En un resultado inédito para la historia de Italia desde el triunfo del fascismo, hace 100 años, -tras la Marcha sobre Roma liderada por Benito Musolinni,- la política Giorgia Meloni logró el triunfo de su partido y la alianza de ultraderecha en las elecciones parlamentarias de Italia de este domingo 25 de septiembre.
La coalición ganadora está formada por los partidos Hermanos de Italia, de Meloni, La Liga y Forza Italia, partido creado por Silvio Berlusconi. El conglomerado logró el 44% de los votos en el Senado y en la Cámara de Diputados, lo que llevará a la presidenta del partido más votado, Giorgia Meloni, al puesto de primera ministra, y la primera mujer que ocupe este cargo en la historia de ese país.
El triunfo de Meloni, de Hermanos de Italia, no ha dejado de sorprender a analistas europeos, que ven al fascismo y al neofacismo como germen ideológico de este partido. Hermanos de Italia logró subir su porcentaje de votación del 4,3% en 2018 a 26% este domingo, un crecimiento que de todas formas va de la mano con la elección con más baja participación en los últimos años, con 64%, nueve puntos menos que hace cuatro años.
Meloni, con un fuerte discurso anti inmigrantes, homofóbico y contrario a la diversidad de género y orientaciones sexuales, se aleja del facismo clásico en su enfoque económico neoliberal. Sus aliados Europeos, como Hungría de Víktor Orban, Vox en España y Polonia, presidida por el ultraconservador Andrzej Duda, han dado respaldo al triunfo de Hermanos de Italia, sin embargo, aún hay dudas sobre la postura que tomará Meloni respecto a la guerra de Ucrania y las restricciones económicas aplicadas a Rusia, que han afectado fuertemente la economía italiana.
“Pienso que Mussolini fue un buen político. Todo aquello que hizo, lo hizo por Italia. No ha habido otros políticos como él en los últimos 50 años”, afirmó Meloni en su juventud, palabras de las que ha intentado desmarcarse, sin mucho ahínco. “Históricamente también produjo mucho, pero eso no lo salva”, afirmó en 2006.
Hermanos de Italia se formó en 2012, partido heredero del Movimento Sociale Italiano (MSI), de origen fascista. A pesar de que Meloni se ha enfocado, en sus últimas intervenciones en la prensa, en descartarse como un partido fascista, lo cierto es que sigue de cerca esta ideología. En sus Tesis de Trieste, documento que emitió su partido en 2017, se posicionan como un partido conservador en contra de los valores de la Ilustración, tal como Mussolini cuando afirmaba estar en contra de los principios “de 1789”, haciendo referencia a la Revolución Francesa. En el documento interpelan a la población a luchar contra el dominio de la razón por sobre la tradición, reconocimiento a la tradición como la Europa cristiana de hace 300 años.
“Nuestra civilización”, escribe Fratelli d'Italia, “es ahora agredida en sus estructuras constitutivas por un ataque concéntrico llevado a cabo en nombre de la lucha contra los prejuicios, con el mismo esquema ideológico que la Ilustración inauguró por primera vez su cruzada en nombre de la razón contra la autoridad de la tradición”.
De estas ideas deriva el patriotismo extremo, su política anti inmigrantes y su conservadurismo en temas como los derechos reproductivos de las mujeres, diversidad sexual, derechos civiles, entre otros. A esto se suma su fuerte anticomunismo y el apoyo al libre mercado y a los privados.
"O se dice 'sí' o se dice 'no'. 'Sí' a la familia natural, 'no' a los lobbies lobby LGBT. 'Sí' a la identidad sexual, 'no' a la ideología de género. 'Sí' a la cultura de la vida, 'no' al abismo de la muerte. 'Sí' a la universalidad de la cruz, 'no' a la violencia islamista", declaró Meloni en un discurso en España, en apoyo al partido Vox, en junio pasado.
Para muchos analistas, el resultado del domingo responde al desinterés ciudadano por una política que desde hace años viene arrastrando sendos casos de corrupción y con un fuerte debilitamiento de los partidos tradicionales, de izquierda, centro y de derecha, lo que ha llevado a que la población opte por líderes carismáticos, populistas o tecnocráticos.
“Italia constituye el ejemplo más acabado, más extremo y más temprano de un proceso general que se está viviendo en muchos países europeos con grados variables de intensidad. Dicho proceso consiste en la disolución progresiva del papel intermediador que desempeñan los partidos políticos entre la sociedad civil y el Estado. Cuando los partidos no logran organizar la competición política, la democracia se desordena y entra en fase de turbulencias”, comentó en la Revista CTXT el cientista político Ignacio Sánchez-Cuenca.
“A estas alturas, tras casi treinta años de desorden, parece advertirse un patrón dentro del caos. Se repite una secuencia que se puede resumir de forma muy esquemática: crisis de los partidos tradicionales – gobierno antiestablishment (Berlusconi) – gobierno tecnocrático (Monti) – gobierno antiestablishment (Conte) – gobierno tecnocrático (Draghi). El hecho de que el ciclo se recorra dos veces seguidas indica que los italianos no han encontrado aún un principio estabilizador de la competencia política”, consigna Sánchez-Cuenca.
En tanto, este lunes el líder de la derecha tradicional, del partido La Liga, Matteo Salvini, prometió que su alianza con los Hermanos de Italia generará un gobierno duradero.
Meloni, en Chile, mantiene contacto con José Antonio Kast y el partido Republicano. Ha coincidido en distintos foros internacionales con él y han interactuado por redes sociales, incluyendo el saludo que este sábado Kast le dedicó.
Comentarios
Se filtró un correo del EMCO
Ahora, si el partido
Jajajaja ,y también financian
Ve don Mauricio que aún "la
Aún así...Imagínese esa
y la foto de José Antonio
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