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Viernes, 19 de Abril de 2024
Aventura presidencial

Briones deja Hacienda con el país en recesión y en medio del debate por las AFP

Carlos Tromben

Ignacio Briones -quien deja al país con ocho meses de crecimiento negativo y con el recuerdo de haber pasado hambre- emprende una aventura ahí donde ex colegas suyos fallaron estrepitosamente. Desde Gustavo Ross, pasando por Hernán Büchi y Andrés Velasco, los ex ministros de Hacienda nunca han tenido ángel presidencial ¿Lo tendrá el ministro de las bufandas, favorito de la prensa oficialista? 

Admision UDEC

“Gobernar es comunicar”, debiera ser la máxima de hoy, y en el gabinete de Sebastián Piñera nadie lo ha sabido aplicar con tanto esmero y atención a los detalles como Ignacio Briones, el inminente candidato presidencial de la escudería más joven y ambiciosa de la derecha. 

Su predecesor, Felipe Larraín, fracasó en ello con su desafortunada alusión a las rosas y el romanticismo cuando el país estaba a punto de estallar. Una segunda gestión para el olvido.

Briones (Evópoli), en cambio, fue capaz de revelarse como un consumado estratega de las palabras y los gestos. Con su equipo supieron dosificar canales, combinar columnas de opinión en medios elitistas con mensajes simples y pseudo personalizados (“te explico”) a través de las redes sociales. Solo en 2020 llegó a grabar 28 videos desde su oficina, en azoteas, con corbata o sin corbata, con sus famosas bufandas de colores y la vistosa cartera de cuero como marca de estilo. 

Comunicación en 360 con un solo objetivo: mostrarlo siempre sonriente, siempre confiado y confiable en el argumento, siempre cercano y empático en tiempos difíciles. 

Tenía el apoyo irrestricto El Mercurio, La Tercera, LUN, Canal 13, Cristián Warnken, Iván Poduje, Javiera Parada y los economistas transversales, pero nada de eso resta el mérito de haber orquestado una verdadera revolución comunicacional en el adusto edificio de Teatinos 120.

Test ácido

Sin embargo, durante el año y dos meses que duró su gestión, la situación económica del país se fue al garete y quedará en la historia la timorata respuesta inicial del equipo económico frente a la pandemia.

Desde que Briones asumió la cartera en medio del estallido social, solo los cuatro meses posteriores mostraron un Imacec positivo. Es decir, crecimiento económico. Pese a que los ocho restantes fueron negativos (uno de ellos el peor desde que existen registros), la palabra que comienza con R jamás salió de su boca ni fue utilizada en ningún artículo de las páginas económicas del duopolio. Chile estaba en recesión, pero no se la podía declarar porque se veía mal el ministro de las bufandas en la foto.

Por cierto, las primeras cifras no eran responsabilidad de Briones, pero sí lo que sucedió después.

Cuando se presentó el primer plan de emergencia Covid, el 19 de marzo, la sensación callejera fue que estábamos en presencia de un ministro de Hacienda clásico, solo que “más chascón” y Alianza Francesa (donde estudio la enseñanza básica y media). Los recursos comprometidos eran escuálidos para hacer frente al tsunami económico. El Fogape para las pyme era un parche que no cubría la herida, el Fondo de Cesantía correspondía a recursos de los propios trabajadores y el Ingreso Familiar de Emergencia partió lastrado por una inmensa letra chica y graves errores de gestión que perjudicaron la eficacia en la entrega de quienes cumplían los requisitos. El préstamo solidario era en realidad un anticipo de futuras devoluciones de impuesto de segunda categoría. Y así.

En lo que no falló, eso sí, fue en favorecer a las grandes empresas. La ley de protección del empleo, resultó en un perfecto escudo para las grandes empresas -con utilidades positivas en 2019- que se acogieron a esta normativa que permitió suspender contratos y acortar jornadas laborales. El Fogape, por su parte, fue mucho más expedito con los grandes empresarios, con lo que 4.000 grandes empresas se vieron beneficiadas, en circunstancias en que 2 de cada 3 empresas (la mayoría pyme), no eran elegibles.

