El día que falleció Andy Rourke -el legendario bajista de The Smiths-, hace algunos meses, conversábamos el café de las diez de la mañana con mi jefe en el patio de Comunicación y Letras de la UDP y yo le contaba que mi relación con la banda había cambiado desde que mi señora me había dicho que, “The Smiths le ha hecho más daño a la juventud de lo que se suele acusar incorrectamente al “metal”, porque convenció durante quizá demasiado tiempo a las y los jóvenes de que eran especiales”.
“No”, me dijo mi jefe.
- “No, porque a nosotros al menos en Villa Alemana, nos rescataron The Smiths del tedio y el abandono de la provincia. Sin The Smiths habría sido imposible la existencia de La Floripondio, el Macha, Chico Trujillo, Bloque Depresivo; habrían sido imposibles esos recitales under en esa micro abandonada en el pueblo para los que se vendían las entradas en la semana en un puesto de verduras de la feria; en fin, nunca habría habido el Festival de la Placa de Cuarzo”.
Y era cierto: bandas como The Smiths, de la provinciana Manchester; REM, de la provinciana Athens, GA.; y, si me apuran el Donosti Sound en el País Vasco o el Dunedin Sound en Nueva Zelanda o incluso las bandas de Caballito en Argentina no solo eran, como me señalaba mi jefe, el grito de liberación juvenil de dicho tedio provinciano, sino que la apertura de un horizonte de identidad y la salvación vital a través de la música para las provincias del mundo.
Porqué qué es la música, el pop, el rock, el punk, el post-punk, y todo lo demás, que una señal de que al menos en el Walkman o en medio de aquella fiesta de la micro abandonada de que hay un lugar emocional, mental y colectivo donde la provincia puede escapar de sí misma en una juventud que baila con desenfreno como si no hubiera mañana.
Y pensaba en esos dos jóvenes -una ella y un él- que en el tema “The International Tweexcore Underground” (TITU) se reprochan haber amado a Sarah Records y Amelia Fletcher, íconos del indiepop, ella a él; y a Dischord Records y Henry Rollins, enseñas del hardcore, él a ella.
Porque esos muchachos del tema TITU son provincianos, de Gales, la provincia de la provincia en Gran Bretaña, y solo han podido salvarse, una vez más, del tedio vital oyendo esas bandas alternativas: como lo fueron The Smiths o REM que incluso musicaliza aquello en su antigua canción “(Don’t Go Back to) Rockville”, de la que mi jefe hace años ha querido escribir una versión en castellano de Chile que se titule, “Nunca vuelvas a Villa Alemana”.
En fin, TITU, no por nada es interpretada por un conjunto indiepop que se hace llamar, de manera que no puede resultar más provinciana que Los Campesinos!
Probablemente y eso lo creo de todo corazón, “the International Tweexcore Underground, will save us all”.
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Depeche mode de Basildon qye
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