee y Cleveland para argumentar que habían logros pequeños pero perceptibles de los estudiantes con vouchers.
Más recientemente, equipos de la Universidad de Arkansas han estado reclamando que sus estudios muestran que los vouchers casi siempre conducen a ganancias de aprendizaje para al menos algunos estudiantes, que hacen poco si algún daño a los estudiantes y proveen todo tipo de otros beneficios. Entre otras cosas, ellos dicen que los vouchers reducen la criminalidad y lleva a los padres a estar más involucrados en la vida cívica.
Los medios tomaron entonces estos estudios. Pero la investigación más reciente sobre los vouchers lleva a preguntarse por los reclamos originales y primarios sobre su efectividad.
Emerge nueva evidencia
Investigación rigurosa sobre los programas estatales en Ohio, Indiana y Louisiana, así como en Washington, D.C., muestra impactos amplios y negativos en los logros académicos de estudiantes utilizando vouchers, en comparación con sus pares que se mantienen en escuelas públicas.
Las esperanzas iniciales para algunos investigadores y defensores de los vouchers, de que estas pérdidas desaparecerían a través del tiempo, se han evaporado según estudios de seguimiento más recientes que muestran que el daño es significativo y sostenido.
Ahora que hay evidencia de que los vouchers afectan el aprendizaje de los estudiantes, los defensores de los mismos han cambiado su argumento. Dicen que los resultados de los exámenes no son tan importantes. En cambio, comentan que los legisladores deben enfocarse en otras medidas como “logros” que implican cosas como la tasa de los estudiantes con vouchers que se matriculan en universidades.
Algunas de las investigaciones más recientes han encontrado que los vouchers tampoco conducen a una mejor tasa de matrícula en las universidades.
Selecciones incorrectas
Aunque algunos defensores minimizan la importancia de los resultados de los exámenes, otros, como DeVos argumentan que los vouchers son valiosos simplemente porque ofrecen a los estudiantes y sus familias un espectro de selección más amplio.
Creemos que el aprendizaje de los estudiantes, razón principal con que se promovieron los vouchers, debe mantenerse como la medida de éxito. Si bien son imperfectas, pocas medidas están tan accesibles para los legisladores como los resultados de exámenes al evaluar reformas educativas.
Además, los defensores deben ser responsables por los resultados que dijeron ocurrirían relacionados a las ganancias en el aprendizaje. Pero en cambio, parece que desean cambiar las medidas que ellos mismos establecieron.
Christopher Lubienski’s es profesor en Indiana University y su investigación se enfoca en el cruce de los intereses privados y públicos respecto a la educación, con especial énfasis en cuestiones de equidad, acceso y conducta organizativa.
Joel R Malin es profesor adjunto del Departamento de Liderazgo de Miami, University-Oxford, Ohio. Su interés se centra en las conexiones entre investigación, política y educación.
Comentarios
Añadir nuevo comentario