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Miércoles, 17 de Abril de 2024
La calle, la gran ausente

Enade de 2020 revela una elite empresarial sin norte frente al escenario dejado por el estallido social

Nicolás Massai D.
Andrés Almeida

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Nostalgia de la Concertación
Nostalgia de la Concertación

La organización del foro empresarial buscaba marcar su evento como el inicio de un nuevo entendimiento entre la Política y la Economía. En el planteamiento no estuvo la tercera pata de la mesa: la Sociedad, por lo que en vez de mirar al futuro o a Davos, los empresarios terminaron mirando la política de acuerdos de los 90'.

Admision UDEC

Uno de los primeros en llegar a Casapiedra, a las 07:40 de la mañana, fue el jefe de asesores del segundo piso de La Moneda, Cristián Larroulet. En el lugar ya habían miembros de la escolta presidencial –funcionarios de Carabineros– que ajustaban los detalles para el arribo de Sebastián Piñera.

Unos minutos después comenzaron a llegar otras personalidades del mundo político, y en el pasillo central se toparon Alfredo Moreno, ministro de Obras Públicas, con Rodrigo Valdés, ex ministro de Hacienda de la presidenta Michelle Bachelet. Conversaron unos segundos animadamente, interrumpidos por fotógrafos que tomaron imágenes del momento.

Una postal típica desde hace 30 años, en la que oficialismo y oposición participan de un foro en el que las preguntas y el contexto lo ponen los empresarios chilenos. En esta ocasión el leimotiv de Enade fue "El comienzo: Economía + Política"; una sugerente proposición dado el momento de crisis, si lo que se buscaba era proponer las bases para la comprensión de lo que empezó en Chile tras el estallido social. Sin embargo, el propósito falló al buscar constantemente como solución los referentes y los salvavidas que operaron en el país desde los 90', cuando nació Enade, el "encuentro empresarial más importante del año", conforme lo califican sus organizadores del Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (Icare).

A las 08:46 el primer mandatario entró al salón principal, y así se dio inicio al foro. Nada novedoso dijo Piñera, salvo algunas ideas que a su juicio debiera tener el proceso de nueva Constitución al que su gobierno se vio forzado de dar inicio. Durante la exposición, el mismo Larroulet estuvo a cargo de coordinar el paso de las diapositivas del power point, con el discurso impreso en sus manos y apostado cerca de las puertas principales del salón, lejos de todas las otras autoridades. A cada pausa, Larroulet, junto a su delfín Rafael Ariztía Correa, aplaudían fervientemente al mandatario.

Hacia el final de su alocución, el presidente mostró una de las imágenes icónicas de la política chilena de los últimos 30 años: los presidentes chilenos vivos en ese entonces (él mismo, más Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet), agitando una banderita chilena. 

Nostalgia pura de la política de los acuerdos que le permitió a las elites gobernar Chile sin grandes fisuras, desde instancias, precisamente, como Enade, donde lograban ponerse de acuerdo.

Tras la exposición de Piñera, fueron varias las alusiones a esta especie de remedio de la transición que podía tomarse en Casapiedra, como cuando el ministro de Hacienda Ignacio Briones, invocó –entre aplausos– una reflexión de Edgardo Boeninger –DC, ex secretario general de la Presidencia de Aywin y senador designado–, a quien muchos sindican como el artífice de la política de los acuerdos. 

En ningún momento –al menos en los plenarios– una autoridad hizo alusión a la ardiente actualidad que dominaba la ciudad de Santiago, luego de la muerte del hincha colocolino Jorge Neco Mora de 37 años en manos de Carabineros, durante la primera fecha del campeonato oficial de fútbol. Un hecho que subvierte la lógica de los acuerdos y que Enade no abordó seriamente. En vez de tratar este tipo de problemas, la organización invitó a un par de líderes del Frente Amplio, quienes realizaron algunos gestos reivindicativos, como pedir un minuto de silencio, sin que hayan logrado mover el eje de la conversación desde la promoción de los acuerdos hacia entender las raíces sociales y culturales del conflicto.

De hecho la calle fue la gran ausente. Durante el Panel A de la Enade de la hora de almuerzo, titulado Los ejes del debate constitucional: tres miradas, participaron los abogados constitucionalistas Claudia Sarmiento, Víctor Manuel Avilés y Tomás Jordán, quienes supuestamente representaban tres sensibilidades políticas. Más allá del interesante debate, nunca durante la exposición se aludió a la soberanía popular, que fue lo que se expresó en especial el 25 de octubre, el día de la marcha de más de un millón de personas en la calle. Tal vez la única alusión a esa soberanía fue por parte de Avilés, indirectamente, quien llamó a rechazar una nueva Constitución en el referéndum, entre otras cosas por el contexto de violencia en que surgió y que obligó a Piñera a cambiar el rumbo de su gobierno la noche del 15 de noviembre, fecha del acuerdo constitucional.  

