Luego de cerca de dos horas de discusión el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11) fue aprobado por el Senado la tarde del martes 11 de octubre de 2022. Con 27 votos a favor, 10 en contra y una abstención, el acuerdo solo espera a ser promulgado por el presidente Gabriel Boric para que entre en vigencia. 

La aprobación del tratado contó con los votos de la derecha y varios votos de la centro y centro izquierda ex concertacionistas, con lo que se produjo una mayoría circunstancial compleja, en tanto el oficialismo votó dividido; por una parte, quienes respaldaron la gestión del ministro de Hacienda, Mario Marcel (ex socialista), quien considera importante este hito para recuperar la inversión, y quienes siguen la doctrina de Apruebo Dignidad, la coalición que postuló a Boric, que consideran que el TPP11 lesiona la soberanía económica del país al comprometerlo con instancias deliberativas internacionales en casos de diferencias y que frena un modelo más cercano al desarrollismo.

Con esto, quedaron derrotados en La Moneda quienes fueron fervientes opositores de la ratificación del acuerdo y quienes impulsan un cambio del modelo económico, lo que incluye al mismo presidente Gabriel Boric -quien públicamente rechazó el TPP11 cuando era diputado-, pues la firma del acuerdo puede considerarse como un ladrillo más que robustece la estrategia de crecimiento impulsada en el periodo de los llamados '30 años'.

"Discusión inmediata al TPP-11 es inaceptable. Debate estretégico sobre modelo de desarrollo es parte esencial de proceso constituyente del que estamos ad-portas. Desde el Frente Amplio buscaremos detener a quienes quieran aprobarlo entre gallos y media noche", escribió el mandatario en sus redes sociales un 7 de enero de 2021. También, en algunas sesiones de Sala, se presentó con una polera que incluía la consigna de #NoTPP. 

Quedaron derrotados en La Moneda quienes fueron fervientes opositores de la ratificación del acuerdo y quienes impulsan un cambio del modelo económico, lo que incluye al mismo presidente Gabriel Boric -quien públicamente rechazó el TPP11 cuando era diputado-, pues la firma del acuerdo puede considerarse como un ladrillo más que robustece la estrategia de crecimiento impulsada en el periodo de los llamados '30 años'.

La iniciativa fue aprobada pese a los esfuerzos de Apruebo Dignidad para evitar su votación. Los senadores comunistas y el senador frenteamplista Juan Ignacio Latorre, junto a los senadores Alfonso de Urresti (PS), Yasna Provoste (DC) y los independientes Fabiola Campillai y Karim Bianchi, presentaron dos sugerencias de declaración interpretativa, pero, al ser ‘sugerencias’ deben ser discutidas una vez la votación sea realizada. 

Se trató de sugerencias que buscaban observar normas que restrigen a las empresas del Estado y mecanismos de solución de controversias que pueden ser perjudiciales para los interes nacionales, de modo que el Presidente las pueda tomar en consideración al promulgar el tratado, las que -de todos modos- fueron rechazadas posteriormente, por 22 votos contra 8.

Apenas un amague de operación senatorial oficialista contra el acuerdo de libre comercio, pues la suerte de su aprobación estaba ya echada con los respaldos obtenidos por Marcel y -con su llegada a Interior- Carolina Tohá (PPD). 

De hecho, por parte del PPD, hace ya varias semanas atrás su presidenta, Natalia Piergentili, señaló que esperaba que su bancada aprobara la iniciativa. Desde su perspectiva, en lo económico, era importante enviar señales de pro inversión tomando en cuenta el complejo panorama económico del mundo y Chile, una preocupación que Marcel ha convertido en la política pública que guía las acciones del Gobierno. 

Pese a que la línea oficial la estaba dibujando claramente Marcel, Boric elaboró una estrategia paralela para contener los efectos políticos adversos, en la que se buscó en paralelo mostrar a la opinión pública que la aprobación del TPP11 está sujeta a la resolución de ciertas inquietudes -via las side letters (cartas laterales) que permiten negociar bilateralmente con los diez países firmantes, cambios a los términos generales establecidos por el acuerdo, una vez dentro- y endilgando la decisión al Senado, al respetar su 'voluntad' en la discusión de su tramitación. 