Quizá el episodio que mejor demuestra la predilección de Briones por los grandes empresarios fue su defensa ante la Comisión de Hacienda del Senado de su plan de rescate de grandes empresas estratégicas. En la ocasión Briones solo argumentó con Latam, la empresa en problemas de la familia Cueto, históricos socios de su jefe, el presidente Sebastián Piñera. 

Y eso que Briones en la ya lejana Enade de 2019 -antes de la pandemia- llegó con Por qué fracasan los países, de Daron Acemoglu y James A. Robinson, bajo el brazo; libro que recomienda a los países emprender fuertes políticas redistributivas para alcanzar la prosperidad. 

En la oportunidad INTERFERENCIA conversó con Jeannette von Wolfersdorff, fundadora del Observatorio Fiscal y ex directora de la Bolsa de Santiago, quien dijo que era positivo que Briones hablara de una sociedad con movilidad social, y que haya hecho un “llamado a diversificar la élite”. Sin embargo, la economista indicó que “me hubiese gustado que se agregara un compromiso medible de cómo queremos la desigualdad, a dónde vamos a querer estar en 10 años, en 5 años; cómo miramos realmente la movilidad social. Estamos en la cuarta revolución industrial, los cambios van a pasar muy rápidos, y este proceso puede aumentar esta concentración de riqueza”.

Nada de eso pasó en los meses siguientes. De hecho, Briones se comportó como un liberal más de manual, por ejemplo, recortando los presupuestos de los ministerios de Ciencia y Culturas, cuyos sectores que atienden -según sus autores de cabecera- son los que empujan la nueva economía. En esto no hubo diferencia alguna entre Briones -educado en el Instituto de Ciencias Políticas de París- con antiguos predecesores suyos doctorados en famosas escuelas de negocios de Estados Unidos.  

Tampoco es que el actuar de Briones en medio de la pandemia haya salvado los muebles. Entre abril y agosto el Imacec acumuló cuatro caídas de dos dígitos. Una catástrofe.

La prudencia fiscal de esos primeros meses la terminaron pagando todos los chilenos y el propio gobierno, pese a que recursos había. Hacienda incluso tenía emisiones de deuda inscritas en los mercados internacionales por 5.000 millones de dólares cuando comenzó la pandemia, pero solo se concretaron dos. ¿Qué impidió una respuesta más rotunda?

Al parecer la autonomía del ministro se circunscribía a su robusta maquinaria comunicacional, pues en ese entonces, toda su gestión dura parecía salir de la cabeza de Piñera y del pensamiento del Harvard ultraliberal de los 80.

Reprobando el test AFP, 1° retiro

En junio Ignacio Briones tuvo que mejorar su oferta para una sociedad angustiada por el bajón económico, al punto en que en Chile volvió el hambre, por lo que debía enchular el Ingreso Familiar de Emergencia y ofrecer algo sin letra chica a la famosa clase media... y por cierto, mantenerse arriba en la pauta mediática. No pudo.

Se aparecieron julio, las lluvias, le gente confinada y hastiada. Se configuró la pesadilla del primer retiro de las AFP con apoyo de la bancada oficialista, alianza contra la que Briones desplegó una artillería retórica tan efectiva como los misiles del ejército japonés contra Godzilla.

Por esos días INTERFERENCIA reveló un dato público pero no muy conocido: Briones había sido director suplente de AFP Capital. Briones encabezaba una legión de expertos mercuriales que auguraban el apocalipsis zombie en las pensiones futuras de los chilenos, pero el hecho de que él -y muchos otros defensores del sistema- hayan sido partes interesadas, llevó la discusión acerca de la importancia de los fondos para el mercado de capitales que financia las grandes empresas.

15 grandes grupos económicos arriesgan hasta $ 3,4 billones en capital si pierden el 10% de las AFP fue un titular de INTERFERENCIA del momento que ilustró el punto.  

Otra iniciativa que brilla por su ausencia en la comunicación ministerial es el proyecto que aumenta el límite de inversión de las AFP y compañías de seguro en “activos alternativos”. Un regalo a los comisionistas de Sanhattan para que inviertan los fondos de los futuros jubilados en una serie de fondos de capital de riesgo y bonos basura con sede en las islas Caimán. El joven fundador de uno de estos fondos declaró a El Mercurio que Sebastián Piñera Morel es uno de los mayores inversionistas locales de en “activos alternativos”, pero es pura casualidad.