Todo este panorama contrasta fuertemente con lo que ocurrió la semana pasada en el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) en Davos, Suiza, el cual centró fuertemente su debate hacia la necesidad de una transformación del capitalismo y redoblar el valor de los stakeholders o grupos de interés, llamando a las corporaciones a hacer fuertes reflexiones al respecto, y eventualmente cambios en sus políticas, las cuales incluso pueden significar menores beneficios económicos. Temas que no predominaron en Casapiedra.

Una Enade de menor trascendencia

En el pasillo principal del centro de eventos habían stands de algunos de los principales grupos empresariales del país. Así estaban marcas como Empresas Copec (grupo Angelini), Empresas CMPC (grupo Matte) y AFP Habitat, esta última ligada en su propiedad a la Cámara Chilena de la Construcción, y en cuyo puesto de atención a los asistentes de Enade se exhibían videos promocionales con la cara del tenista nacional Nicolás Jarry, quien dio doping positivo hace unas semanas atrás y se encuentra suspendido del circuito oficial; y pese a que desde la AFP aseguraron que el contrato del deportista está "congelado". También había un stand de la compañía internacional de tecnología Everis, cuyo presidente honorario en Chile es el ex ministro de Transportes durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, Pedro Pablo Errázuriz, quien al mismo tiempo se desempeña como presidente de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE).

Acorde a distintos asistentes especializados en negocios con los que conversó INTERFERENCIA, no había muchos ejecutivos ni empresarios de influencia dentro de los participantes del evento. "Antes venían los Luksic, los Angelini, por sí mismos, no solo sus ejecutivos", dijo una de estas fuentes.

Sin embargo, se pudo ver a Bernardo Larraín Matte, ingeniero comercial, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y miembro de la familia Matte. Al ser consultado por las preocupaciones que debían tener los empresarios en el contexto actual chileno, y si estaba de acuerdo con las conclusiones que habían emanado desde WEF durante la semana pasada, Larraín Matte dijo que “se puede sacrificar utilidad en el corto plazo por un tema de sustentabilidad, pero en el largo plazo hay una convergencia entre estos elementos”.

El empresario hizo hincapié en la necesidad de establecer lazos entre las empresas y comunidades; bajo esa línea, se le preguntó qué ocurriría con la Forestal Mininco, compañía controlada por su familia y que históricamente ha tenido conflictos con comunidades mapuche en la Araucanía por demandas territoriales. “Llegar temprano a las comunidades es fundamental para establecer lazos de confianza. Es lo que tiene que hacer Mininco o cualquier empresa. Si tú llegas a una comunidad con un plan ya diseñado, sin escuchar o sin que ellos sean parte, no sirve”, dijo.

Sobre el tema de afectar las utilidades a partir del cuidado de los stakeholders, Andrés Santa Cruz, ex presidente de la Confederación de la Producción del Comercio (CPC) y miembro del directorio de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), afirmó que “aquí uno no puede privilegiar las utilidades de las empresas a costa o del medio ambiente, o a costa de abusos o a costa de colusiones. Definitivamente no”.

Nuestro medio insistió en consultar a distintos ejecutivos empresariales cuáles serían las medidas que podrían apaciguar las aguas a nivel nacional, en vista de la poca legitimidad tanto del mundo político como del mundo corporativo. Fuera de micrófono, varios de ellos señalaron que no sabían el camino exacto a seguir.

Briones, más aplaudido que Piñera

El más aplaudido durante Enade fue el actual ministro de Hacienda, Ignacio Briones, llegando a recibir más elogios que el presidente Sebastián Piñera al terminar su charla, la que finalizó con la cita de Edgardo Boeninger antes mencionada.