Una estrategia débil a juzgar por varias voces del oficialismo que se opuso al TPP11, pues su ratificación por parte del Senado, mientras aún se discuten las side letters con el resto de los países, dejan a Chile con poco margen, ya que el país ya tiene el tratado aprobado.

De tal modo, Boric abdicó de su potestad de retirar el asunto de la discusión en el Senado, conforme el artículo 132 del reglamento de dicha corporación, el que reafirma el carácter del Presidente de rector de la política exterior y por lo tanto principal responsable de sus acuerdos internacionales. En otras palabras, Boric renunció a zanjar el el asunto en coherencia con su Programa de Gobierno y la doctrina que hay detrás por parte de Apruebo Dignidad. 

Por el momento, las gestiones en torno a las side letters comandadas por el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada (Plataforma Socialista), se ha desarrollado bajo un complejo hermetismo y no ha existido información -más allá de cómo estas han sido respondidas por los otros estados miembros del TPP11.

Una estrategia débil a juzgar por varias voces del oficialismo que se opuso al TPP11, pues su ratificación por parte del Senado, mientras aún se discuten las side letters con el resto de los países, dejan a Chile con poco margen, ya que el país ya tiene el tratado virtualmente aprobado.

Más complejo aún es el escenario actual, ya que el Gobierno cuenta con un tiempo escaso de negociación bilateral en una tramitación que suele durar meses, por lo que tendrá que imprimir una vigoroza celeridad si planea tener los acuerdos antes de la promulgación y que esta no se extienda hasta que las presiones política se hagan insostenibles.  

Los 130 minutos de debate

En las cerca de dos horas que duró la sesión en el hemiciclo del Senado, el debate estuvo marcado por las ventajas y desventajas que ofrecía la firma del TPP11 para Chile. También fue discutida la visión respecto de interpretaciones falsas sobre el tratado, la postura del Gobierno y la preponderancia de los tribunales internacionales. 

"Necesitamos otorgar valor a las cadenas de producción: pretendemos una nueva estrategia de desarrollo y nos proponemos la industrialización del sector exportador salvo por los cerrojos que se imponen este tratado", señaló la senadora Yasna Provoste (DC). 

En una línea similar, la senadora Claudia Pascual (PC) declaró que "creo que este tratado hipoteca las posibilidades de tomar decisiones respecto a qué estrategia de desarrollo queremos para el país. Por lo tanto, nos debilita en materia de estrategia industrializadora y en las empresas estatales porque inhibe decisiones que el Estado pueda adoptar".

Por otra parte, la senadora Ximena Rincón (DC), sostuvo que "lo que hoy discutimos es la continuidad histórica de una política que han llevado adelante gobiernos de distinto signo político [...] En el mismo tratado se establecen normas que resguardan el derecho de los estados y hoy muchas regiones esperan reactivarse".

El Gobierno, de forma privada, había solicitado a los comités parlamentarios dos meses de espera para votar el proyecto, pues argumentaban que ese era el tiempo que necesitaban para poder negociar las side letters con los otros países firmantes del tratado. 

Otro de los puntos comentados en las intervenciones se refería a las desinformaciones que habrían en torno al TPP11. En ese sentido, el senador Felipe Kast (Evópoli) señaló en el hemiciclo que "este tratado es el que ha recibido mayores ataques de desinformación de los últimos años. La miel y el filete de salmón podrán venderse con aranceles bajísimos así ampliaremos nuestra canasta exportadora. Es el tratado más progresista de nuestra historia".

Declaraciones similares tuvo el senador Sergio Gahona (UDI) quien indicó que "existe un engaño a la ciudadanía con afirmaciones falsas. El TPP11 establece un comercio de bienes y servicios claro, no limita la soberanía ni los tribunales internacionales nos perjudicarán".

