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Jueves, 17 de Julio de 2025
[Sábados de streaming]

Jimmy Savile, una historia de terror británica: Un siglo que juzga al anterior

Juan Pablo Vilches

Los monstruos del terror decimonónico vivían en y de la oscuridad, mientras que este monstruo del siglo XX creció a plena luz del día y con millones de ojos mirándolo. Este documental se pregunta cómo fue posible.

Hay un dicho atribuido a Abraham Lincoln que sirve de consuelo ante la aparente omnipotencia de la mentira y la eterna impunidad de los mentirosos: “Se puede engañar por mucho tiempo a pocas personas, y se puede engañar por poco tiempo muchas personas, pero no se puede engañar por mucho tiempo a muchas personas”. 

¿Seguro? ¿Siempre es así? ¿Qué pasa cuando las “muchas personas” quieren o necesitan ser engañadas? ¿Qué pasa cuando en ese “mucho tiempo” el mentiroso los atrae a todos dentro de su red?

El escándalo por los cientos de acusaciones de pederastia y abuso sexual contra el excéntrico conductor y filántropo inglés Jimmy Savile, dinamitó definitivamente el proverbio de Lincoln, llevándose consigo además el mito del efecto depurador de la exposición pública, pues Savile repetidamente dio pistas al respecto en la forma de chistes y frases disparatadas para animar una conversación aburrida, y casi nadie las notó. La verdad siempre estuvo ahí, a la vista de personas que no querían creerla o que fueron formadas en un entorno mediático que les impidió percatarse de las señales e interpretarlas correctamente.

El escándalo por los cientos de acusaciones de pederastia y abuso sexual contra el excéntrico conductor y filántropo inglés Jimmy Savile, dinamitó definitivamente el proverbio de Lincoln (...) La verdad siempre estuvo ahí, a la vista de personas que no querían creerla o que fueron formadas en un entorno mediático que les impidió percatarse de las señales e interpretarlas correctamente.

Siendo Jimmy Savile una figura legendaria de la British Broadcasting Corporation (BBC), era absolutamente esperable que el documentalista Rowan Deacon construyera el relato del ascenso y caída del conductor sobre la base del archivo de la BBC. La primera parte del documental (titulada “Construyendo al monstruo”) es un perfil completísimo de su persona pública, sostenido en su forma de conectar con la gente normal y el aún más llamativo encanto que despertaba en políticos y figuras de la realeza.

Por su éxito recaudando fondos para obras benéficas –parecidas a nuestra Teletón–, Margaret Thatcher lo consideraba un ejemplo del “emprendedor” que haría del Reino Unido una sociedad próspera. En tanto, el príncipe Carlos recurría a su capacidad para conectar con el público británico a fin de que le corrigiera y hasta redactara sus discursos. 

La construcción del monstruo, entonces, puede leerse como el ascenso de este hipnotizador hasta ser nombrado Caballero del Imperio Británico, para vergüenza de este último, proceso que está acentuado por los testimonios de sus víctimas. Y no hablamos de las víctimas de abuso –ellas aparecerán en la segunda parte– sino de las víctimas de su engaño.

Prestigiosos productores, animadores y reporteros de la BBC –que compartieron pantalla con Sir Jimmy– desfilan en este documental mostrando pasmo y cierto arrepentimiento por haber ayudado a encumbrar a alguien así. Sin embargo, lo más interesante está en el montaje de esos testimonios con las apariciones del propio Savile, las que “mágicamente” pasan a tener un significado distinto del que tuvieron cuando fueron emitidas por primera vez. 

En otras palabras, con ese recurso tan simple de juntar imágenes de archivo con la voz de estos testigos, esas imágenes nos llegan significando dos cosas a la vez: lo que vieron los inocentes espectadores del Siglo XX, y las pistas que confirman la historia de horror que supo mantenerse oculta durante cinco décadas hasta la primera década del siglo XXI. 