Su discurso tuvo algo de riesgo, pues emplazó a los distintos ejecutivos presentes a cuidar el mercado, incluso de sí mismos, e implícitamente señaló que las elites no tienen en Chile competencia. “Para quienes defendemos una economía de mercado es fundamental defenderla de los actos que erosionan su legitimidad. El mercado profundo reposa en la confianza. Cuando los intercambios no tienen confianza pasan a ser trivales. El mercado se deslegitima cuando es percibido como un juego injusto, de cartas marcadas, o que favorece a un determinado grupo”, dijo la autoridad. Briones también citó el libro Daron Acemoglu y James A. Robinson, Por qué fracasan los países, a esta altura un clásico de la izquierda liberal, el cual plantea que esto se debe a que sus elites se cristalizan y monopolizan los recursos y las oportunidades, y adoptan lógicas extractivistas. Casi una definición de Chile.

Sin embargo, una crítica a este discurso puede ir por el lado de que no fue acompañado por políticas ni medidas concretas que caminaran hacia disminuir las desigualdades, por lo que Briones pareció más un profesor al que a uno le gustaría que fuera ministro de Hacienda, que al ministro de Hacienda que actualmente es.

Quien comentó la intervención del titular de Hacienda fue Jeannette von Wolfersdorff fundadora del Observatorio Fiscal y ex directora de la Bolsa de Santiago. Afirmó, en conversación con INTERFERENCIA, que era positivo que Briones hablara de una sociedad con movilidad social, y que haya hecho un “llamado a diversificar la élite”. Sin embargo, indicó que “me hubiese gustado que se agregara un compromiso medible de cómo queremos la desigualdad, a dónde vamos a querer estar en 10 años, en 5 años; cómo miramos realmente la movilidad social. Estamos en la cuarta revolución industrial, los cambios van a pasar muy rápidos, y este proceso puede aumentar esta concentración de riqueza”.

Así como faltaron los compromisos en estas materias del ejecutivo, también hubo ausencia de promesas por parte de los empresarios, que en ciertos casos se tradujo hasta en declaraciones auto-complacientes.

Sucedió con la exposición que realizó el gerente general de Quiñenco, Francisco Pérez Mackenna, una de las últimas de la jornada, en una actividad no de plenario, en el segundo piso de Casapiedra, frente a un grupo de asistentes que lo escuchaban al mismo tiempo que almorzaban. Uno de los hombres más importantes del grupo Luksic advirtió y cuestionó este manifiesto realizado durante WEF, al que asistió él durante la semana pasada.

“El capitalismo de los stakeholders implica preguntarse si como consecuencia del mismo no hay que cambiar la composición del gobierno corporativo. Mal que mal, si todos somos stakeholders, querríamos estar representados donde se toman las principales decisiones. Uno se puede preguntar legítimamente si los accionistas arriesgarían su inversión con un gerente general que pudiera representar más los intereses de los stakeholders que los propios. Cualquiera que conozca los ambientes corporativos de los directorios sabrá que no se trata de una cuestión trivial. No quiero contestar la pregunta, simplemente la quiero dejar planteada. Porque estos son los temas que vienen”, dijo.

Rato después, Pérez Mackenna indicó que “si lo que nos preocupa son los stakeholders, la utilidad es el vuelto. La pregunta que va a seguir es: ¿por qué quedó vuelto? ¿por qué no se gastó esa utilidad en mejorar las condiciones de los trabajadores, de los proveedores, del fisco como recaudador de impuestos?”.

Al ser consultado por un asistente sobre lo que hará Quiñenco en 2020, el ejecutivo respondió que lo hecho y por hacer es “tratar de mejorarle las condiciones de trabajo a todos nuestros trabajadores, y el presidente de Quiñenco [Andrónico Luksic] ha hecho una labor que ha sido seguida por muchos empresarios; seguir invirtiendo con entusiasmo; seguir creciendo. Lo segundo es que hay cosas que están mal, y siempre se puede mejorar, y por eso nos levantamos todos los días, pero en general, yo creo que, a pesar de lo que pasó en octubre, Chile nunca ha estado mejor que ahora. Y nunca hemos sido más críticos, pero nunca en la historia de la humanidad hemos estado mejor que ahora. ¿Es suficiente? No. Tenemos que seguir trabajando para que las cosas sigan mejorando”.

Una de las personas inscritas en Enade era Alfonso Swett, actual presidente de la CPC, el gremio empresarial de mayor envergadura en el país. INTERFERENCIA constató incluso que aparecía en la lista del almuerzo que se desarrollaría en el salón D, donde se tocaría el tema Agenda Social: Espacio de Colaboración Público-Privada. Pese a estar considerado, el dirigente no acudió a la cita. Consultado por su inasistencia, desde el equipo de comunicaciones de CPC señalaron que no alcanzó a llegar por reuniones que sostuvo en el mismo horario.



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