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Sábado, 2 de Agosto de 2025
[Hace 50 años]

Sergio Onofre Jarpa: un 'perro grande' de la política

Hugo Mery

Calificado como “un hombre duro”, el presidente del Partido Nacional fue entrevistado por la revista Ercilla en los últimos días de abril de 1973.

Sergio Onofre Jarpa, aliado de los socialistas. Esto, que parece un cuento de política-ficción, ocurrió efectivamente, pero a fines de la década de 1930. Eran los tiempos de Aguirre Cerda y de las invasiones nazis en Europa; el grupo nacionalista Vanguardia Popular Socialista, al cual pertenecía el actual presidente del Partido Nacional, realizaba concentraciones en el Caupolicán con el PS de Marmaduke Grove y Salvador Allende. El objetivo era estructurar un movimiento "nacional, popular y revolucionario": una "tercera posición" muy emparentada con los ideales proclamados por el APRA peruano. 

El experimento fracasó (los socialistas no aceptaron la condición de irse del gobierno del Frente Popular) y el adolescente agricultor Jarpa Reyes decidió retirarse de la política. Volvió al campo que su padre arrendaba en Melipilla y cuya administración le había confiado, dejando inconcluso su último curso de humanidades. Atrás quedaron seis años de internado en el Patrocinio de San José, donde los curas salesianos imponían una rígida disciplina: salida una vez durante el año escolar y supresión de visitas dominicales y comida nocturna para los "porros". 

En vísperas de la crucial elección del 64, este huaso desconfiado de los partidos fue tentado por otro "general sin tropa": Jorge Prat Echaurren. Lanzado al ruedo electoral con el auspicio del Partido de Acción Nacional, muy pronto debió abandonar la lucha.

Una vida tan monacal resultó al principio difícil para un "niño de campo", acostumbrado a las travesías hacia la escuela en carreta lechera y a las carreras de caballos en pleno pueblo, con los carabineros persiguiéndolo. Pero terminó por definir su carácter, que lo convirtió en el "duro" por excelencia de la política chilena. Después de participar en la fundación del Partido Agrario Laborista (en 1947, con el rebelde ex conservador Jaime Larraín García Moreno), Sergio Jarpa fue durante 14 años un solitario y no realizado político. Marginado de su partido por el apoyo a Carlos Ibáñez ("me gustaba el general, pero tenía mala idea del grupo de amigos que lo acompañaba"), adhirió al derechista Arturo Matte. No siguió "la línea" en la presidencial del 58, donde prefirió a Frei en vez de Alessandri. 

Hitler y Mussolini 

En vísperas de la crucial elección del 64, este huaso desconfiado de los partidos fue tentado por otro "general sin tropa": Jorge Prat Echaurren. Lanzado al ruedo electoral con el auspicio del Partido de Acción Nacional, muy pronto debió abandonar la lucha: "Las personalidades independientes y de carácter voluntarioso no tienen cabida", explicó. Hubo que votar otra vez por Frei, para convertirse, durante su gobierno, en despiadado opositor. 

Adiós a la jefatura del PN 

En la testera del Partido Nacional desde su fundación en 1966 (primero como vicepresidente, después como jefe máximo), Sergio Onofre Jarpa destacó en la suma de liberales, conservadores, nacionalistas e independientes de derecha. Terminó su época marginal y de un día para otro se convirtió en vedette, hasta el punto de que en la última senatorial sus parciales lo proclamaron "futuro presidente de la República". 

Separado de su primera esposa, está casado con Silvia Moreno, activa militante del partido, al igual que tres de sus hijos (el mayor no puede: es teniente de la Armada). Senador a los 52 años, es más conocido por su segundo nombre: Onofre. Ese fue el título de la rítmica cumbia que le dedicaron sus adversarios en la última campaña y que él declara no conocer, a despecho de su calidad de hit radial. 

"Mussolini y su movimiento eran tema de interés permanente para todo joven occidental. Pensábamos que cada pueblo debía crear sus propias instituciones y desarrollar soluciones para sus problemas". 

-A usted se le acusa de "nazi". ¿Cuál es su juicio histórico sobre esa doctrina y Adolfo Hitler? 

