Creo que esta pudo ser una buena oportunidad para hacer una reflexión sobre la soledad y el derecho a la privacidad de personajes públicos y políticos, incluso, tal vez, para invitar a la gente a no acosar o pedir fotos a personas como Boric cuando están comiendo tranquilos o intentando comer tranquilos. Si hasta el señor Piraña tiene derecho a fumar en privado sin que le estén tomando fotos. Además, el tabaquismo probablemente es el menor de los vicios de la gente Sanhattan. Lamentablemente esta crónica me hizo sentir un poco de vergüenza ajena. También la encontré sosa y es una pena, porque estoy acostumbrada a leer artículos de calidad en este medio.