Si el primer retiro evitó que la demanda agregada siguiera rodando cuesta abajo, el segundo obligó al gobierno a presentar su propio proyecto y obtener una victoria pírrica en diciembre de 2020. Sin quererlo, los 37 mil millones de dólares que giraron los chilenos desde sus cuentas individuales superan todo lo comprometido por el gobierno durante la crisis. 

Después de más de un año posteando hasta seis veces diarias en Twitter, la cuenta de Ignacio Briones entró en el congelador hace una semana. Coincidió el silencio con los rumores de que dejaría el ministerio para ir por la oficina de su jefe en el edificio aledaño. María José Zaldívar -la ministra del Trabajo- también se iba, pero se terminó quedando (obligada, dicen) para empujar en solitario la polémica reforma previsional que busca blindar a las AFP de los eventuales arrebatos populistas de la convención constitucional. Una tarea que por su importancia debe recaer en Hacienda.

Ahí está la foto de la dupla Brio-Za recibiendo los parabienes del oficialismo en la Cámara de Diputados durante el primer trámite. Pero fue una partida falsa que al poco andar se frenó. ¿Cómo podría avanzar una iniciativa que vuelve a transferir el peso de las pensiones sobre los trabajadores? ¿Un proyecto que porfía en mantener la gestión en las desprestigiadas AFP?

En los últimos cien años solo un ministro de hacienda ha sido elegido presidente de la república: Jorge Alessandri Rodríguez. Pero en su caso el apellido pesó más que el cargo. De los otros tres intentos de saltar de Teatinos 120 a la Moneda, uno abortó antes de partir (Andrés Velasco y el almuerzo por veinte millones de pesos con los Penta). Hernán Büchi subió el Aconcagua en busca de iluminación, bajó hiperventilado, pero no logró encantar ni siquiera al electorado del “Sí”. Más dramático fue el caso de Gustavo Ross Santa María. El “mago de las finanzas”, también llamado “ministro del hambre” por la oposición, perdió la elección de 1938 por 4 mil votos frente a Pedro Aguirre Cerda. 

La maldición parece venir con el cargo de ministro de Hacienda, y hoy, tras treinta años de democracia, es la escotilla del submarino del estado neoliberal tecnocrático. Por más simpático y cool que sea el ministro. 

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Comentarios

Comentarios

Carlos Tromben la tiene clarísima, muy buen articulo las cosas por su nombre. Se agradece leer este tipo de artículos para estar bien informado.

Si es nominado candidato será más testimonial. Saldrá a la calle y se lo "comerán vivito" por su gestión. No reúne los requisitos de la rancia aristocracia chilena. No es rubio, es más morenito, tiene un apellidos común y corriente y no posee empresas. Lo más que le presionen "el botoncito mágico" y lo tiren a negro.

SINGULAR DESPEDIDA QUE LE HIZO EL PRESIDENTE. SI HUBIERA REUNIDO DICHOS DONES EN LA CALLE NO SE LO HABRÍAN COMIDO. SU CANDIDATURA SERÁ MÁS TESTIMONIAL PARA QUE EL PARTIDO TENGA PRESENCIA. LO MÁS PROBABLE QUE LOS QUE TENGAN "EL BOTONCITO MÁGICO" LO TIREN A NEGRO Y QUEDARÁ CON SU HABITUAL SONRISA Y ESO SERÁ TODO.

Briones pertenece al grupo que no tiene idea lo que piensa el trabajador, el oficinista, el empleado ´público medio , Puede que su opinión sea muy versada en economía clásica y lo cual lo ha empapado socialmente de los sectores menos cocientes de la verdadera sociedad chilena , Aquellos que están tan ajenos al 80% de los chilenos ,que creen en su candidatura .Puede que sea un buen tipo, pero se metió en esto, solamente para hacer otra jugada futura , como la partida con el caballo en ajedrez. No tiene ninguna posibilidad en el Chile actual, pero tiene mucha propaganda gratuita y abandono el gobierno, para evitar que su imagen se salpicara, con la caída estrepitosa del final del gobierno de Piñera. Así cuando lo veamos en un puesto privado de la fronda aristocrática chilena, nadie lo indicara con el dedo, por el gobierno más malo de estas décadas y su carrera profesional estará en donde sueña.

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