-Se cae en una confusión increíble. Ningún chileno de posición nacionalista y, por lo tanto, defensor de la independencia y la soberanía del país, puede comprometerse con doctrinas foráneas. No integré el Movimiento Nacional Socialista de González von Marees. Los de la Vanguardia Popular repudiamos la invasión alemana a Polonia y también la soviética. Éramos integrales al condenar y absolutamente contrarios al sistema hitleriano de avasallar un país tras otro. Por lo demás, Hitler no era nacionalista, sino racista: ponía el acento en la raza, no en los valores de la nacionalidad. 

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Jarpa montando a Chiripa.
Jarpa montando a Chiripa.

-¿Y el fascismo italiano? 

-Mussolini y su movimiento eran tema de interés permanente para todo joven occidental. Pensábamos que cada pueblo debía crear sus propias instituciones y desarrollar soluciones para sus problemas. 

-El "nacionalismo" más radicalizado está expresado hoy en Chile por "Patria y Libertad". ¿Qué opina de la posición de su jefe, Pablo Rodríguez, en el sentido de que las últimas elecciones determinaron un empate institucional y que, por lo tanto, ¿la salida no es política? 

-Pablo Rodríguez tiene derecho a expresar sus propias opiniones. Yo pienso que, si la mayoría de los chilenos libres se organiza para frenar la escalada marxista en todas las actividades, el país puede salir de la actual situación. El mayor problema no es la acción comunista, sino la inercia, el egoísmo y la irresponsabilidad de quienes no Ia aceptan. Si pasamos de las palabras a las acciones concretas, si abandonamos las denuncias y pasamos a la ofensiva, lograremos un cambio. 

-Precisando más., ¿a qué tipo de acciones se refiere? 

-En primer lugar, enfrentar unidos hasta la más ínfima elección en un centro de madres. Así, los marxistas las perderían todas. Ellos quieren instrumentalizar la educación a través de la ENU. No hay que aceptarla, entonces, en ningún establecimiento educacional. Lo mismo puede hacerse frente al reajuste discriminatorio. 

"Creo que todo lo que se está haciendo en Chile corresponde a una planificación meticulosa para alcanzar objetivos muy claros: la conquista del poder total para el Partido Comunista".

-El senador Francisco Bulnes sugirió, además, el bloqueo legislativo a todos los proyectos del gobierno. Adujo que éste había caído en la "ilegitimidad de ejercicio". 

-Es una cuestión que el partido todavía no ha estudiado. Si se le declara ilegítimo, es lógico que el Congreso no puede seguir reconociéndolo. Es la última instancia que estamos dispuestos a considerar, junto a los demás partidos de oposición.  

-Y frente a la requisición de 41 empresas por la vía del decreto de insistencia, ¿es partidario de acusar constitucionalmente a todo el gabinete? 

-Esa situación la tratará la comisión política. Nos parece una demostración más de la falta de respeto de este gobierno a la Constitución. Mientras estuvieron las FF. AA. en el gobierno, estas cosas no ocurrieron. Si la medida es legítima, ¿por qué se esperó a que los militares se marcharan? 

-Renán Fuentealba, presidente del PDC, dijo que el gobierno no era ineficiente, sino autor de un plan para destruir a la economía y someter a los chilenos. ¿Qué piensa usted? 

-Creo que todo lo que se está haciendo en Chile corresponde a una planificación meticulosa para alcanzar objetivos muy claros: la conquista del poder total para el Partido Comunista. El desabastecimiento, por ejemplo, aparece como uno de los problemas más serios del gobierno y es, sin embargo, la mejor arma de presión. 

-Hay otra frase de Renán que a usted se la sacaron mucho durante la última campaña: “El PN es la misma derecha de ayer, más nazis de hoy y siempre. Cínicos, triplemente cínicos". ¿Ha cambiado su opinión de que Fuentealba es un "político frustrado"?

-Desde que organizamos el PN en la oposición a la DC tuvimos muchas discrepancias y a veces usamos términos bastante fuertes en ambas partes. Me parece que en el debate político no interesa atacar a las personas y, además, creo que la frustración no es algo que siquiera puede demostrarse. 

"Me parece que quien tiene más personalidad es Carlos Altamirano. Los comunistas son todos como corderos del mismo rebaño. Nunca tienen una idea original y en los foros acuden siempre a las citas de Lenin". 