En otras palabras, con ese recurso tan simple de juntar imágenes de archivo con la voz de estos testigos, esas imágenes nos llegan significando dos cosas a la vez: lo que vieron los inocentes espectadores del Siglo XX, y las pistas que confirman la historia de horror que supo mantenerse oculta durante cinco décadas hasta la primera década del siglo XXI. 

Porque antes que todo, el corazón del documental descansa en una pregunta pública: ¿cómo Savile pudo hacer lo que hizo con los ojos de un país completo mirándolo todos los días? En cambio, la pregunta privada (¿por qué lo hizo?) no es importante. No hay historia de su vida ni un perfil escudriñando en su infancia, salvo alusiones fugaces sobre su intensa relación con su madre, que ya era objeto de curiosidad. 

Dicho esto, el documental no es sobre el individuo Jimmy Savile, sino sobre la persona pública que llevaba ese nombre y que se movía en un ecosistema particular, permanentemente iluminado por los focos y las cámaras del broadcasting del siglo pasado: el de la comunicación de masas, donde estas últimas consumían y –aunque suene fuerte– tragaban lo que les lanzaban. Lo que acalló por décadas las denuncias que aparecían. 

La segunda parte del documental, “Hallando al monstruo”, entonces, podría interpretarse como la crónica del develamiento. Del hallazgo de lo que siempre estuvo. De la disolución del efecto halo generado por la repetición de una imagen y un mensaje ante una masa de individuos aislados, incapaces de responder eficazmente y de interconectarse de manera visible para los medios de masas.

El recurso utilizado, y de buena manera, es el seguimiento de los pocos periodistas que reaccionaron a lo que les tocó ver. Uno de ellos, como testigo directo del acceso de Savile a las adolescentes recluidas en un reformatorio regentado por su tía; otra, haciéndose eco de los rumores sobre la predilección de Sir Jimmy por las menores de edad y haciéndole directamente la pregunta en una entrevista publicada en un periódico importante.

El único testimonio en cámara de una víctima abusada –tras décadas de silencio– es lo suficientemente elocuente y doloroso como para que no parezca necesario recurrir a más, pero sí da tiempo para que uno de los periodistas lea los comentarios que publicó la gente en internet cuando Savile falleció en 2011. Otro que se fue sin pagar.

Si bien en su vejez, Savile alcanzó a ser consultado y cuestionado por los rumores que daban vueltas sobre su vida privada, el escándalo estalló después de su muerte, en parte por la posibilidad que da internet de que personas desconocidas entre sí, pero con experiencias comunes, puedan conocerse y apoyarse.

Si bien en su vejez, Savile alcanzó a ser consultado y cuestionado por los rumores que daban vueltas sobre su vida privada, el escándalo estalló después de su muerte, en parte por la posibilidad que da internet de que personas desconocidas entre sí, pero con experiencias comunes, puedan conocerse y apoyarse; en parte porque el gran hombre ya no estaba allí para que su imagen fuera proyectada sobre todos los demás.

En perspectiva, el ascenso y caída de la persona pública de Savile puede leerse como la mirada crítica de nuestro siglo de la información digital y en red, al siglo XX de la radiodifusión unidireccional hacia una audiencia sumisa y cautiva. Una crítica demoledora, al punto de usar como leit motif la destrucción de la lápida de la tumba de Savile y el epitafio que escogió: “Fue bonito mientras duró”. 

Un chiste cruel que –como todo en la vida de sir Jimmy– fue comprendido mucho después y demasiado tarde.

 

Acerca de…
Título: Jimmy Savile, a British Horror Story (2022)
Nacionalidad: Reino Unido y EE. UU.
Dirigido por: Rowan Deacon
Duración: 170 minutos (dividido en dos partes) 
Se puede ver en: Netflix

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LA FRASE DEL PRESIDENTE ABRAHAM LINCOLN FUE: "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo"..

siempre habrá alguien que quiere ser engañado y esos son los mas peligrosos

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