El llamado estallido social ha generado no solo controversia política y en las calles, sino que también en espacios mucho más reducidos, como las escuelas.

Uno de estos episodios se produjo en un prestigioso colegio católico de la capital, el colegio Notre Dame de Peñalolén, y tuvo como protagonista a una de sus profesoras y a la actual ministra del Deporte y ex vocera de gobierno, Cecilia Pérez.

La escuela depende del Arzobispado de Santiago y acoge a sus alumnos con una cuota anual que va del millón y medio de pesos hasta dos millones, con una matrícula de cerca de $350.000. 

En el contexto de las movilizaciones, el colegio realizó diversas jornadas de reflexión y diálogos. Para los días 11 y 12 de noviembre el centro de estudiantes organizó jornadas de cabildos, donde se iban a tratar temas tales como el sistema de salud y las pensiones, los pueblos originarios y los derechos humanos, entre otros.

Los alumnos -desde algunos de enseñanza básica hasta los cursos más avanzados de la educación media- iban rotando cada cierto tiempo para conversar en cada una de las mesas temáticas. En ese contexto, una de las hijas de la ministra Pérez asistió a la mesa de derechos humanos, que era moderada por la profesora Marta Aguilera, quien imparte clases de historia en ese colegio hace cerca de diez años a alumnos de la enseñanza media,  y quien también es apoderada del colegio.

Esa misma tarde, tras finalizar estas actividades, la ministra Pérez envió un correo al rector del establecimiento, Carlos Ossa. En el correo, proporcionado a INTERFERENCIA por la misma ministra, ella expresó su molestia por lo que consideró como "proselitismo político" por parte de la profesora Aguilera, lo que habría afectado a su hija.

"La profesora de historia les señaló a los alumnos que todo lo que está sucediendo era culpa de Piñera y sus ministros y ministras. Que Piñera era un estafador, y que tanto Piñera como Chadwick debían responder a la violación a los derechos humanos, abusos sexuales y violencia, y agregó que por todo esto la gente los odiaba. También les preguntó a los alumnos quien  había marchado y que levantaran las manos, para posteriormente, instarlos a marchar por todo lo que estaba sucediendo", expresa Pérez en su correo.

"Realmente considero que esta profesora violentó los derechos de mi hija, dejando de lado su labor de docente, para asumir un rol de proselitismo político que no corresponde", consigna el e-mail.

Al día siguiente de enviado este correo, la segunda jornada de cabildo no se realizó en el Notre Dame.

"Respecto a las acusaciones que la apoderada señala, quisiera establecer que esos diálogos no se desarrollaron en mi mesa, lo que yo recuerdo de esa mesa y que he buscado contrastar con otros estudiantes de otros niveles y profesores que también estuvieron presente en ese momento, es que se plantearon conceptos centrales de violación a los derechos humanos", asegura la profesora en un correo donde responde ante las consultas del rector.

Según Aguilera, en la actividad, los estudiantes realizaron preguntas y salió como ejemplo la responsabilidad que podría tener un profesor, como funcionario público, en caso de estar implicado en un delito de derechos humanos.

"Quisiera compartir mi sentir, en tanto en que quien hace esta serie de acusaciones es una ministra de Estado, quien ha escrito a la máxima autoridad del colegio una serie de mentiras sobre mi actuar, me pregunto si tendría relación directa con el hecho de que soy la presidenta del sindicato de trabajadores", consiga el correo de Aguilera.

La acusación de proselitismo político fue conocida recientemente por los profesores. Dos de ellos aseguran que en ningún momento se buscó dar opiniones o influir en las apreciaciones de los alumnos.

"Yo estuve en la mesa de la profesora Marta, y ahí se dijo que todos los trabajadores del estado tienen responsabilidad frente a la ciudadanía. Un estudiante preguntó por un ejemplo en el que un profesor del Estado comete un delito de derechos humanos. Ella fue cuidadosa, también porque lleva muchos años en el colegio", comentó a INTERFERENCIA la profesora Alejandra Vargas.

"No tiene sentido la acusación, nosotros los profes de historia trabajamos temas controversiales, la economía, la sociedad, además nuestra última unidad corresponde, en el curriculum, a la educación cívica. Pero tuvimos mucho cuidado, incluso definimos como grupo de profesores cómo íbamos a conversar con los alumnos en los cabildos", agrega Vargas.

La docente dice que el cabildo fue incluso una instancia "enriquecedora y motivante", donde los alumnos participaron y debatieron en calma.

"Yo conozco a Marta, he visto sus clases, no estuve presente en el cabildo que ella lideraba, pero ella nunca hace proselitismo político. Ella busca siempre que los chiquillos reflexionen frente a la evidencia", comenta José Miguel Muñoz, profesor de Física en el mismo colegio.

La tormenta tras el correo de Cecilia Pérez

Según estos profesores, nunca antes habían recibido una queja formal por parte de Cecilia Pérez, quien es apoderada desde hace años. También dicen que el correo de la ministra sería la única queja que habrían tenido sobre los cabildos. 

Sin embargo, Vargas, profesora de historia de enseñanza básica, recibió un poco después del episodio de los cabildos otro reclamo por parte de algunos apoderados en el curso donde asiste la otra hija de Pérez. En la ocasión se argumentó una molestia formal por una tarea sobre los pueblos indígenas y la asamblea constituyente que se les mandó a hacer a los alumnos. El reclamo no incluyó la firma de Pérez.

Tras el correo de Cecilia Pérez comenzó un proceso que el establecimiento denomina protocolo, y que implica una breve investigación acerca de lo que acusa Pérez. Esto derivó en que la profesora aludida pudiera responder. También fueron entrevistados otros profesores y alumnos que presenciaron la actividad.

"A mi nunca el colegio me dijo que iba a hacer una investigación. No he sido llamada para hablar sobre esa investigación y no tenía idea que se estaba investigando el tema. Yo hablé con el rector cuando pasó esto y él me pidió que lo hiciera por escrito, y así lo hice", expresó la ministra a INTERFERENCIA.

"Yo le creo a mi hija, absolutamente. En el colegio de mis hijas soy madre, no soy ministra, y las voy a defender siempre, y no puede ser que ser ministra sea un menoscabo para defender los derechos de ellas", agregó.

Consultada sobre la cancelación de la segunda jornada de cabildo, respecto a si ella pensaba que se relacionaba con su reclamo, Pérez respondió: "No creo que tenga que ver con mi reclamo, lo que yo sé es que el colegio recibió muchos reclamos y el colegio decidió autónomamente suspender la jornada".

En cambio, los profesores consultados creen que ambos hechos sí se relacionan.

"Que se suspendieran el cabildo tiene que ver con el mail de Cecilia Pérez. Claramente hubo un liderazgo de ella contra los profes de historia", opina Vargas.

Los profesores consultados creen que la investigación interna va a demostrar que la profesora Marta Aguilera no afirmó lo que Pérez dice en su correo. Consultada sobre esto, Aguilera dice estar "muy tranquila", aunque no quiso referirse al resultado del protocolo.

"Tras el resultado del proceso, quisiera una disculpa por parte de la apoderada, ya que se escribieron mentiras, acusaciones graves en mi contra, lo que yo puedo interpretar como una forma de amedrentamiento", afirma Aguilera.