-Sin embargo, usted trató muy mal en la TV al candidato Aníbal Palma, diciéndole que "un quiltro no se debe meter en peleas de perros grandes". 

-En realidad, no fue un ataque personal. Hacerlo es enrostrar públicamente cosas concretas. A Palma se lo dije para que no siguiera opinando en una discusión que yo tenía con el senador Altamirano. No me di cuenta de que el diálogo había salido por los micrófonos. No le atribuí ningún alcance hasta que al día siguiente supe que al señor Palma lo saludaron en La Vega con un coro de ladridos. Espero que lo haya tomado con buen humor. 

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Rosita Salaberry, admirada por el líder de la derecha.
Rosita Salaberry, admirada por el líder de la derecha.

-Y a la luz de su cuarto lugar senatorial, que decepcionó a muchos, ¿se considera un perro grande, mediano o chico? 

-Estoy muy sorprendido que tanta gente haya votado por mí. Yo me refería a los partidos cuando discutía con Altamirano. Creo que el PN es un perro grande y firme en la pelea. Nos dividimos en dos candidatos a senador por Santiago, para demostrar que en nosotros no hay personalismo y para incorporar, con la candidatura del coronel Alberto Labbé, a otros sectores a la lucha. 

-¿Incorporar a los militares con derecho a voto? 

-No, no era un recado especial para las FF. AA. 

-¿Qué piensa del general Carlos Prats? 

-Resulta difícil opinar sobre persona tan contradictoria, que por un lado ha tratado de mantener estabilidad institucional, pero que por otro ha dado mucho respaldo al gobierno marxista. Lo que, en definitiva, significa destruir la institucionalidad. 

-¿A qué político de la Unidad Popular admira? 

-Me parece que quien tiene más personalidad es Carlos Altamirano. Los comunistas son todos como corderos del mismo rebaño. Nunca tienen una idea original y en los foros acuden siempre a las citas de Lenin. 

"Primero que todo hay que asegurar las elecciones realmente libres en 1976. Lo demás, son ilusiones. Si el marxismo llega a controlar las posibilidades de trabajo, el abastecimiento y la publicidad, en definitiva, habrá una farsa de elección".

-¿Qué rasgos considera positivos en Salvador Allende? 

-Su constancia como candidato a la Presidencia de la República. No lo conozco en lo personal. Sólo he hablado dos veces con él. 

-Y usted, ¿será candidato a la Presidencia de la República? 

-Creo que los salvadores están muy desprestigiados y que sobran los candidatos. Yo aspiro a realizar tareas comunes. No estaba dispuesto a ser ni siquiera precandidato. Es una tarea para gente más joven. 

-¿Apoyarían ustedes en forma incondicional una nueva candidatura presidencial de Frei, tal como ocurrió en 1964? 

-Primero que todo hay que asegurar las elecciones realmente libres en 1976. Lo demás, son ilusiones. Si el marxismo llega a controlar las posibilidades de trabajo, el abastecimiento y la publicidad, en definitiva, habrá una farsa de elección. Si los demócratas superan la actual crisis, se pondrán finalmente de acuerdo en un programa y un candidato para renovar el Estado chileno. 

-Si tuviera que organizar la cena más entretenida del año, ¿a quiénes invitaría? 

-Desde luego, a ningún político. Podríamos convidar a "Bigote" Arrocet y a Jaime Celedón, que es un pelirrojo muy simpático. También a la Rosita Salaverry. Encuentro que baila estupendo, desde que un amigo me llevó a verla al Bim Bam Bum.



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Sólo el diario El Mercurio puede publicar, reeditar y dar espacio a una entrevista a S.O.J. Interferencia está cada día más.... y más que el susodicho. Si no fuera por la columna de Yasna Lewin, ya habría cancelado mi suscripción a este informativo. Conocí muy bien a S.O J., como anticomunista, en el gobierno de Allende, como embajador y como ministro de Pinochet. No necesito que me recuerden quién fue este señor político.

La perorata de la derecha es siempre la misma. Leyendo las respuestas de este caballero, son perfectamente reproducible en la boca de los actuales políticos conservadores. Nada nuevo y siguen perdiendo oportunidades para evolucionar.

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