Por otro lado, el senador Fidel Espinoza (PS), puso foco en los problemas económicos del proyecto para Chile y afirmó que "nadie menciona que a lo largo de los 8 años que deben transcurrir hasta entrar en régimen, Chile dejará de percibir millones de dólares por la menor recaudación de aranceles y de IVA. Hasta ahora no hemos sabido cuáles son las políticas en este acuerdo que mejorarían el bienestar de la población".

Respecto a la posibilidad del Ejecutivo de retirar el proyecto de su tramitación, el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) señaló que "también valoro la actitud del presidente Boric que no ha cedido a las presiones y no ha retirado el proyecto. El gobierno solo ha fijado una preocupación que es el mecanismo de controversias y ha fijado un curso de acción".

La derecha olió la sangre

Asimismo, una de las dudas que sembraron los senadores que votaron en contra del TPP11, guardaba relación con la rapidez en que este acuerdo fue votado en Sala. Esto, pues, señalaron, el Gobierno habla a través de urgencias legislativas, y esta administración no había hecho uso de esa carta respecto del tratado. 

Asimismo, el Gobierno, de forma privada, había solicitado a los comités parlamentarios dos meses de espera para votar el proyecto, pues argumentaban que ese era el tiempo que necesitaban para poder negociar las side letters con los otros países firmantes del tratado. 

Desde la otra vereda, los senadores favorables al acuerdo esgrimieron que este llevaba más de 25 urgencias propuestas por gobiernos anteriores y que ahora era el momento de ratificarlo, dada la estrechez económica del país.

En lo concreto, el Ejecutivo no pudo evitar que la oposición pusiera la votación en tabla y que fuera ratificado posteriormente sin darle cintura para ninguna evasiva o postergación en busca de tiempo para juntar fuerza políica para oponerse. 

A la espera de las respuestas de las side letters quedará la firma de Boric para promulgar el tratado, pues era parte del Ejecutivo tener finalizadas estas negociaciones para su aprobación. “El Presidente ha decidido esperar el avance de las cartas bilaterales antes de ratificar el acuerdo”, señaló la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, desde el hemiciclo.

De todas formas, la firma de Boric para promulgar el tratado está a la espera de las respuestas de las side letters. “El Presidente ha decidido esperar el avance de las cartas bilaterales antes de ratificar el acuerdo”, señaló la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, desde el hemiciclo.

En contraposición, no se descarta que desde la oposición una fuerte presión para que esta firma se dé cuanto antes, sin esperar la réplica de los otros estados. 

Resultado de la votación en el Senado:

A favor:

Carmen Gloria Aravena (Independiente-Evópoli)

Pedro Araya Guerrero (Independiente-PPD)

Juan Enrique Castro (PS)

Juan Antonio Coloma (UDI)

Luciano Cruz-Coke (Evópoli)

José Miguel Durana (UDI)

Luz Ebensperger (UDI)

Sergio Gahona (UDI)

Rodrigo Galilea (RN)

José García Ruminot (RN)

María José Gatica (RN)

José Miguel Insulza (PS)

Felipe Kast (Evópoli)

Sebastián Keitel (Evópoli)

Alejandro Kusanovic (Independiente-RN)

Carlos Kuschel (RN)

Ricardo Lagos Weber (PPD)

Javier Macaya (UDI)

Iván Moreira (UDI)

Manuel José Ossandon (RN)

Rafael Prohens (RN)

Ximena Rincón (DC)

David Sandoval (UDI)

Gustavo Sanhueza (UDI)

Jorge Soria (PPD)

Enrique Van Rysselbergue (UDI)

Matías Walker (DC)

En contra:

Karim Bianchi (Independiente)

Fabiola Campillai (Independiente)

Alfonso De Urresti (PS)

Fidel Espinoza (PS)

Francisco Huenchumilla (DC)

Juan Ignacio Latorre (RD)

Daniel Núñez (PC)

Claudia Pascual (PC)

Yasna Provoste (DC)

Alejandra Sepúlvera (FRVS)

Abstención:

Jaime Quintana (PPD)

Pareos: 

Álvaro Elizalde (PS) - Ximena Órdenes (Independiente-PPD)